La semana pasada estuve con Hugo y Pol en "la ciudad de los niños" y cuando estuve frente a su portada
se me cogieron del alma Ruth y José, querían entrar a jugar en este parque, que parece ser que nunca pisaron.
Me acompañaron durante toda la mañana.
Se tiraron por el tobogán,
Me acompañaron durante toda la mañana.
Se tiraron por el tobogán,
se montaron en el carrusel
experimentaron con el agua sin que nadie les riñera, si se mojaban,
se pasearon en balsa por el estanque
y jugaron sin descanso en los castillos.
Me emociono al imaginarlos corretear por estos espacios
con la alegría que sólo es patrimonio de los niños.
Pienso lo injusta y cruel que ha sido la vida con ellos, al darles el final que parece que tuvieron.
Pienso lo injusta y cruel que ha sido la vida con ellos, al darles el final que parece que tuvieron.
Hugo viene corriendo hacia mí, me da un beso y me pregunta qué me pasa.
- No me pasa nada, sólo que Pol me ha metido sus deditos en los ojos.
No te emociones que me emocionas.
ResponderEliminarAbrazo Tracy.
Que bonito homenaje a Ruth y José, pobres niños!
ResponderEliminarEl año pasado fuimos a ver los patios en Cordoba, y por la mañana aprovechamos para estar en este parque con los niños. Nos gustó mucho por los espacios que tiene y las actividades que ofrece.
ResponderEliminarEs inevitable no acordarse de los niños Ruth y José cada vez que se ve este parque.
Bss.
A MÍ TAMBIÉN,ALGUIEN ME HA METIDO SUS DEDITOS EN LOS OJOS,CON TU POST...
ResponderEliminarMuy linda, algo hace de los niños audaces!!!
ResponderEliminarHay lugares que siempre se nos quedarán grabados en la memoria, y nombres que lo hacen en el alma.
ResponderEliminarBesos Tracy
Ay que penita de entrada :( Ese parque siempre estará ligado a ellos, es inevitable. A mi también me entra algo en los ojos al pensar que por culpa del monstruo de padre que tienen nunca más podrán correr y jugar por allí.
ResponderEliminarHoy tu entrada, mi querida Tracy, es muy triste ¡pobres niños! Hay cosas que no puedo entender.
ResponderEliminarPero esa ciudad que nos muestras, es preciosa.
La entrada de la casa de los niños, me recuerda a los juegos de mi niñez. con piezas de madera de colores.
Te dejo un fuerte abrazo en el corazón.
Kasioles
Eres muy sensible, tu entrada me llegó.
ResponderEliminarUn beso enorme.
HD
Ay, Tracy, siento una mezcla de alegría y tristeza...
ResponderEliminarY tan injusta...Como se puede hacer una cosa así, con lo que se quiere a un hijo??
ResponderEliminarBuena entrada.
Un beso
Es cierto, amiga. Qué injusta su vida y sobre todo su muerte. Ojalá, muera en la cárcel el autor.
ResponderEliminarUn triste abrazo
Tocas el corazón, pero sin sensiblerías.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga.
Un post muy estremecedor Tracy. Sabes? creo que con él, y pese a la emoción que nos ha invadido con tus letras, has conseguido darle un instante de vida a esos niños inocentes a los que su padre no supo cuidar como ellos habrían merecido.
ResponderEliminarAbrazo fuerte a Hugo, por suerte, él te tiene a tí.
Besos guapa!
Triste e injusto.
ResponderEliminarSiempre inocentes y entrañables los niños .
Mi cariño y comprensión sabes que lo tienes. Comparto profundamente tu emoción. Yo también estoy mirando al cielo. Mil besos.
ResponderEliminarLos niños es donde se refleja la pureza (en algunos)...
ResponderEliminarQué divertido es ver a los niños en su mundo de juegos y despreocupaciones.
ResponderEliminarSí que es horroroso. Hoy también he pensado en ellos. Qué pena!
ResponderEliminarBesos
Cuando se le hace daño a un niño, me muero un poquito también...
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