RETO: LEYENDO A PAUL AUSTER

El reto consistía en leer un libro del autor durante este año. 

Pienso que si todos los retos fuesen como este, estaría encantada de llevarlos a cabo, es un autor que me resulta muy agradable leer y además lo considero uno de los grandes; en su haber tiene, entre otros, dos importantes reconocimientos: El Premio Médicis en Francia y el Príncipe de Asturias 2006 en España.
La obra escogida para cumplir este reto ha sido: Leviatán

 Es la historia de dos escritores que se conocen al coincidir en una lectura de sus respectivas obras y a partir de ahí, continúan su amistad.

 Tras la terrible muerte de uno de ellos, será su compañero (alter ego del propio Paul Auster) el encargado de explicar al mundo la vida de su amigo cumpliendo el encargo que le hizo en una de sus últimas conversaciones.

 Ha sido una novela que me ha atrapado desde el primer momento y  ha mantenido mi  interés a lo largo de ella, pese a que el género policíaco no es de mis preferidos.
Los personajes perfectamente descritos van entretejiendo sus vidas de una manera, parece que arbitraria, para luego encajar perfectamente y construir la trama de la novela que discurre por  

 distintos derroteros dependiendo del azar que pueda cambiar su curso en cualquier momento.

Es impresionante la forma en que maneja el lenguaje, como diría mi madre "no da puntada sin hilo", el mismo nombre de la obra da pistas sobre los objetivos que el autor se propone enseñar al lector: 

Leviatán era un monstruo marino de las profundidades del mar según se cuenta en la biblia y de aquí saca el nombre Thomas Hobbes para desarrollar su tesis sobre el liberalismo político y tachar de bestia  a los estados que tienen un poder omnímodo en el mundo. 

Paul Auster lo usa para describir a los EEUU simbolizados en la Estatua de la Libertad poniendo a su protagonista en contra de la guerra de Vietnam hasta el punto de hacer saltar por los aires  este símbolo estadounidense por excelencia.

Entre otras cosas me ha servido para recordar la historia de Berkman, el anarquista y judío radical que había vivido en  Rusia y quiso luchar contra el símbolo de la opresión capitalista dando  un tiro a Henry Clay Frick, empresario y llamado "el hombre más odiado de América"  que en una ocasión mandó abrir fuego contra los trabajadores. Frick no murió, pero Berkman pasó catorce años en la cárcel dónde escribió “Memorias carcelarias de un anarquista”, por cierto muy interesante. 

Y en otro orden de cosas más livianas me ha sorprendido que Paul Auster hable de la dieta cromática que seguía María Turner, protagonista femenina de la novela:

“Desde los catorce años había guardado todos los regalos de cumpleaños que le habían hecho: aún envueltos, pulcramente ordenados cronológicamente en estantes. De adulta, celebraba cada año una cena de cumpleaños en su honor, a la cual invitaba siempre a tantas personas como años cumplía. Algunas semanas se permitía hacer lo que ella llamaba «la dieta cromática», limitándose a alimentos de un solo color cada día. Lunes, naranja: zanahorias, melones cantalupo, camarones cocidos. Martes, rojo: tomates, caquis, steak tartare. Miércoles, blanco: lenguado, patatas, requesón. Jueves, verde: pepinos, brécol, espinacas. Y así sucesivamente hasta llegar a la última comida del domingo.” 

Os la pongo por si queréis seguirla, a la vez que os pongo la reseña del libro por si queréis leerlo, os gustará.