Nos conduce Gustavo, antes de que se me olvide aquí podéis pinchar si queréis leer
A LOS QUE SE OLVIDARON DE RECORDAR
Hoy es jueves??? no lo sé, tampoco sé qué debería hacer...
Todos los jueves tengo algo, pero no logro acordarme qué es.
Voy a empezar por levantarme, echo un pié... luego otro pié... cogeré el vestido verde, ese me sienta muy bien, luego me meto en la ducha ¿dónde estará? ¡¡¡No lo sé!!!
La casa es un laberinto lleno de puertas cerradas, no sé por dónde ir al mar, si lo pudiera mirar y si lo pudiera oler...
No encuentro las zapatillas, ¿dónde las dejaría ayer?
mejor le pregunto a la chica, esa que anda por aquí, si me acordara de su nombre:
-¡¡¡Eh!!!, oye tú... ven...
Pero no sé qué decirle, empecemos otra vez: sólo recuerdo que es jueves, ¿jueves...? supongamos que lo es. Tengo que escribir algo aunque no recuerdo que es. voy a esperar un ratito seguro que me acordaré.
Pero...¿dónde lo escribo, en papel? o en esta servilleta? o mejor en el mantel? pero... no quieren que coja tinta, ya sé lo que voy a hacer, me iré hacia la cocina y allí escribiré con la salsa de tomate de las lentejas de ayer.
Ahora me acuerdo... si yo venía a comer...
Cogeré la cafetera y al baño la llevaré. El café huele muy bien, me perfumaré con él.
¡Vaya por dios!, cómo me he puesto, ahora tendré que cambiarme de piel, porque estas manchas no salen y como esa bruja me vea, me reñirá otra vez.
-Mamá tengo mucho miedo, no quiero que venga ella, ven tú y me bañas entera como lo hacías ayer y luego peinas mis rizos, prometo que no chillaré.
-Mamá ¡por favor, no tardes! antes que venga esa bruja, que mi hija dice ser, cuando yo sólo tengo una madre que me cuida y me hace bien.
-Mamá mejor te espero en la cama, ven deprisa, estoy manchada, tengo frío, arrópame...
-Ven pronto, mamá, que es jueves y tengo algo que hacer, necesito que me digas lo que es.
A LOS QUE SE OLVIDARON DE RECORDAR
Hoy es jueves??? no lo sé, tampoco sé qué debería hacer...
Todos los jueves tengo algo, pero no logro acordarme qué es.
Voy a empezar por levantarme, echo un pié... luego otro pié... cogeré el vestido verde, ese me sienta muy bien, luego me meto en la ducha ¿dónde estará? ¡¡¡No lo sé!!!
La casa es un laberinto lleno de puertas cerradas, no sé por dónde ir al mar, si lo pudiera mirar y si lo pudiera oler...
No encuentro las zapatillas, ¿dónde las dejaría ayer?
mejor le pregunto a la chica, esa que anda por aquí, si me acordara de su nombre:
-¡¡¡Eh!!!, oye tú... ven...
Pero no sé qué decirle, empecemos otra vez: sólo recuerdo que es jueves, ¿jueves...? supongamos que lo es. Tengo que escribir algo aunque no recuerdo que es. voy a esperar un ratito seguro que me acordaré.
Pero...¿dónde lo escribo, en papel? o en esta servilleta? o mejor en el mantel? pero... no quieren que coja tinta, ya sé lo que voy a hacer, me iré hacia la cocina y allí escribiré con la salsa de tomate de las lentejas de ayer.
Ahora me acuerdo... si yo venía a comer...
Cogeré la cafetera y al baño la llevaré. El café huele muy bien, me perfumaré con él.
¡Vaya por dios!, cómo me he puesto, ahora tendré que cambiarme de piel, porque estas manchas no salen y como esa bruja me vea, me reñirá otra vez.
-Mamá tengo mucho miedo, no quiero que venga ella, ven tú y me bañas entera como lo hacías ayer y luego peinas mis rizos, prometo que no chillaré.
-Mamá ¡por favor, no tardes! antes que venga esa bruja, que mi hija dice ser, cuando yo sólo tengo una madre que me cuida y me hace bien.
-Mamá mejor te espero en la cama, ven deprisa, estoy manchada, tengo frío, arrópame...
-Ven pronto, mamá, que es jueves y tengo algo que hacer, necesito que me digas lo que es.
Te has superado, es un texto precioso, y me asusta añadir mucho mas para no romper la magia que le has puesto. Cuando mi madre me pregunte quien soy le diré que soy su madre, no quiero que me vea como a una bruja. Un abrazo
ResponderEliminarCreo firmemente que llegsdo el caso, Dios no lo quiera, la madre es lo único que te remueve por dentro.
EliminarCreo firmemente que llegsdo el caso, Dios no lo quiera, la madre es lo único que te remueve por dentro.
EliminarTierno relato besos.
ResponderEliminarGracias.
EliminarUfff conocí de cerca un caso así y tocaba el corazón...como tú hoy...
ResponderEliminarBesos.
Gracias a Dios no conozco a nadie así, pero le tengo tanto miedo...
EliminarYo quería comentar, pero olvide lo que estaba pensando, mejor lo dejo para el otro jueves...
ResponderEliminarNo lo dejes que lo mismo otro jueves estás peor.
EliminarBueno, con esto no me gusta hacer bromas, lo siento.
Un beso
Me he emocionado al leerlo.Nuestro recuerdo y cariño a esas madres q nunca podremos pagarle el amor con el q nos criaron.UN beso
ResponderEliminarMe alegro de verte por aquí de nuevo aunque sea con un tema tan terrible.
EliminarTerrible.
ResponderEliminarUn beso.
Terrible no, lo siguiente.
EliminarUf!
ResponderEliminarQue estrés me has provocado, encima me ha venido el alemán a la mente...
Besos y salud
Lo del alemán no lo entiendo.
EliminarSupongo que nunca nadie deja de ser niño y necesitar a su madre. Es un texto conmovedor, Tracy.
ResponderEliminarBesos
Pues sí.
EliminarBesos
Ay Dios... que miedo me da que un día...
ResponderEliminarUffffff
Besos.
A mí también ufffffff
EliminarEl ser tiembla ante tus lineas
ResponderEliminarCariños
También tiemblo yo.
EliminarEs un texto muy tierno y real, he conocido casos así ...
ResponderEliminarExcelente, Tracy.
Un beso muy fuerte.
Gracias Rosa, da pavor.
EliminarGracias Rosa, da pavor.
EliminarNo quisiera sufrir de eso,
ResponderEliminarporque lo que más quiero
es mi memoria y lo que más temo
es el olvido...
(Pero no olvidé publicar algo acerca del olvido...)
Eso está bien, que mientras tu memoria aguante, no nos prives de tus entradas.
ResponderEliminarUn beso.
Magnífico. Has conseguido transmitir todo sin hablar específicamente de ello.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Pikxi.
EliminarTe he leído y me parece una genialidad, no me olvido de tí aunque la pérdida de memoria es un drama más que nada para el entorno. Que no la pierdas nunca tracy.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Gracias por venir y comentar.
EliminarA pesar de la dureza del tema en torno al cual gira este maravilloso relato, me ha dado ternura esa voz que llama a su madre y esos ojos que ven el cuidado materno encarnado en su hija.
ResponderEliminarUn beso.
Eso salva la dureza del relato.
EliminarUn abrazo.
Comencé leyendo tu relato con una sonrisa pero se me congeló al final!
ResponderEliminarUn beso
También me pasó a mí.
EliminarEs como un viaje en espiral situándote en el centro. Mientras todo cambia, tú, en el medio, pierdes el norte más no la esencia.
ResponderEliminarEs duro, muy duro...
Besos enormes.
Yo no lo sabría explicar, solo temo la dureza y crueldad del problema.
EliminarUna de tus mejores entradas, sin duda alguna. Me has emocionado.
ResponderEliminarSaludoso y besos
Montse, muchas, muchísimas gracias.
EliminarMagnífico tu relato, y real y triste, muy triste.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que la realidad estannnnnnnnnnnnnnnnnnn triste...
EliminarHas logrado sumergirnos en ese laberinto de la mente enferma de quien padece ese mal que tanto destruye, desde los recuerdos hasta la noción de la propia identidad. Muy duro.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por comentar lo que has sentido al leerme.
EliminarExtraño como lo es la mente humana en proceso de deterioro galopante.
EliminarUn beso.
Extraño texto. Pero si se trata de olvido...bueno pues.
ResponderEliminarSaludos Tracy.
Como has sabido ponerte en la piel de la anciana, eres genial! Te comportas como una niña traviesa haciendo travesuras, porque aunque es duro, esta es la cara más dulce del Alzheimer, recuperar un trocito de la infancia. Precioso relato, besos.
ResponderEliminarEstá bien que a todo le saques positividad., lo digo por lo de la cara dulce del Alzheimer, que comentas.
EliminarEstá bien que a todo le saques positividad., lo digo por lo de la cara dulce del Alzheimer, que comentas.
EliminarTodas las tardes me enfrento con algo parecido, y es duro, muy muy duro... tus palabras como siempre, perfectas.
ResponderEliminarUn beso.
No sabía... perdona si te he hecho padar un mal rato.
EliminarNo soy especialmente valiente, pero sé que no soy cobarde. La única cosa a la que temo es a perder mi memoria, mis recuerdos, mis capacidades cognitivas, todo aquello que constituye la esencia del ser humano. Perder todo lo vivido. Eso sí, eso me produce miedo.Un miedo que me hace estremecer tan sólo de pensarlo. Lo has descrito muy bien Tracy. Sin duda, una de tus mejores entradas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Siento igual que tú.
EliminarGracias por valorar como lo has hecho mi jueves.
Siento igual que tú.
EliminarGracias por valorar como lo has hecho mi jueves.
Y cada día cuando me acuesto rezo: " Dios, no me quites la capacidad de razonar"
ResponderEliminarDías así los tenemos todos, me temo.
ResponderEliminar