El visitar un Museo o una Exposición se está convirtiendo en una prueba de resistencia al frío o al calor, según la época del año en la que estemos, y también en una competencia con el Santo Job en desigualdad de condiciones, por aquello de que él por lo menos era santo.
Por este motivo quiero dejar constancia de que en este viaje, por lo menos he atravesado las puertas de un museo, el Capitolino, tras guardar las colas pertinentes, pasar por seguridad, dejar mis pertenencias en taquilla y poco menos que cachearte cuando pasabas de una planta a otra.
Todo ésto merece un post en el blog ¿no os parace?.
Para situaros, un dibujo del patio de entrada, con su Cardenal (que por cierto no vi en la cola) y una "donna con il suo fillo", que iba más preparada para un pase de modelos que para aguantar su turno desde lo alto de sus tacones. Tampoco la vi en la cola de la taquilla
.Estas piezas monumentales, nos hacen imaginar la grandiosidad que tendrían las esculturas a las que pertenecían, por ejemplo esta mano o este pié.
Me parecen impresionantes!!!!!
maravillas de Roma, grandiosidad en cualquier esquina.
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