(Las voy a retomar, como un "clásico" de mis veranos en Fuenlli, de las tres anteriores os dejo los enlaces por si queréis reíros un rato, porque la de hoy no tiene ni mijita de gracia).
http://tracycorrecaminos.blogspot.com/2010/08/conversaciones-bajo-la-sombrilla-i.html
http://tracycorrecaminos.blogspot.com/2010/09/conversaciones-bajo-la-sombrilla-ii.html
http://tracycorrecaminos.blogspot.com/2010/09/conversaciones-bajo-la-sombrilla-iii.html
Cuando el sol va perdiendo su fuerza a la caída de la tarde, es la hora de las conversaciones distendidas bajo la sombrilla.
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Cuando el sol va perdiendo su fuerza a la caída de la tarde, es la hora de las conversaciones distendidas bajo la sombrilla.
"Ayer dos matrimonios de setenta y pocos años, bien conservados y elegantes en su estética y en sus formas, se quejaban del comportamiento de sus niet@s. La señora B preguntaba a la señora A el motivo de no bajar a la playa en los últimos quince días:
- Señora A: ¡No me hables... no me hables!, que hemos tenido en casa a la nieta de mi hijo, el menor, con unas amigas, porque ahora las niñas no vienen solas, sino con amigas.
- Señora B: ¿qué me dices? ¿las dos semanas las has tenido aquí?
- Señora A: sí, hija, sí y lo peor no ha sido prepararles la comida, que no comen más que comida-basura...
- Señora B: ¿qué me dices? ¿las dos semanas las has tenido aquí?
- Señora A: sí, hija, sí y lo peor no ha sido prepararles la comida, que no comen más que comida-basura...
-Señor A: (interrumpiendo a su mujer) lo peor ha sido esperarlas hasta las cinco de la mañana sentados en el sofá, pensando si les pasará algo, si tendrán un accidente, si beberán más de la cuenta, en fin...
- Señor B: ¿qué edad tiene tu nieta?
- Señor A: dieciséis años, ¡para acostarse tranquilo, vamos! Pero lo peor no es eso, sino que después de estar su abuela y yo, pendientes de las puñeteras niñas...
- Señora A: (desviando el tema para que el marido no dijera lo que realmente DUELE) se levantan a las tres de la tarde, a mesa puesta...
- Señor A: (aquí va lo que DUELE), sin ni si quiera dar un beso, ni si quiera los buenos días, ni comentar nada..., quince días sin hablar con nosotros de nada, en fín como si fuéramos muebles, sin mirarnos si quiera y encima mi mujer le pregunta que les prepara para comer mañana, porque después de comer se van a la playa hasta las nueve de la noche, luego de marcha y ya no se les ve el pelo hasta el medio día siguiente.
.- Señora A: (quitando hierro) ¡son jóvenes!
-Señora B: jóvenes y sin sentimientos, porque los míos son igual, sólo vienen a vernos cuando quieren que les compremos algo, ¡qué pena!
- Señora A: los tiempos han cambiado...
- Señor A: nosotros no educamos a nuestros hijos así. Se comportaban con su abuela mejor que con nosotros.
- Señor B: no te cabrees porque...
- Señor A: si no me cabreo, me da tanta pena ... con lo que esa niña ha sido para mí... ¡Qué asco de vida...!"
- Señor B: ¿qué edad tiene tu nieta?
- Señor A: dieciséis años, ¡para acostarse tranquilo, vamos! Pero lo peor no es eso, sino que después de estar su abuela y yo, pendientes de las puñeteras niñas...
- Señora A: (desviando el tema para que el marido no dijera lo que realmente DUELE) se levantan a las tres de la tarde, a mesa puesta...
- Señor A: (aquí va lo que DUELE), sin ni si quiera dar un beso, ni si quiera los buenos días, ni comentar nada..., quince días sin hablar con nosotros de nada, en fín como si fuéramos muebles, sin mirarnos si quiera y encima mi mujer le pregunta que les prepara para comer mañana, porque después de comer se van a la playa hasta las nueve de la noche, luego de marcha y ya no se les ve el pelo hasta el medio día siguiente.
.- Señora A: (quitando hierro) ¡son jóvenes!
-Señora B: jóvenes y sin sentimientos, porque los míos son igual, sólo vienen a vernos cuando quieren que les compremos algo, ¡qué pena!
- Señora A: los tiempos han cambiado...
- Señor A: nosotros no educamos a nuestros hijos así. Se comportaban con su abuela mejor que con nosotros.
- Señor B: no te cabrees porque...
- Señor A: si no me cabreo, me da tanta pena ... con lo que esa niña ha sido para mí... ¡Qué asco de vida...!"
Pues sí que asco de vida, estamos criando monstruos que engullen a sus mayores para poder seguir su vida.
No quiero pensar que Hugo sea así cuando crezca.
Una verdadera pena. Es que con eso de que los pequeños o los jóvenes son los reyes de la casa... De reyes a tiranos solo hay un paso. Yo creo que todos los miembros de una familia son igual de importantes, y cuando uno está más débil por lo que sea, hay que prestarle más atención. Y ya está.
ResponderEliminarCuando yo era niña se me educó en la idea de que los mayores eran más importantes, y eso tampoco, oye! Soy de la generación sándwich. Primero los mayores, y luego los pequeños. Y se suponía que nosotras -porque a los chicos también debíamos servirles la comida y esas cosas :(- NUNCA éramos importantes.
Seguro que tú no educas a tu hijo como a las nietas de esos señores (Hugo es tu hijo, no?). Besos
Pues sí, es angustiante desde el punto de vista de los que tenemos más de 16, y es una verdad como una catedral... Pero a los 16 (sean de antes o de ahora) rara vez se tiene perspectiva de la vida y lamentablemente, parece que los 16 de ahora sean los 11 de antes con sexo, droga y sin rock and roll!!! Pero que les quiten lo que están bailando!!!! ;-) Bss
ResponderEliminarSuelen ser las normales conversaciones bajo una sombrilla...
ResponderEliminarVaya, qué mal... Pero no todos jóvenes son iguales! :)
ResponderEliminarEs una pena que haya mucha gente así.....Pero con los abuelos y con los padres.... Jajaja lo de estar esperando sentado en el sofá preocupado me ha sonado a mi padre jajaja
ResponderEliminarBesines querida!!
Son un pelín egoístas, no nos vamos a engañar, pero es lo que hay...
ResponderEliminarY hemos de bregar con ello.
Me encantó ese gazpacho. Qué pinta!!!
Besos, Tracy.
Hola hermosa!!
ResponderEliminarQue tengas un lindo jueves!
Cómo estás de tu pierna??
Besos.
Esperemos (sabemos) que no todos sean así.
ResponderEliminarPienso a veces que es verdad que estamos criando y creando monstruos, evidentemente la culpa es nuestra no de nuestros hijos, creo que los protegemos demasiado. Un beso. Ana.
ResponderEliminarTracy, lo que comentas es muy general, se trata de una generación muy lúdica, se han tomado al pie de la letra eso de que tienen que disfrutar la vida y lo hacen por encima de todo, padres, abuelos..lo importante es su ombligo. Quizás maduren y cambien su forma de ver la vida.
ResponderEliminarYa he visto tu email, me extrañaba que no dijeses nada, no eres la única que no puede comentar, me preocupa que sea problema de mi blog pero creo que más bien se trate (una vez más de blogger), en todo caso he copiado tu ¡¡¡SI!!! en la entrada.
Gracias y besos.
Que tristeza! en qué momento evitas que eso suceda?
ResponderEliminarEso pasa allí y acá. Parece que tendremos que adaptarnos a eso.
ResponderEliminarBesoooossss
¡Qué terrible!
ResponderEliminarYo que nunca pude convivir con mis abuelos, sería la primera en disfrutarlos al máximo.
Qué pena que hayan chicos y chicas tan groseros. Y no sólo con los mayores, con el mundo en general.
Un besazo, Tracy.
Es la adolescencia, las hormonas revueltas, están buscando su sitio en la sociedad, son un montón de factores, si los padres están separados, todo influye aunque hagamos lo que creemos correcto y lo mejor para ellos, si están de dar la lata, la van a dar igual. El mío tiene 17 ya pasaditos, y no te digo nada para no desanimarte, pero todo tiene solución, eso también.
ResponderEliminarUn besote!
A mi lo que me da envidia es la necesidad de la sombrilla....el verano de este año en Asturias ha sido el más gris que recuerdo de toda mi vida.
ResponderEliminarUn abrazo tracy
Cecilia
Hola Tracy, vaya conversación!!!! Por supuesto que todas las que somos mamás nos aterra pensar que nuestros hijos puedan ir dirigidos a ese camino... por eso, a establecer limites desde muy chiquitos, y a entablar buenas relaciones con ellos, y a enseñarles el valor de la familia... estoy segura que Hugo no será así.
ResponderEliminarBesos!
Entiendo, querida Tracy, que es el rigor y amor con que se condimente la formación-educación de los chicos lo que signa el resultado posterior. Una vida complaciente, tolerante a sus desmanes, cumplimiento a todos sus deseos y cero exigencia ética, de estudios, de arreglo, etcétera, sólo puede dar como resultado esos dramas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jo! no me puedo perder ni una de tus entradas, eh? Un par de días que no me conecto y casi se me pasa este tipo de entradas (de mis favoritas) lo de poner la oreja a las conversaciones ajenas... :) Pero además en este caso la dureza del contenido! He vivido lo mismo con mi sobrina de 16, qué pena de juventud!
ResponderEliminarAy! la culpa es de todos: esta adolescencia que pasa de todo y el mundo adulto que no quiere molestarles ni reprocharles nada, no sea que se enfaden o sea peor...
A ver Hugo y la otra criaturita que viene...
bss,
Pues sí que es dura la entrada, dios mío espero que mi hija no sea así, que ya de por sí es bastante arisca, pero esa ingratitud hacia abuelos.... buff!
ResponderEliminarBesos