BONSAI

Es una palabra de origen japonés que está compuesta por otras dos: "bon" = bandeja y "sai" = naturaleza.
El arte del cultivo de los bonsais tiene como objetivo llevar la naturaleza, en una bandeja, a la casa

Para ello emplea técnicas que lo mantiene de pequeño tamaño.
El otro día asistí a una jornada  que se dio en el Jardín Botánico sobre todo esto, sentía curiosidad por tener una toma de contacto con este método del que no sabía nada.
Las personas encargadas de explicarnos esta difícil tarea del cuido del Bonsai, eran expertas en el tema y según nos dijeron se habían hecho a sí mismas investigando, practicando y equivocándose muchas veces. Y yo añado: y echándole mucha paciencia. 





















 Nos mostraron cómo se guiaban las ramas podándolas y atándolas con alambres que según iba pasando el tiempo se les iban quitando y modificando según veían el aspecto que iba adquiriendo el árbol.
Nos enseñaron como hacerle una base, si no lo queríamos a pie de tierra, se envuelve el mantillo de la base con un trapo húmedo y encima se recubre de musgo. El trapo no hay que retirarlo porque desaparece al pudrirse con la humedad que mantiene el musgo.

También se le puede meter roca para adornarlo... a gusto del artista.

Y a base de mucho cuido, de mucho mimo y de mucha paciencia... a esperar que crezca sin crecer.
Nunca practicaré este arte, no tengo paciencia ni sabiduría para ello.
 Hace muchos años me regalaron un bonsai y guardo su esqueleto porque es una belleza, esperaros que os lo enseño, se llama RABO

No me desprenderé de él, por el árbol en sí y por la persona que me lo regaló.
Me permito haceros una sugerencia: antes de regalar un bonsai, cercioraros que a la persona que se lo entreguéis sabe cuidarlo, cosa bastante difícil, tal como comprobé el otro día, por la cantidad de tiempo y preparación que se necesita para sacarlo adelante.