¡LLEGÓ DICIEMBRE!

Así es que ir preparando el corazón, porque son días de ser buenas personas sin olvidarse de preparar también el billetero.

Empezar a acumular alimentos en el frigo, como si fuéramos a sufrir un asedio. 

Volveros locos haciendo esos menús especiales a los que nos obligan estas fechas, cuando quizás lo que nos apetecería es freirnos un huevo con patatas.

 Estudiar como decorar la mesa para que no se noten esas sillas vacías que tanto nos duelen.

Y los regalos... casi ná: listas interminables, recorriendo distintos tipos de tiendas hasta completarlas: bolsas y más bolsas...

Cuando en realidad lo que nos apetecería como regalo es el abrazo de ese amigo, lejano en la distancia pero cercano en el corazón, que no vemos y ponernos a conversar de todo lo divino y humano al calor de la lumbre o contemplando las estrellas, aunque tuviéramos que líarnos en una manta, pasando de estilismos absurdos.

Pero esa es otra Navidad que no la contempla nuestra sociedad consumista, en la que hay que estar alegre espectaculares por exigencias del guión. 

¡Deseo que Diciembre nos sea leve¡