Roxana se estrena en conducirnos y nos ha dado una serie de imágenes o escenarios para que escribamos sobre ellas, si queréis leer lo que hemos puesto pinchad aquí
LA MÁSCARA
Le gustaba disfrazarse de mil y un personaje para divertir a sus hijos en aquellas tardes tediosas de lluvia donde no había nada que hacer y su mujer descargaba en él la tarea de cuidarlos, mientras ella ponía al día las labores domésticas que se habían ido quedando atrás a lo largo de la semana.
Se inventaba, con lo que tenía a mano, trajes de piratas, payasos, romanos y hasta nazarenos, incluso cosía o pegaba retazos de telas viejas para conseguir un sello de autenticidad en el disfraz .
Formaban una familia perfecta: se llevaban bien, tenían dos niños preciosos y un trabajo que les permitía llegar a fin de mes sin demasiados apuros económicos.
En la casa se vivía una tranquilidad tan controlada como aparente que sólo se interrumpía en el fin de semana de carnaval cuando el marido desaparecía de la casa con su maleta después de besar a su mujer y a sus hijos: se iba a vivir el carnaval, su carnaval.
Año tras año sucedía igual, era como un ritual del que ningún miembro de la familia parecía extrañarse.
Formaban una familia perfecta: se llevaban bien, tenían dos niños preciosos y un trabajo que les permitía llegar a fin de mes sin demasiados apuros económicos.
En la casa se vivía una tranquilidad tan controlada como aparente que sólo se interrumpía en el fin de semana de carnaval cuando el marido desaparecía de la casa con su maleta después de besar a su mujer y a sus hijos: se iba a vivir el carnaval, su carnaval.
Año tras año sucedía igual, era como un ritual del que ningún miembro de la familia parecía extrañarse.
Cuando pasaba el fin de semana carnavalero volvía renovado al hogar y empezaba la cuenta atrás hasta el próximo año que se volvía a repetir la misma historia.
El tiempo fue pasando con la única variación de ver crecer a los hijos que ya se habían convertido en adolescentes.
Y llegó el carnaval...
Cuando el padre con su maleta iba a marcharse como todos los años, le salieron al encuentro los hijos vestidos de unas chicas exuberantes:
- Papá este año nos vamos contigo, es hora de que todos nos quitemos las máscaras.
En ese momento la madre apareció vestida de hombre, ante el total desconcierto familiar.
¡Por fin tendrían una vida real!
El tiempo fue pasando con la única variación de ver crecer a los hijos que ya se habían convertido en adolescentes.
Y llegó el carnaval...
Cuando el padre con su maleta iba a marcharse como todos los años, le salieron al encuentro los hijos vestidos de unas chicas exuberantes:
- Papá este año nos vamos contigo, es hora de que todos nos quitemos las máscaras.
En ese momento la madre apareció vestida de hombre, ante el total desconcierto familiar.
¡Por fin tendrían una vida real!
¡Unas cuantas exclamaciones de admiración! Eres genial cuando se repartió la imaginación tu fuiste dos veces. Abrazucos
ResponderEliminar... o tres... o cuatro...
Eliminar¿Y tú cuántas fuiste cuando se repartió el salero?
!!! Madre mía!!!. Te imaginas el Miércoles de Ceniza que les espera a esa familia.
ResponderEliminarBesos.
¿Por qié el Miércoles de Ceniza?
EliminarUna familia muy original...
ResponderEliminarAl fin la vida no es más que un prolongado carnaval...hay que saber el momento exacto en el que quitarse la o las máscaras, y ellos lo hicieron, oye!
:)
Muy bueno.
Besos.
Ese es el quid de la cuestión acertar con el momento de quitarse la máscara.
EliminarEstupendo este relato donde empiezas de una manera super sensible y tierna y terminas con la realidad la cruda realidad , bravo me gusto no , me encanto .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
A mí también me encantó que te gustara.
EliminarSorprendente e increible, Trac...Todos salieron del armario a airear su verdad y su alegría...Mi felicitación por la magia y originalidad de tus letras, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz finde.
Jajajaja, familia que sale del armario a la vez, permanece sie,pre unida.
Eliminarjajaja. Viene muy bien quitarse las máscaras, no hay nada mejor
ResponderEliminarque una vida auténtica.
Besos
... y lo bien que se respira sin máscara.
EliminarMuy original Tracy. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesos.
Gracias COMPI.
EliminarJajajajaja.
ResponderEliminarSalu2.
Me gusta leer que ríes.
EliminarHas relatado una historia que seguro se ha repetido muchas de veces. Fuera las máscaras y vivamos lo que somos realmente.
ResponderEliminarUn beso.
... aunque me imagino que no serán muchas familias las que se quiten la máscara sincronizadamente.
EliminarAl final se quitaron las caretas cotidianas.
ResponderEliminarBesos.
Tal cual!
EliminarBesos
jajajaja ¡Muy bueno!
ResponderEliminarBesos y salud
;)
EliminarQue hermoso relato. El final es super sorprendente.
ResponderEliminarUn texto hecho a la medida para esa imagen. =0)
Saludos
Gracias Yessy.
EliminarUn beso
¡Felicidades! Un fantástico relato.
ResponderEliminarBesos
<fantástico sí que es porque no creo que haya muchas familias que salgan del armario a la vez. Jajajaja
EliminarSi la vida nos acostumbra a usar mascaras y a veces lo que ocultan son realidades que compartidas pueden llevarse amenamente
ResponderEliminarCariños
Me parece muy acertado tu comentario.
Eliminar¡¡¡Magnífico!!!
ResponderEliminar¡Muack!
EliminarMe encanta! Nunca es tarde para sacarse las caretas y vivir la vida de la manera que nos sale. Me alegra que por fin se hayan decidido a compartir "ese nuevo y eterno carnaval" Un beso.
ResponderEliminarA partir fr ahora es cuando se lo van a pasar bien.
EliminarUn final sorprendente, Tracy.
ResponderEliminarSe quitaron las máscaras.
Un beso muy fuerte.
Y tanto,
EliminarUn fuerte abrazo
¡Hola! ¡Qué genial el relato! No me esperaba el final, fue realmente sorprendente, me encantó el quitarse las máscaras y vivir a pleno.
ResponderEliminar¡Un abrazo! Y gracias por sumarte.
Ahora serán felices.
EliminarCaída de máscaras en toda regla!
ResponderEliminarBuen fin de semana!
... con vistas al Carnaval. Jejeje
EliminarUna vida de apariencias no ciertas. Pese a la emotividad de la aceptación, me dió bastante tristeza. Un abrazo
ResponderEliminarNo lo pretendía, sino todo lo contrario.
EliminarYa lo dice la canción: La vida es puro teatro, y en este caso menudobteatro.
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo
... y nosotros los artistas, jejeje
EliminarMe ha encantado, amiga Tracy, fundamentalmente por ese final tan, tan ... tan bueno.
ResponderEliminarFeliz viernes
Celebro que te haya encantado.
EliminarUn abrazo
Muy divertido, además de adecuado. Falta conocer la reacción de él, pero imagino una risa franca y que disfrutara más que nunca de ese carnaval en otra dimensión.
ResponderEliminarBesos.
Yo lo imagino con una cara de sorpresa, que ni te cuento.
EliminarQue mayor sorpresa para alguien que no es convencional, que su familia resulte todavía menos convencional.
ResponderEliminarBuen recurso. Y muy acorde con la imagen que elegiste.
Saludos.
Si eso sucede, debe ser la RELECHE.
EliminarEn tono de humor tratas un tema complejo, vivir siendo alguien q no sientes ser ha de ser muy duro,de ahí q me guste el enfoque que le has dado y la resolución del final.
ResponderEliminarBesos
Un final feliz, bastante habrían sufrido ya.
EliminarGenial Tracy! me encanto ese giro, divertido, sugerente...las caretas de la ficcion son las de la vida cotidiana, las verdaderas caras son las del carnaval, fantástico!
ResponderEliminarAbrazo fuerte
Creo igual que tú, el carnaval está en el día a día.
EliminarY quien no viste máscaras diarias, después de tantos carnavales ya era hora de poner las máscaras sobre la mesa.
ResponderEliminarUn saludo.
...o tirarlas a la basura.
EliminarOjalá evolucionemos hacia un mundo donde las máscaras no sean necesarias. En muchos paises del mundo, demasiados, quitarse la máscara es un acto de heroismo que puede costarte incluso la vida.
ResponderEliminarTu relato genial con ese final inesperado y brillante.
Un abrazo.
Es verdad lo que dices, ¡en qué mundo vivimos!
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