Es la propuesta que nos llega para esta semana de manos de Juan Carlos http://jwancarlos.blogspot.com.es/
Lo podéis visitar para ver donde os lleva el viento.
Parece que Juan Carlos me ha leído el pensamiento porque llevo toda la semana pasada a cuestas con el viento y no con cualquier viento, sino con el Cierzo.
El CIERZO
He tardado mucho tiempo en conocerlo personalmente y en sufrirlo más que en mis carnes, en mis oídos.
Sólo tuve que salir de la Estación de Zaragoza para toparme con él de bruces.
Fue a recibirme con la espectacularidad que se espera a la amada tras mucho tiempo sin verla: me envolvió con sus ráfagas, me abrazó dándome dos o tres vueltas, alborotó mi pelo y no me subió la falda porque llevaba leggins.
Al principio lo agradecí, la calefacción del tren estaba muy alta y esa refrescante bienvenida fue bien acogida, pero pasado el primer momento, preferí que me hubiera dejado a mi aire (nunca mejor dicho) y prescindiera de sus intentos para no dejarme dar paso.
Por fin me monté en el taxi, creí que le había dado esquinazo, pero... ¡que va!, cuando llegué al Hotel, allí estaba abriéndome la puerta del coche y casi la arranca de cuajo. No contento con eso también empujó a la puerta del Hotel que era giratoria y casi de sopetón me puso ante el recepcionista que intentó explicarme con la mejor de sus sonrisas, como se las gastaba el Cierzo. Lo tranquilicé diciéndole que me había dado su tarjeta de presentación desde el minuto uno.
El primer día de mi estancia en Zaragoza fue de acoso y derribo, el Cierzo quería acompañarme a visitar la ciudad y empezó por la Plaza del Pilar, ¡madre mía!, allí estaba en su salsa en aquella amplitud se sentía el rey, daba bandazos de un lado a otro como si se hubiera vuelto loco y no digamos cuando me acompañó a ver el Ebro, lo peinaba de arriba a abajo importunando la tranquilidad de sus aguas y de sus riberas.
Los días siguientes, me dejó tiempo libre, sólo apareció por las mañanas a desearme un buen día y por las noches para informarse de cómo lo había pasado a lo largo de la jornada.
Pero la víspera de mi regreso estuvo especialmente unido a mí, parecía que intuía mi marcha, así es que se metió en mis oídos y no tuve más remedio que traérmelo para acá.
Aún estoy disfrutando de su compañía con la otitis que me ha dejado de recuerdo.
La próxima vez, porque amenazo con volver, me iré provista de orejeras y haré mía esa frase que se dice: "Que el Cierzo no te pare".
A mí no me ha parado me ha hecho volar.
Una otitis?
ResponderEliminarQue detallista es el cierzo eh?
:P
Besos.
Jajaja, Tracy me ha hecho reír, que bien contado y que razón llevas.
ResponderEliminarEl cierzo es mucho cierzo, yo cuando llegue allí pensaba y para que irá aquí la gente a la peluquería?
Jejeje, qué bonito mini relato!!!. El Cierzo, gran protagonista de estos días!!. Zaragoza no me la he tenido que imaginar, porque ya he estado, y me has recordado un trocito de mi viaje años atras.
ResponderEliminarBesos.
Pues hemos sido inspiradas por los vientos con buen humos. Tu cierzo es como mi levante, arrebatador.
ResponderEliminarMe ha encantado volar contigo por Zaragoza.
Un beso.
Jaja, una buena entrada, el cierzo estaba en su casa y acostumbrado a moverse con soltura, pero la ciudad no desengaña,y has podido disfrutar de las fiestas de conmemoración. Salibrincos
ResponderEliminarLo has llevado muy bien. El Cierzo es frío y tiene fuerza por lo que es especialmente molesto.
ResponderEliminarReconozco que la Tramontana podía conmigo.
Un beso.
Unos protestan por el viento y ya ves yo también hablo del viento , que ya no voy solo, que sí que me lleva el viento. Como tú dices algunas veces se pasa , pero ya veo que volverás , ¡que a ti no te doblega ningún viento ni el mismo Cierzo!.
ResponderEliminarBesos.
Un compañero fiél como pocos, es el viento del Cierzo, el paseo por Zaragoza lo dejo claro, pero nada puede hacer, no desear volver a esas bellas tierras...Yo fuí en Agosto...hace ya varios años, y el calor se dejo notar y mucho, por eso siempre pensé en volver en Primavera...Ahora con tu relato estoy dudando, cuando volver...Pero las ganas no se me fueron.
ResponderEliminarMe gusta como consigues que veamos lo qué tu vives.
Otro asunto : He cojido el testigo de Valaf en el torneo de Haiku, El III Torneo se celebra en mi blog, vengo a invitarte a participar, disculpa qué lo haga desde aquí, no tengo tu correo, en mi blog he colgado una entrada con las bases y todo lo que necesitas saber,si te animas, me puedes contestar en los comentarios, o a mi correo donde tambien recojeré vuestros aportes.Animaté guapa, estaré encantada de contar con tu participación de nuevo....Besos por el aire llenos de cariño.Lucia.
Correo electr..:lossecretosdemialma@gmail.com.
Las cometas que han cogido un buen cierzo cuentan que es el mejor de todos¡
ResponderEliminarUyyy... el cierzo es mucho viento, igual que el Moncayo de donde procede cuando viene tan frío.
ResponderEliminarPues debo haber tenido suerte cuando he ido,porq no lo he notado soplar con esa fuerza.
ResponderEliminarCuídate del oído.
Smuackkk
Mira, ese acompañante no lo tuve yo, claro que estuve en Julio e igual se habia ido de vacaciones.
ResponderEliminarUn molesto acompañante a veces, ese Cierzo feroz.
ResponderEliminarLa próxima no te pillará desprevenida.
Cuando uno va a Zaragoza se trae caramelos de los gordos, no una otitis..
ResponderEliminarUN RELATO MUY DIVERTIDO.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Pues no te acerques por aquí que llevamos tres días que entre lluvia y viento no se puede salir a la calle.
ResponderEliminarNo estamos acostumbrados a tan mal tiempo.
jaja
Besos
¡faltaba más a ti... ni el Cierzo te para!
ResponderEliminarjajajajaja la Imágen es preciosa.
Como que hay amores que matan y el cierzo te cogio cariño, mira por donde jajajaja
ResponderEliminarUn beso
Para nosotros, lectores de tus peripecias, el Cierzo se nos antoja divertido porque divertida es la forma en que nos lo presentas, a pesar de que para tí haya constituido un auténtico incordio. Estuve en Zaragoza hace muchos años una semana entera y aún recuerdo con añoranza todos sus rincones. Preciosa ciudad a la que me gustaría volver algún día. Claro que fué en Julio y el viento estaba de vacaciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi del cierzo me gusta hasta el nombre,cuando pega en la cara es una maravilla.
ResponderEliminarBesos
He vivido el cierzo en Zaragoza y puedo decirte que es lo màs desagradable que he conocido. un fuerte abrazo
ResponderEliminarfus
En el Dia Internacional de la Mujer, recibe mi abrazo, acompañando estos sentires para que mimen tu ser:
ResponderEliminarEn lo femenino la ilusión es realidad
En lo femenino la gota de rocío es alimento
En lo femenino el beso no es una casualidad
(Frag: Jose Luis Padilla)
Cariños
No sé cómo será el cierzo, pero el viento fuerte... no es mi fuerte.
ResponderEliminarTracy, abrazo y feliz Día de la Mujer.
Ni me hables de la tramuntana que revuelve los sesos en Girona, al pillín cierzo lo conozco, menudo es, tozudo, cazurro, jejeje, cuando te pilla no te deja ni el oído a salvo. Un viaje muy aireado y divertido. Besitos con soplos tibios.
ResponderEliminarjajja, besos.
ResponderEliminarBravío el Cierzo! Pero tú eres tan o más bravía que él... a mí tanto viento entrándome por los oídos me amedrentaría. Pero vamos, las orejeras serán la protección perfecta, y aspirarlo con valentía te pondrá una sonrisota de desafío!
ResponderEliminarBesos al viento!
Gaby*
jejej es que el viento tiene personalidad, según sea de donde sople y con qué ganas ande de hacer travesuras!
ResponderEliminarUn abrazo!
=)
tres cosas:
ResponderEliminaruna.- de una imaginación terrible este texto, amén de estar más que bien escrito.
dos.-¿pensaste alguna vez en la posesión carnal con la imagen del viento envolviéndote toda o con la imagen del agua de igual manera? es que me has recordado esta imagen que nunca he sabido expresar bien en algún escrito.
tres.- en salmanca, justo en la calle de la pontificia, y no recuerdo cómo se llama la susodicha, se dice que es la calle del COÑO...por aquello..perdón, de los TRES COÑOS, pero sólo recuerdo uno: COÑO QUE VIENTO HACE. y sabes, en esa calle es verdad que el viento se encajona de tal manera que te lleva en volandas.
medio beso.
Desde luego que es terrible ese viento que no te deja ni caminar; pero di que si que no han de poder con una, faltaría más.
ResponderEliminarUn abrazo
No conozco ese viento pero se nota que es bastante perseguidor y acosador. Hay que aprender a quererlo o desistir de ir al lugar donde esté.
ResponderEliminarUn simpático relato que me dibuja una sonrisa.
Besitos.
Desde luego, encima que se preocupó de darte la bienvenida y de acompañarte durante toda tu estancia para asegurarse de que los vientos te eran favorables jajaja
ResponderEliminarPero ya se sabe, al mal tiempo buena cara y a disfrutar!
Besos!
Qué bien has descrito tu recibimiento y marcha de Zaragoza de ese viento que te acompañó. No he estado mucho en esta capital, pero una vez me pilló ese cierzo y lo recuerdo bien.
ResponderEliminarFui a comprar una grúa (esas de construcción) a una población cercana a Zaragoza, que creo se llama Casillas. Para hacer una demostración, la montaron y desmontaron delante mío y me dio una pena enorme ver al personal que hizo este trabajo. Decían estar acostumbrados, pero a semejante martirio no creo que nadie esté acostumbrado.
Un beso.
Original historia con amante espacial incluido. Es un poco terco y bruto, pero cariñoso y fiel.
ResponderEliminarConozco aragoneses que se les sale el Cierzo por la boca y te tumban de una jota.
Besos
Pues me encanta haberte acertado el tema, jaja. Conozco muy bien a ese pillín, estuvo también a punto de arrancarme una puerta del coche y recuerdo, pese a que soy de volumen grande, tener miedo por si echaba a volar en la calle Isabel la Católica.
ResponderEliminarEso, que el cierzo no te pare y que no concibo Zaragoza sin su presencia.
Besos gigantes y cabezudos.
¡Qué cariñoso el cierzo.! No te abandonó en toda tu visita.
ResponderEliminarNi pizca de viento encontré yo en Zaragoza cuando fui. Eso sí, 43 grados desde las doce del medio día...Más que andar me iba derritiendo por sus calles.
Besos
Pues no conozco España, pero estuve viajando con tu relato.
ResponderEliminarBesos.
No lo conocía, pero por lo que cuentas... para la próxima dos piedras en los bolsillos ¿o serás pocas?
ResponderEliminarBesos!!!
No conozco el cierzo, pero la verdad que a mí el viento me pone un pelín nerviosa... Feliz MM
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