UNA DE MECÁNICOS

Para mí Diciembre es el mes de la ITV.
Mientras otros preparan regalos y menús navideños, yo me dedico a preparar la cuenta  del banco para recibir el palo de mi mecánico de turno

No, no os llaméis a engaño, los mecánicos que he tenido no son tan guapos, si fuera así por lo menos disfrutaría de la visión del momento, pero no, es la primera foto que encontré en la red.
El primer mecánico que tuve fue Rafaé, era un hombre mayor aunque sabía lo que tenía entre manos. 

Pero traspasó el negocio cuando se enteró que me había comprado  un coche nuevo. Pensaría que el chollo de mis continuas averías se le había terminado y decidió irse a su casa a descansar.
Mi segundo mecánico se llamaba  Antonio, era majísimo y siempre estaba de bromas pero con el cachondeo te hacía cada chapuza...
Avería que arreglaba me costaba tres viajes: llevar el coche, recogerlo y volverlo a llevar para que arreglara el desaguisado.
 No sé porqué problema de alergia tuvo que dejar de trabajar y traspasó el taller. 

El mecánico actual se llama David, es más serio que un ajo, pero es un buen profesional aunque parece que tiene la tensión baja ¡madremía!, sólo tiene nervio para formar parte de un grupo de Batukada, la energía la echa ahí, me imagino.

Pero tiene dos cosas buenas: la primera que si te dice que el coche está tal día, no te chotea: ¡ESTÁ!, lo cual es importante  dado que el taller está a media hora de mi casa.
Y la segunda cosa buena que tiene es que sólo me roba  lo justo.