JUEVEANDO CON: RELATOS DEL FRÍO

Nos conduce Dorotea, que ha pensado con buen criterio: combatir el calor tremendo que estamos pasando con relatos de frío, espero que cuando los leáis en su blog, surta el efecto deseado.

RELATOS  DEL  FRÍO

Secuencia de cómo surgió este relato del "no frío"
DOMINGO: Me entero de la idea que ha tenido nuestra querida Doro proponiendo estos relatos sobre el frío para que pensando en él, nos refresquemos aunque sea mentalmente
LUNES: No puedo pensar en  desarrollar un relato que hable del frío , cuando estoy sudando como un pollo...por cierto ¿cual será el origen de esta expresión? ¿los pollos sudan? lo tengo que investigar.
MARTES:Ya lo he investigado y es que la expresión entera es "suda más que un pollo asado" Ya decía yo, ¡eso sí! Y con este descubrimiento con el que seguro me darán el Nobel, sigo con lo mío.
MIÉRCOLES: Me siento ante el ordenador sudando la gota gorda mientras  en el resto del país está sufriendo la gota fría, porque  aquí, en mi "Fuenlli", llevamos tres días de Terral que ni os cuento,
Bueno.... voy a centrarme:

"Ella jugaba en todos los sorteos que caían en sus manos esperando que alguna vez le tocara suficiente dinero para irse a esas islas paradisíacas de palmeras y cocoteros que anunciaban las agencias de viajes, pero este año con el calor que estaba pasando en su pisito de cuarenta metros cuadrados y su pequeño ventilador, cambio el destino de su imaginado viaje. El Caribe tenía un clima tropical y ella necesitaba un clima frío, mejor helado, que le envolviera el cuerpo y pidió información sobre la Antártida, su forma de vida, costumbres, gastronomía...
¡Qué placer!
Estaba decidida y como si el dinero lo tuviera esperando en el cajón de la mesita de noche, se dedicó a ver documentales en los que los pingüinos andaban patosos por entre los bloques de hielo y las focas reposaban plácidamente al tibio sol polar. 
Todo iba bien hasta que salieron en pantalla los esquimales vestidos con pieles hasta los ojos: con sus parkas y sus guantes hechos de piel de caribú, empezaron a entrarle sudores por todo el cuerpo, pero cuando llegó a los "garliik", pantalones hechos de piel de oso, notaba que la respiración le faltaba...  El punto final lo pusieron esas botas grandes y pesadas, "kamik", hechas de  de piel de foca... intentó levantarse  pero todo era tan pesado que no podía moverse.
Al día siguiente apareció en los periódicos: mujer de cuarenta años murió dentro de su casa de un golpe de calor. 

Otra víctima más de las altas temperaturas que estamos sufriendo este verano"