MI COCHE

se encuentra muy enfadado conmigo porque lo he dejado todo el verano solito en la cochera, pero es lo que yo le dije cuando bajé a verlo y me refunfuñó y se negó a ponerse en marcha:

- ¿Donde ibas a estar mejor que aquí al resguardo de las altas temperaturas de Córdoba? ¿te imaginas estar de un lado para otro por esas carreteras? 

Él no atendió a razones, daba miedo verlo menos mal que la pátina de polvo que lo envolvía me impedía contemplar sus fauces enfurecidas en todo su esplendor .

Después de estar un rato acariciándolo y pasándole la mano por el lomo, sin conseguir que depusiera su actitud, le dije que realmente con mi manguito fastidiado no hubiera podido conducir, que no comprendía su mal genio. Él me respondió:

-Eso me lo podías haber dicho antes  y lo hubiera entendido, pero me dijiste lo bien que se estaba en la cochera.

No creáis que no piensa el puñetero, así es que le pedí disculpas y recurrí a los ratos tan buenos que hemos pasado juntos, los lugares que hemos visitado, las canciones que cantamos a dúo cuando viajamos...

Hasta que se fue serenando, aunque me pidió como contrapartida de su perdón  que no viniera el mecánico  verlo a la cochera, sino que  lo llevara al taller en una grúa para que fuera viendo el paisaje desde lo alto de ella sin tener que ir pendiente del tráfico.

- ¡Hecho!, y además vas a ir a un taller que está a treinta kms de aquí, para que te airees bien.
Una vez montado en la grúa, miraba a uno y otro lado con orgullo incluso parecía que se le habían olvidado sus penas.

Hoy voy a recogerlo, veremos lo que me encuentro.

¡Feliz finde!