DISTANCIAS

                                                                   hoy no existen.
        En el mismo día puedes desayunar un cafétito con churros en cualquier punto de la Costa del Sol,

                                                        tomarte el aperitivo en Madrid,

                                                    almorzar  una Escudella en Barcelona,

                       merendar un trozo de la famosa tarta Sacher en cualquier Café de Viena  

                                                    y terminar cenando al lado del Partenon.

 

Pero existen otras distancias insalvables, aquellas que se sienten bajo la piel y que te arañan el alma, sin dejarte un minuto de sosiego.Son aquellas que te impiden participar en el día a día de las personas  que quieres y no viven cerca de tí. 

La distancia, como dice el famoso bolero, no es el olvido, pero  impide compartir la cotidianidad, la rutina de los días, el transcurrir de las estaciones, el paso de los años.

Al fin y al cabo, las fechas relevantes ( navidad, cumpleaños,etc.) son las menos, la intrahistoria de cada un@ de nosotr@s no sólo está compuesta por esos días, que también, sino por aquellos otros que te levantas con la necesidad de acariciar una piel suave, de escuchar a tu alrededor la alegre risa infantil y el  ir y venir constante de esa
 personilla que te dice al abrazarte:"te tiero hasta el cielo, abuela". 

Yo a tí, ida y vuelta.
  ¡Que tengáis una feliz semana! Que yo también la voy a tener porque se me está ocurriendo una idea...

                                                                         ¡Ya os contaré!