Le toca el turno a nuestra amiga Nieves, que ha propuesto que escribamos sobre la mirada en sus diferentes formas.
Un tema que puede llevarnos a conocer las distintas clases de miradas que se dan y que sin lugar a dudas será interesante compartir aquí
Un tema que puede llevarnos a conocer las distintas clases de miradas que se dan y que sin lugar a dudas será interesante compartir aquí
LA MIRADA
Hora punta en el metro.
Él la dejó pasar, cediéndole su asiento.
Hora punta en el metro.
Él la dejó pasar, cediéndole su asiento.
Ella le dio las gracias con una sonrisa sin reparar en él porque sus pensamientos estaban centrados en sí misma: debo estar decrépita cuando me ha dejado su asiento, claro que también es que voy tan cargada que debo dar pena, me tengo que arreglar aunque sea para ir al mercado...
En estas elucubraciones estaba cuando anunciaron por el interfono:
- Próxima parada Nuevos Ministerios.
Él se dirigió a ella y mirándole a los ojos le dijo:
- Todo un placer haberla...
No pudo oír más, ¿qué habría dicho "conocido", "encontrado", "cedido el asiento"...?
En estas elucubraciones estaba cuando anunciaron por el interfono:
- Próxima parada Nuevos Ministerios.
Él se dirigió a ella y mirándole a los ojos le dijo:
- Todo un placer haberla...
No pudo oír más, ¿qué habría dicho "conocido", "encontrado", "cedido el asiento"...?
Quedó tan tocada por aquella mirada que cuando quiso acordar, lo único que vio a través del cristal del vagón fue su figura apuesta y elegante que se alejaba por el andén.
Aquella mirada transformó su vida.
Desde entonces el mismo día de cada semana se sube al metro y vive apasionadamente el momento de llegar a la parada de Nuevos Ministerios, por si vuelve a verlo.
Reconocería esos ojos y esa mirada entre mil, aunque no puede decir lo mismo del resto de sus facciones.
Regalo de Nieves
Gracias
Aquella mirada transformó su vida.
Desde entonces el mismo día de cada semana se sube al metro y vive apasionadamente el momento de llegar a la parada de Nuevos Ministerios, por si vuelve a verlo.
Reconocería esos ojos y esa mirada entre mil, aunque no puede decir lo mismo del resto de sus facciones.
Regalo de Nieves
Gracias
Una historia corta pero apasionante. Me recuerda a la canción de Serrat, Penélope...
ResponderEliminarsaludos
Esas historias se dan, de ahí que Serrat hiciera Penélope.
EliminarQué pena si no le vuelve a ver...
ResponderEliminar: (
Bss
Hay miradas que son imanes, solo ves los ojos que te miran.
ResponderEliminarSaludos
Totalmente de acuerdo contigo.
EliminarHay miradas que no se olvidan.
ResponderEliminarSalu2 mira2, Tracy.
¡¡¡Ya te digo!!!
EliminarPersiguiendo una mirada, estamos faltos de ellas. Saltibrincos
ResponderEliminarCreo que has dado diana.
EliminarUn beso.
Es cierto que hay miradas que concentran todo el resto de la persona. Son imanes...
ResponderEliminarBravo.
Un beso.
Es verdad, imposible apartar los ojos de ellas, ¡Qué poder tienen!
EliminarNada más expresivo que una mirada...
ResponderEliminar... Y más verdad.
Eliminarno hay nada más expresivo que una mirada, a veces una simple mirada dice mas que mil palabras y dice TODO...
ResponderEliminarUn abrazo!
http://reflexioneseimaginaciones.blogspot.com/
Las miradas no engañan , hay que saberlas leer.
EliminarCumpliste con creces la propuesta. Hay que estar atentos a las miradas... y a los caballeros amables, nunca se sabe qué puede pasar después de que te cedan el asiento.
ResponderEliminarAh, también no salir nunca como de entrecasa... jajaja...
Besotes.
Lo último que dices lo llevo yo a gala: no salgo de casa sin emperifollarme, porque nunca se sab con quien te puedes encontrar, jejejejeje
EliminarLas miradas en el transporte público... Cuantas fantasías encerradas en esos vehículos...
ResponderEliminarAy si los autobuses y los metros hablasen...
EliminarMe encanta, es un relato de algo muy cotidiano y eso aún lo hace mucho más interesante.
ResponderEliminarMe imagino siendo yo, jajaja. Seguro que haría lo mismo que la protagonista :)
Muchos besos
eso le decía a Luciano que si los transportes públicos hablasen...
EliminarBuenas tardes, Tracy:
ResponderEliminarFelicidades por tu relato.
Comparto ese pensar de tu personaje que si una persona desconocida se me queda mirando ya no es por algo positivo. No es que me vatan cediendo asientos, pero sí que me tratan de “señor” y los ancianos em,piezan a guardarme sitio a su lado en el parque.
Esos encuentros casuales en los que no sabes si detrás de la cortesía puede esconderse una incitación a una travesura, son de lo más revitalizantes. Hacen que el día pase absorto en ensoñaciones de lo que pudo haber ocurrido si el lenguaje de las miradas hubiera dado paso al de los hechos.
Un abrazo, Tracy.
Jajajajaja, ya será menos. No te imaginaba tan coqueto, ni tan exagerado, pareces andaluz.
EliminarRespecto a lo que dices de esos encuentros, pueden dar ilusiones para toda una vida.
Un abrazo.
Muy bueno y muy realista, Tracy!!!!
ResponderEliminar(te hice caso y actualicé)
Besotes
Gracias por hacerme caso, ganamos todos.
EliminarHay miradas relámpago que van de la pupila al corazón y graban sus iniciales en el ventrículo izquierdo.
ResponderEliminarBss
Es que hasta te duelen en ese recorrido.
EliminarBesos
Hay miradas que son inolvidables, pero el hecho de haber sido mirada tal vez sea lo que más le impactó. Espero que lo vuelva a encontrar, para que pueda esta vez prestar más atención y salir con algo bueno.
ResponderEliminarUn beso!
También votaría porque eso sucediera alguna vez,
EliminarTuvo que ser una mirada sensual, cautivadora, inteligente tal vez para que a ella siga latiéndole aceleradamente el corazón todos los días antes de llegar a la estación de Nuevos Ministerios. Si hubiera sido una mirada procaz, esquiva, insolente, huidiza, bizca, torva, pegajosa, gazmoña habría tenido que acabar viajando en el autobús. En cualquier caso el tipo era un ligoncete de metro que se dice.
ResponderEliminarUna buena deducción ¡BRAVO!
EliminarOye qué bien manejas los adjetivos, otro BRAVO.
Un besote.
Miradas que dejan huella y marcan nuestras acciones de búsqueda entre la gente aunque no lo reconozcamos. ¡Felicidades por este estupendo relato!
ResponderEliminar¿Tú crees? me refiero a que marcan nuestras acciones de búsqueda.
EliminarGracias por tu juicio sobre mi relato y un fuerte abrazo.
Si solo recuerda la mirada, a lo peor tenia la cara picada de viruela, quemada, o con lepra, vete tu a saber...
ResponderEliminarBesos y salud
Andaaaaaa!!!
EliminarQuedarse prendada de una mirada, de unos ojos que eran el todo de aquel hombre que solo había visto en esa ocasión y que buscaría hasta encontrarlo de nuevo. Puede que todo quede en un sueño pero será un aliciente para subir al metro.
ResponderEliminarUn beso.
Puede ser un aliciente no sólo para subir al metro, sino para vivir una vida.
EliminarBesos
Una mirada que lo dice todo...
ResponderEliminarBesos.
...Y lo puede todo.
EliminarMiradas que atrapan sin advertirlo
ResponderEliminar.. o que atrapan queriendo.
EliminarMe gusta la historia que narras porque es muy cercana, he tenido esa vivencia. Recuerdo una chica que se sentó a mi lado en un autobús interurbano, con la que trabé amistad y que nunca volví a ver. Y cada vez que volvía a pasar por el mismo lugar, tenía la esperanza de verla subir al autobús. Una historia de hace treinta años, aclaro.
ResponderEliminarBesos, amiga.
¡Qué bien!
EliminarPues te la dedico a ti con todo mi cariño.
Por cierto que pincho tu relato y no puedo leerlo, no sé si es mi problema o tuyo.
Quedarse colgada de unos ojos....amor a primera vista, cosas que pasan...¿o no?
ResponderEliminarUn beso
Pasan y más de lo que nos creemos.
EliminarUn beso.
Su mirada no la podrá olvidar; es posible que al resto de la persona nunca la pueda reconocer. Quizás debió de haber prestado más atención.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo
Una mirada certera que encendió las llamas en tu protagonista.
ResponderEliminarQue linda sensación la de tu relato. :)
Besos
Es cierto. Hay miradas que uno desearía volver a ver. Y se prepara para ello, lleguen o no. Me encant´´o tu relato.
ResponderEliminarBesos
Se chifló eh...
ResponderEliminarBesos.
Historia con final y esperanza abiertos.
ResponderEliminarUn beso.
Hay miradas que logran atravesarnos completamente, incluso, haciéndonos replantear nuestra rutina con entusiasmo.
ResponderEliminar=)
Hay ojos que ofician de imanes... te atraen y ya uno, no se desprende de ellos.
ResponderEliminarUna linda historia que tiene mucho de ese andar cotidiano en el que es inevitable de vez en cuando, prendarse de alguna que otra mirada.
Besos!
Gaby*
Esto pide un nuevo encuentro. Es que hay cada miradita...
ResponderEliminarBesos.
Un corto, largo en sugerencias, en imaginación, en sabor dulce.
ResponderEliminarLo único que me ha quedado algo tenebroso es que se bajara en los Nuevos Ministerios...
Besos
Dicen que nuestra mirada refleja nuestro más íntimo ser, nuestra alma...por eso a veces, lo que mejor recordamos de una persona que nos ha "enganchado" es su mirada. Un abrazo
ResponderEliminarLo tiene crudo...
ResponderEliminarEl azar es muy caprichoso.
Besos, linda.
A veces una mirada nos conmueve, solo recordaba la mirada, por lo que idealizaría con el tiempo el resto y ya nunca lo encontraría, que en Nuevos Ministerios se baja y sube mucha gente, lo mismo me crucé con ellos alguna vez, jejeje, pero andaría absorta leyendo, miles de besossssssssssssssss
ResponderEliminarCreo sinceramente que una mirada te puede marcar hasta ese punto. Lástima que no tenga compensación alguna tan larga espera. Tal vez si otra mirada igual de intensa se cruzara en su camino...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Es curioso, el típico rebusque de motivos y no disfrutar el instante, que es posible no vuelva a repetirse, muy bueno,
ResponderEliminarUn beso