De la mano de Teresa Oteo, este jueves escribiremos sobre lo engañosas que son las apariencias, así es que si queréis tomar buena nota de ellas, podéis hacerlo aquí
"No es oro todo lo que reluce"
Habían acordado reunirse el último jueves de cada mes, desde que estaban en la universidad y mes tras mes no faltaban a su cita.
Sus respectivas parejas quedaban al margen, a ellas se les reservaban todas las noches de los viernes y a sus santas familias los sábados y los domingos.
Todo estaba perfectamente estudiado y pactado para preservar ese paréntesis de aire fresco que oxigenaba las monótonas relaciones que cada cual sobrellevaba como podía.
Ese jueves, como de costumbre, escogieron minuciosamente un restaurante de comida de diseño en el que no hubieran estado antes, lo cual no era difícil pues últimamente se multiplicaban como hongos.
Sus respectivas parejas quedaban al margen, a ellas se les reservaban todas las noches de los viernes y a sus santas familias los sábados y los domingos.
Todo estaba perfectamente estudiado y pactado para preservar ese paréntesis de aire fresco que oxigenaba las monótonas relaciones que cada cual sobrellevaba como podía.
Ese jueves, como de costumbre, escogieron minuciosamente un restaurante de comida de diseño en el que no hubieran estado antes, lo cual no era difícil pues últimamente se multiplicaban como hongos.
Después fueron a tomar los gin-tonics a un selecto club de alterne en el que se anunciaba un espectáculo vintage que recreaba la época de Xavier Cugat.
La noche se iba desarrollando según los planes previstos, la comida había resultado exquisita y el Club parecía cubrir las expectativas que habían puesto en él: mujeres muy atractivas y elegantes subidas en poderosos tacones seducían con sus movimientos a quienes se le cruzaran en su camino, el sexo, de momento, era lo menos importante.
Los chicos eran para pecar con solo mirarlos y luego seguir pecando mientras se le iba quitando la pajarita y desabrochando los pantalones que tenían esa caída tan perfecta.
Decidieron separarse para no interferirse unas a otras en el juego.
La verdad ellas no tenían nada que envidiar a las chicas que deambulaban por la sala y en las artes amatorias, según le decían sus parejas, tampoco. por algo practicaban con ellos las veces que no les dolía la cabeza.
Los chicos eran para pecar con solo mirarlos y luego seguir pecando mientras se le iba quitando la pajarita y desabrochando los pantalones que tenían esa caída tan perfecta.
Decidieron separarse para no interferirse unas a otras en el juego.
La verdad ellas no tenían nada que envidiar a las chicas que deambulaban por la sala y en las artes amatorias, según le decían sus parejas, tampoco. por algo practicaban con ellos las veces que no les dolía la cabeza.
Jueveando, Jueveando se pasa la noche.
ResponderEliminarLa noche temprano.
La noche, ya mas tarde.
Y finalizando, la noche mañanera que ya no es tan Jueves .
manolo
Pero que me quiten lo .........del diseño.
A ti donde se ponga un potajito de garbanzos con espinacas... ¡ummmmmmmmmmmmmm!
EliminarMenudas lagartas eh, jajajajajajaa
ResponderEliminarBesos.
Por una vez al mes que se van de juerga ellas....
EliminarBesos
Esto es de cuatro rombos, por lo menos, jajaja.
ResponderEliminarSalu2 romboides, Tracy.
¿Ha dañado tu sensibilidad?, jejejejejeje
EliminarPiel de fresa
ResponderEliminarcorazón amargo.
En casa presa
ya te haces cargo.
El jueves diosa
el estrés descargo.
El viernes la cabeza
me duele un rato largo
así soy princesa,
con príncipe en letargo.
Aparento ser preciosa
mas amo por encargo.
Saludos, un beso y muchas gracias.
Gracias a miles para ti, de verdad. eres un lujo para mi blog con tus comentarios en verso.
EliminarUn beso.
Si, no es oro todo lo que reluce, al final termina desluciéndose.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí.
EliminarBesos.
Jajajajja, es que las apariencias engañan...
ResponderEliminarBesos
Raquel
¡Y de qué manera!
EliminarAix, esto de ser tan constante, ¿¡Todos los jueves?! Las apariencias engañan, está claro.
ResponderEliminar¡Un jueves al mes!
Eliminar:-D Todo el mundo tiene sus secretos...
ResponderEliminarUn saludo
Unos más grandes que otros, pero todos los tenemos ¡claro!
EliminarJajajajaa, en fin...es que de verdad que no se puede fiar nadie de las apariencias!
ResponderEliminar:)
:)))
EliminarHay algunas variedades de fresón que su sabor se parece mucho al del kiwi, así como el sexo que describes no parece muy apasionado que digamos... :(
ResponderEliminarSalud y besitos
La verdad es que no conozco ese tipo de fresas con sabor a Kiwi.
EliminarPuede convertirse en algo peligroso, o no claro. Todo depende del gusto y de los interesados. Lo mejor es una buena tortilla de patatas con medio litro de vino, y después subir a la terraza y quedarse contemplando las estrellas, que sale más barato y así evitas posibles embrollos.
ResponderEliminarBesos.
Si mo lo dijeras tú me lo creería, jejejejejejeje
EliminarJajjaja me ha encantado el final...cuando no les dolía la cabeza...jajjaja
ResponderEliminarBravo Tracy
Y un beso!
¿Y pensar que parecía que eran ellos los que se iban de farras y fueron ellas? ¡Ay los estereotipos!
Eliminar...no es oro todo lo que reluce......
ResponderEliminarEspero que tu hija......vaya......sin pausa ni tregua.
Sin pausa pero sin prisas,jejejejeje
EliminarA mi no me parece mal, si a ellas les parece bien a mi tambien. Que esto son tres días y algunos salen nublados. Abrazos
ResponderEliminarLlevas razón!!!!
EliminarBueno se ve que no perdían el tiempo ¿NO? jajajajaja.
ResponderEliminarSaludos Tracy.
¡Que va!, bien, pero bien, aprovechaíto
EliminarHola Tracy!
ResponderEliminarCuántos oros hay de esos que están demasiado empañados!!
Muchas gracias por participar y acompañarme.
Un beso!
Gracias a ti por dirigirnos.
EliminarBesazos.
Vaya, vaya... menuda marcha. Lo del oro hace tiempo que se puede trucar cada vez que conviene.
ResponderEliminarAbrazos!!
Así es.
Eliminarun beso.
Y............. hay para todos los gustos no???
ResponderEliminarCariños
En ña variedad está el gusto, Abu.
EliminarBesos.
¡jaja! «Dime con quien andas y te diré quién eres»
ResponderEliminarGracias, me he divertido.
Un beso
¡Qué bien!, me alegro que lo haya pasado bien leyéndome.
EliminarUn abrazo
Bonito cuadro ... gran relato, Tracy, no he tenido más que cerrar los ojos para estar allí
ResponderEliminarJajajajaja
EliminarGracias Enrique.
Todavía babeo, pero por la es "fruta prohibida", no se me entienda mal.
ResponderEliminar;)
Jajajajajaja
EliminarPues qué rollo de diversión, reunirse para eso ¡qué rollo!
ResponderEliminarUn beso fuerte, Tracy.
Cada cual se divierte como puede o como le apetece o como sabe, jejejejeje
EliminarMenudo paisaje de sorpresas...
ResponderEliminarBuen relato donde el oro brilló ....o se apagó????
Cordial saludo
Gracias lo del brilloo no brillo depende de como se mire.
Eliminarbesos.
.
ResponderEliminarEstas chicas tenían sus matices, y eran difíciles de descubrir. Hacían muy bien su doble juego.
Un abrazo
Gracias Carmen, efectivamente había muchos matices.
EliminarY resultó que las mujeres atractivas y elegantes eran quienes habían ido a divertirse.
ResponderEliminarCurioso giro.
Muchas son las sorpresas que te llevas en este mundo... besotes
ResponderEliminarPues sí, quién iba a imaginar cómo se lo pasaban los jueves!!
ResponderEliminarMuy buen relato, un placer leerte.
Muchos besos
Jajajajajaja... pero bueno Tracy esto si que no me lo esperaba yo, que mujeres esas por dios, desde luego que las apariencias engañan, yo pensando todo el rato que eran los maridos los que habían ido al club de alterne y de cena y son ellas... jajajajaja... muy, muy bueno, no me esperaba el giro final y me ha encantado...
ResponderEliminarMil besinos...
¡No eran santas las muchachas! jejeje.... y bueno, si esa es la manera en que acordaron escaparse de las rutinas y no hay engaño, sólo una breve fuga de sus obligaciones... allá ellas!
ResponderEliminar=)
Un abrazo
Por un momento al comenzar a leer tu relato, sospeché que los maridos en plan de juerga iban a llevarse la sorpresa de que esas mujeres con las que planeaban ser infieles a sus esposas, eran sus esposas justamente. Quienes tenían una actividad oculta.
ResponderEliminarMuy bueno Tracy! Creo que todos hemos caído en la trampa de creer que eran los hombres los que salían todos los jueves a divertirse!
ResponderEliminarUn beso
Buenas tardes, Tracy:
ResponderEliminarEnhorabuena por tu relato, escrito de una manera muy cuidada para llegar a un final sorprendente.
Un abrazo.
Muy bueno Tracy, todos tenemos derecho a divertirnos, pero la verdad el final me sorprendió y divirtió mucho! Un beso.
ResponderEliminarFíjate Tracy que lo que a todos nos resulta sorpresivo es que sean ellas y no ellos las que tienen una cita semanal para escapar de la rutina. Estamos muy lejos aún de encontrar esa situación como normal, como demuestra el asombro y la sorpresa que nos causa. La igualdad real entre hombres y mujeres, lamentablemente, tardará aún mucho en llegar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Divertido final. Ellas también tienen derecho a divetirse. en esos jueves llenos de sorpresas.
ResponderEliminarUn abrazo
Una inversión de lo que podría ser lo esperado... y es que las mujeres, también tenemos derecho a liberarnos un poco e ir cada tanto de parranda! Has logrado despistarme! Buen giro le has dado al final.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Y no tan alejado de la realidad...
ResponderEliminarSacándole brillo al oro!
Sonrío.
Besos, Tracy.