A Gus se le ha ocurrido que contemos una historia de ayer y de hoy de algún personaje de dibujos animados, si queréis entreteneros un poco, pinchar aquí
HISTORIAS DE AYER Y HOY DE DIBUJOS ANIMADOS
OLIVIA Y POPEYE
En mi casa siempre han gustado estos dibujos porque servían para hacer comer a los más pequeños las odiadas verduras, sobre todo: ESPINACAS.
Las espinacas aportaban al organismo una cantidad de hierro enorrrrrrrrrrme, según se decía.
Con el tiempo me enteré que no era tan grande su aporte de hierro, sino que había sido un error al transcribir su porcentaje férrico, se equivocaron en la coma decimal y la pusieron donde no era, agrandando el porcentaje de hierro que aportaban al organismo.
Esta equivocación la mantuvieron en secreto al ver que el consumo de espinacas se había disparado desmesuradamente a causa de los dibujos de Popeye.
Vete tú a saber si fue un error o una estratagia de mercado.
Yo hice lo mismo con el error, me lo callé para hacer comer las dichosas espinacas a mis hijas, vendiéndoles que nadarían sin parar y encestarían sin fallar en balón cesto.
¡Pobrecillas!, creo que aún no me lo han perdonado, como aquello de que con los filetes de hígado se ponía el pelo brillante, pero esa es otra historia.
He de confesar que mi verdadero ídolo antes, ahora y siempre ha sido Olivia, la veía muy independiente y aunque era novia de Popeye no se casó nunca con él, que yo supiera.
¡Chica lista y adelantada a su tiempo!
Tan delgadita y con un estilo tan peculiar se adaptaba a todos los tiempos y a todas las modas.
Siempre estaba alegre, que yo recuerde.
Ahora, que soy más picarona que entonces, mirando atentamente el dibujo animado que os he puesto, comprendo el por qué.
Dios mio... no me había fijado en las consecuencias y verdaderas bondades gracias al consumo de las espinacas, lo que si que es cierto es que yo las tomo de muchas maneras, solas, en ensaladas, en pure, tiernas, congeladas... de todas formas, menos en bote. Lo que si que es cierto es que popeye gracias a sus tatuajes vuelve a estar de moda. Es nuestra diferencia, yo no estoy tatuado.
ResponderEliminarMe gusta leerte.
Saludos.
¿Y fumas en pipa?
EliminarJa,ja,ja...
ResponderEliminar...en cuanto a lo de las espinacas..estrategia de mercado....seguro!
Besos!
Me gusta verte reír.
EliminarJa,ja,ja claro, con el tiempo una ve de otra forma los dibujos, se hace más picarona y ve lo que antes no veía...
ResponderEliminarLo de las espinacas, el hígado y todo lo demás, también lo viví con mi madre, pero a mis hijos, como ya no hacían Popeye, y creoq ue aunque lo hicieran...nada.
Los de ahora no son como éramos entonces, aunque el mayor ahora que se ha independizado como de todo!
Caray, pienso, han de marcharse y auto abastecerse para apreciarlo todo...
Ayns!
¡Almas cándidas...!
EliminarA mis hijas ni con popeye, mi hija pequeña dice que comer lechuga es como comer un plastico.. y en cuanto a Olivia, si que era independiente, pero como tenía dos pretendientes , eso si, cada cual más cazurro.. jajajjaja
ResponderEliminarLos niños de hoy, no se kas tragan como los de antes.
Eliminar¡Cuantas veces me hubiera gustado a mi tener una lata de espinacas a la que recurrir! .¡Con que candidez se solucionaban los problemas! Saludos
ResponderEliminarPues sí...
Eliminarjajaja, si no lo dices no me había fijado en el dibujo, pero si tienen hierro a lo mejor pesa demasiado...
ResponderEliminarPero Ester.... si a ti no se te escapa una...
EliminarAhí, AHÍ LE HAS DADO...mi madre nos coló las espinacas hasta con un embudo por el gaznate (es que nos escapábamos cosa mala). Y todo por el Popeye...
ResponderEliminarUn beso
Jajajajaja
EliminarUn beso para ti.
ResponderEliminar¿Con o sin espinacas?
EliminarPocas cosas inocentes quedan en el mundo comercial, mis queridos y adorados piececitos.
ResponderEliminarUn beso, Tracy
Tampoco antes, pero ahora la cosa se ha superado
EliminarUn abrazo.
Tracy!!!
ResponderEliminarPero cómo les pusiste a las pobres espinacas y filetes de hígado? Madre crueeeeel !!
Anda que no eres pilla...jjajajajajajaja
:P
Un beso
¡Mujer, en la misma comida, no!, un día espinacas y a los dos o tres días hígado, si no, me hubieran retirado el saludo.
EliminarTodas las cosas en que me hiciste pensar: la independencia de Olivia, sus motivos de alegría, las vitaminas de las espinacas...yo miré por años a Popeye y nunca me lo había planteado!
ResponderEliminarNunca es tarde para hacerlo.
Eliminares que fuimos educados con todos los cuentos.
ResponderEliminarVeo por la imagen que el hierro de las espinacas se acumula donde debe.
Eso será otra patraña.
Eliminar¿Quién no recuerda a Popeye?... Hasta mis hijos lo han conocido. Eso sí: con el paso de los años su mensaje se ha quedado trasnochado. Pienso.
ResponderEliminarBuen finde.
Es que los niños de hoy no se ceen todo lo que les dicen y hacen bien.
EliminarOlivia es genial, siempre me gustó mucho.
ResponderEliminarBesos.
Yate digo, una adelantada a su tiempo.
EliminarComo de chica andaba siempre algo anémica, las espinacas formaban parte indiscutida de mi dieta.
ResponderEliminarLas comía con gusto, pero el hígado me resultaba repugnante. Si supieras Tracy todas las que me inventé para que no se dieran cuenta de que lo tiraba...
Besote.
Fíjate que a mí me gusta el hígado.
EliminarPues yo no me tragué nunca lo de las espinacas, de hecho sigo sin comerlas!
ResponderEliminarY ya puestas, lo del hígado para el pelo es verdad??
Muchos besos!!
¡Que va!, eso me lo inventé yo para que mis hijas se lo comieran.
EliminarJejeje, las espinacas abultan el bulto pero quedará cual yunque de tanto hierro !exceso! Me endosaron el hígado diciéndome que era ternera, pero tan tonta no era de nena, no lo trago. A la Olivia la veo pelín anoréxica, por la depre del 29 supongo, pero hoy colaría de modelo, prefiero a la remota Betty Boob en blanco y negro.
ResponderEliminarExcelente reflexión sobre lo que hay que comer pero sin abusar, saludos a Brutus, el que falta en el triángulo digamos amoroso. Besitoooooo sin hígado, porfa.
Si es que era tan moderna que hasta practicaba el "ménage à trois".
EliminarTanto era el markenting que el nombre de original del personaje es Oliva Oil, aceite de oliva. O sea la promoción del consumo de espinaca con aceite de oliva.
ResponderEliminarEmpezó siendo su historia y luego se añadió Popeye.
EliminarSi no recuerdo mal, había un Cocoliso. ¿Era hijo de los dos, aunque no estuvieran casados?
ResponderEliminarUn beso.
Por hijo lo teníamos.Lo que te digo: supermoderna ella.
EliminarVaya hombre, nunca habría pensado que las espinacas también hicieran efecto en ese músculo, pero el vídeo es concluyente, jaja.
ResponderEliminar¿Será verdad?
EliminarAhora que lo has mencionado yo también he caído en que esa alegría que mostraba siempre Olivia se debe a su satisfacción, y no solo porque tuviera a Popeye, no olvidemos a Brutus. ¿Qué había entre ellos?. Y decían que Cocoliso era sobrino de Popeye pero su madre nunca fue mencionada. Sería hijo de una muchacha de algún puerto de los que había visitado el marino.
ResponderEliminarBesos
Quiá... era hijo de ellos.
EliminarMe encantaban esos dibujos animados, eso sí, lo de las espinacas como que no me convencieron, jeje.
ResponderEliminarSaludos,
Joker
Las espinacas a nadie le gustaban.
EliminarNO, Tracy, no fumo ni en pipa.
ResponderEliminarPues ya hay dos cosas que te diferencian de él.
EliminarMi ración de hierro llegó con las lentejas de la posguerra.(el hierro no era vitaminado, las lentejas de entonces ademas de piedras llevaban trozos de clavos para que pesaran mas), pero desde luego no fueron tan "eficientes" como las espinacas de Popeye, sobre todo el de tu dibujo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es mejor comer espinacas que lentejas con sus malas coÑÍAS
Eliminarde color verde no como ni un millón de dólares
ResponderEliminarentonces, espinaca ¡noooo!
.
la composición que has hecho me ha parece buenísima
saludos
¡Cómo sois los poetas...!
EliminarA mí me gustan y en casa hago filetes rusos de espinacas...soy rara??
ResponderEliminarTambién comprendo que a Olivia le gustara Popeye...menudo poderio))
Un beso.
A mí también y sin Popeye.
EliminarLa verdad es que viendo mejor a Popeye creo que ella también tendría que comer espinacas jajaja
ResponderEliminarBesos.
Está a la moda escuálida.
EliminarNo eres rara, a mí también me gustan, pero has de reconocer que de niños son infumables.
ResponderEliminarNos hicieron querer las espinacas, y esa Olivia enamoradísima de Popeye, era tan dulce. Eran unos dibujos muy originales.
ResponderEliminarUn abrazo
Eso hemos llevado ganado a la hora de hacer dietas.
EliminarEs muy cierto tu relato sobre las virtudes de la espinaca, aunque me cuesta creer que haya podido ser una estrategia de ventas. Leí que la acelga tiene mas hierro que la espinaca y que a ésta no conviene consumirla en exceso por un cierto ácido que posee, sobre todo debe moderarse con los niños. ¿será así?. Me gustó tu oportuno relato Tracy!!!
ResponderEliminar"Jomío" con tal de vender....
EliminarYerras al afirmar que el error fue debido a la coma decimal, pues (esta misma) en América se representa con un punto gráfico.
ResponderEliminarOlivia nos gustaba a los niños por sus pechos. De hecho, cuando ya adolescentes, a las flaquitas con senos grandes les decíamos "Olivia"... y lo que nos reíamos (sin ofender, porque ella/s también sonreía/n, aunque sonrojada/s).
¡Qué más dará un punto que una coma!
EliminarYo odiaba a Popeye por eso...
ResponderEliminarLas espinacas como que no.
Puajjj.
Bss.
¡Pobre! se perdió tu admiración por las espinacas, menos mal que no se enteró nunca.
ResponderEliminarMe encanta este post...
ResponderEliminarA mí popeye no me gustaba, era más de Heidi, Marco y demás lacrimógenos. Masoca que es una!!
Besos
Ja ja ja ! Ahora se explica todo!
ResponderEliminarMe he reído un buen rato, leyéndote. Abrazo enorme.
ResponderEliminarNo hace mucho que me entré del valor verdadero del hierro de la espinaca, pero también gracias a Popeye y el poder convincente de mi madre pretendí tener una fuerza poderosa gracias a un buen plato de esta verdura.
ResponderEliminarBeso, Jime
Pienso que fue una extraordinaria cosecha de espinacas la que originó la aparición de Popeye. Olivia si que parecía una mujer independiente jugando a dos barajas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos los niños querian ser marinos fuertes con tatuajes en el brazo... pero las odiosas espinacassssssssssss.
ResponderEliminarMe encanta esa Olivia desgarbada.
Un besazo
Todo el asunto este de la espinaca ya me lo sospechaba... ahora, el efecto, a guiarme por la animación que has puesto, parece que no es de despreciar! jajaja! Sabes? cuando era jovencita, era una flaquirucha esmirriada, por lo que no faltaba algún chistoso que me apodara Olivia! Me lo tomé con humor, así que cuando me preguntaban cómo me llamaba, antes que me dijera algo, respondía: Olivia (y el chiste se les iba al garete!). jajaja! Muy buen aporte!
ResponderEliminarBesos:
Gaby*
¡Que grande Popeye! Seguro que muchos niños comían espinacas gracias a él. A mi nunca me gustaron de pequeña y ahora en cambio si que las como. Se ve que en mí hizo poco efecto. Lo del filete de higado nunca lo había oído, aunque creo que tampoco me hubiera servido. La verdad es que tenía muy mala boca... jajaja. Un beso.
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