JUEVEANDO CON LOS OLORES

Dorotea que es muy previsora ha querido que escribamos este jueves sobre los olores, por si más adelante nos resfriábamos y no podemos disfrutar del preciado sentido del olfato.

Si queréis recordar olores olvidados, seguro que en su blog  los encontraréis.

- Señorías, el Olor es el causante de esta debacle. Oigamos lo que él mismo tiene que decir en su defensa.

 -  Me siento inocente y orgulloso de mi forma de ser nunca soy responsable de nada, es más siempre me hago notar antes de llegar al lugar donde voy  y cuando me despido, mi estela siempre va tras de mí.
Pongo en guardia sobre mi procedencia, por ejemplo se sabe que un bebé está feliz cuando su olor es a colonia fresca y a vida que empieza,  si por el contrario me torno maloliente sabemos que se hace necesario. un cambio de pañal.  También el bebé, sin saberlo, me usa para reconocer a su mamá y a sus seres más próximos.
Hay etapas de la vida en las que soy el detonante de cambios: el adolescente al que costaba un triunfo el aseo personal, cuando cambia y huele continuamente a gel y loción: enamoramiento a la vista. Así podría seguir poniendo ejemplos hasta el aburrimiento, cosa que no deseo en ningún modo, puesto que de sus señorías depende mi absolución.
Sólo una puntualización: El Olor detecta lo que hay, en ningún caso es responsable de aquello que lo exhala por lo tanto las muertes que se produjeron por la carga química y nociva de la nube tóxica que se desprendió al explotar la fábrica, no las causé yo.
Busquen como responsables: a la vista que no vio, al oído que no escuchó, al gusto que no gustó y al tacto que mal tocó.