Es uno de los títulos más llevados al cine y al teatro.
Estos días he tenido la oportunidad de ver esta obra en el teatro, representada por dos magníficos actores, aunque en esta ocasión no le han dado suficiente intensidad a los personajes en los momentos más álgidos de la representación. Yo diría que su dulzura fuera de escena transciende en el escenario por encima del personaje.
Puede ser que en mi opinión, haya podido influir la magistral interpretación que hizo Jack Lemmon del protagonista en el cine, donde aparecía arropado por otros actores que potenciaban la fuerza del personaje mientras estaba sumido en el síndrome de abstinencia.
Sé que nunca se deben hacer comparaciones entre teatro, cine o literatura porque cada manifestación de arte usa su propio lenguaje, pero es inevitable que te venga a la mente el libro que has leido o la película que has visto o la obra de teatro a la que has asistido, cuando estás metido de lleno en cualquiera de las representaciones de la misma obra.
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