Pepe nos propone que volvamos los ojos a nuestro interior y contemos lo que vemos, puede ser interesante saber qué hay dentro. Si lo queréis averiguar pinchad aquí
Me pongo en actitud de meditar porque lo que se nos pide no es fácil de hacer con los ojos abiertos y música-disco en nuestros auriculares, así es que me siento incómodamente en el suelo, sí he dicho incómodamente, ¿o no es incomodidad sentarme manteniendo la postura de "flor de loto"?
Cierro los ojos. Allá vamos.
Me coloco ante mi retina, como si de un espejo se tratara. ¡Dios, qué fea! pero no me voy a parar en eso, Pepe dijo que hiciéramos un ejercicio de introspección o sea de nuestro interior, la fealdad o la belleza quedan al margen.
Me adentro por las cuencas de los ojos, estoy dentro del cráneo ¡qué fuerrrrrrrte! hay mucho movimiento las sensaciones se suceden atropellándose unas a otras: unas proceden del oído, a lo lejos se oye una ambulancia, otras proceden del olfato, parece que huele a chamusquina, pero yo he quitado las lentejas del fuego ¡seguro!, el cerebro trata de confirmarlo enseguida.
Le echo una mirada y también al cerebelo, ¡ufffff! mejor no digo lo que veo y pienso. Trago saliva, con ella recorro la garganta especie de túnel que me lleva al pecho, tenía ganas de estar aquí: me asomo a los pulmones, hace frío y están algo sucios ¿aún me quedan rastos de nicotina? no me lo puedo creer...
Llego al corazón "el máquina": tiene un rojo precioso y un ritmo acompasado, lo acaricio con la mirada, le agradezco lo bien que está haciendo su trabajo, él me recuerda las veces que lo he puesto en peligro y las veces que se ha tenido que recomponer porque me lo han partido, veo sus cicatrices y me dan pena. Él me consuela envolviendo mi mirada con el entramado de sus vasos sanguíneos, es un abrazo cálido como diciéndome que todo está bien. No me quiero ir de su lado, él me ofrece las redes sanguíneas para dar un paseo por el resto de mi cuerpo. Lo acepto, desde ellas contemplo el trabajo escrupuloso de los riñones, el hígado, la vesícula, el intestino ¡cuánto recoveco!
Agradezco a las piernas que estén prestas a seguirme de acá para allá, momento que aprovechan los pies para decirme que quite su foto del blog de una tal Tracycorrecaminos, me río y trato de explicarle lo que ellos no logran entender, llega en mi ayuda la inteligencia, siempre rápida; me quiere acompañar a la salida, le pido unos segundos para ver como andan mis manguitos: No están muy mal, podrían estar peor, así es que también agradezco a mis hombros que soporten y cuiden a mis brazos y manos.
Me despido de mi corazón con la mirada:
- Eres un crack, tío, no me dejes tirada que aún me quedan muchas cosas por vivir.
Una lágrima me conduce a la salida, momentos antes de que
los párpados me cierren las compuertas.
PD, Disculpas por haberme excedido, pero comprenderéis que una vez que había entrado dentro de mí, quería curiosearlo todo.
Me coloco ante mi retina, como si de un espejo se tratara. ¡Dios, qué fea! pero no me voy a parar en eso, Pepe dijo que hiciéramos un ejercicio de introspección o sea de nuestro interior, la fealdad o la belleza quedan al margen.
Me adentro por las cuencas de los ojos, estoy dentro del cráneo ¡qué fuerrrrrrrte! hay mucho movimiento las sensaciones se suceden atropellándose unas a otras: unas proceden del oído, a lo lejos se oye una ambulancia, otras proceden del olfato, parece que huele a chamusquina, pero yo he quitado las lentejas del fuego ¡seguro!, el cerebro trata de confirmarlo enseguida.
Le echo una mirada y también al cerebelo, ¡ufffff! mejor no digo lo que veo y pienso. Trago saliva, con ella recorro la garganta especie de túnel que me lleva al pecho, tenía ganas de estar aquí: me asomo a los pulmones, hace frío y están algo sucios ¿aún me quedan rastos de nicotina? no me lo puedo creer...
Llego al corazón "el máquina": tiene un rojo precioso y un ritmo acompasado, lo acaricio con la mirada, le agradezco lo bien que está haciendo su trabajo, él me recuerda las veces que lo he puesto en peligro y las veces que se ha tenido que recomponer porque me lo han partido, veo sus cicatrices y me dan pena. Él me consuela envolviendo mi mirada con el entramado de sus vasos sanguíneos, es un abrazo cálido como diciéndome que todo está bien. No me quiero ir de su lado, él me ofrece las redes sanguíneas para dar un paseo por el resto de mi cuerpo. Lo acepto, desde ellas contemplo el trabajo escrupuloso de los riñones, el hígado, la vesícula, el intestino ¡cuánto recoveco!
Agradezco a las piernas que estén prestas a seguirme de acá para allá, momento que aprovechan los pies para decirme que quite su foto del blog de una tal Tracycorrecaminos, me río y trato de explicarle lo que ellos no logran entender, llega en mi ayuda la inteligencia, siempre rápida; me quiere acompañar a la salida, le pido unos segundos para ver como andan mis manguitos: No están muy mal, podrían estar peor, así es que también agradezco a mis hombros que soporten y cuiden a mis brazos y manos.
Me despido de mi corazón con la mirada:
- Eres un crack, tío, no me dejes tirada que aún me quedan muchas cosas por vivir.
Una lágrima me conduce a la salida, momentos antes de que
los párpados me cierren las compuertas.
PD, Disculpas por haberme excedido, pero comprenderéis que una vez que había entrado dentro de mí, quería curiosearlo todo.
Genial Tracy.
ResponderEliminarMuy original y muy bien escrito.
Aplauso.
Besos.
Muchísimas gracias, Toro, muchas gracias.
EliminarSi miráramos hacia dentro veríamos que todos somos iguales.
ResponderEliminarSí, más o menos.
EliminarHas hecho una disección completa y pormenorizada de tu cuerpo. Ni un médico forense lo habíra hecho mejor. Pero te has dejado algo muy importante. La inteligencia emocional. Un abrazo Tracy.
ResponderEliminarNo me la he dejado, es que no quería tocarla porque tú seguro que lo ibas a hacer mejor que yo. Y no me he equivocado.
EliminarUn beso enorme
Un capitulo de "erase el cuerpo humano" es el mejor de la serie, y aunque por dentro todos somos igual, como dice Emilio Manuel, algunos son menos iguales y "mas mejores". Abrazucos
ResponderEliminarNo todos somos iguales , ni por dentro ni por fuera, afortunadamente para hombres y mujeres, jejejeje
EliminarWuauu qué recorrido interno más original has hecho, no te ha quedado ni un poro por descubrir.
ResponderEliminarBesazos.
Pues mira ahora que lo dices: los poros, claro que esos están por fuera... jejejeje
EliminarEstupendo ese paseo que hemos compartido contigo ..nos has hecho ir navegando a través de ti , y hemos encontrado sobre todo a una mujer llena de energía y con unas ganas tremendas de seguir sus viajes no solo dentro de ella sino por toda la geografía ..un encanto.
ResponderEliminarAbrazos y gracias .
Ganas no me faltan, esperemos que la energía me acompañe.
EliminarMuy bello trabajo de introspección, pero como dice Montserrat Salas te has dejado lo mas importante, la inteligencia emocional, la empatía, esa innata predisposición a la cordialidad y un,(por lo que deduzco), encanto personal que no sabría decir en que parte del organismo se ubica.
ResponderEliminarCon el deseo de que tu corazón siga siendo un crack, un beso.
Jajajaja Lo que tenga de todo eso que dices, si es que lo tengo, me viene en el ADN. Pero seguramente es que el cariño que me tienes te hace verme así y te lo agradezco un montonazo.
Eliminarlo hiciste literalmente eso de mirarte por dentro jaja... muy original... y te salteaste la parte media, quizá no tengas recuerdos de eso cuando escribiste ja... saludos!
ResponderEliminarSí que tengo, pero lo tengo idealizado al ser la primera cuna de mis hijas: mi vientre. Pero eso era como demasiado especial para hablar de ello.
EliminarUn beso
Buen viaje interior.
ResponderEliminarUn beso desde fuera.
Muchas gracias.
EliminarUn recorrido inquieto, como tú. Dinámica y ejecutora. Meditar para tanta juventud a flor de piel, es difícil, jaja. Un saludo con admiración y un abrazo a tu corazón (nada de hacerse el loco, ta?)
ResponderEliminarPara mí la meditación no es difícil , será porque la practico a diario.
EliminarTe felicito. Un original y emotivo relato.
ResponderEliminarDale un abrazo fuerte a ese corazón tuyo que me ha emocionado y conmovido.
Besosssss
El corazón os ha conquistado ¿eh?, a mí también desde que tuve uso de razón.
EliminarBesos con el corazón.
Te tenías que haber dedicado a la medicina interna; me ha entrado hasta un poco de flojera.
ResponderEliminarBesos.
Te pido mil disculpas esto es para pasarlo bien y no mal.
EliminarLo mejor de todo es "...llega en mi ayuda la inteligencia, siempre rápida...". Qué haríamos sin la inteligencia ¿verdad?, bueno en realidad ya lo vemos casi todos los días lo que se puede hacer sin ella
ResponderEliminarUn relato plausible.
Abrazo.
También lo creo yo, el tener a la inteligencia ayudándote continua y precisamente: No tiene precio.
Eliminaren el interior están las respuestas
ResponderEliminarbesos
Todo está en el interior.
EliminarBravo!! Me ha encantado. Ha sido un placer recorrer tu interior. Abrazos
ResponderEliminarEl placer ha sido mío por querer acompañarme.
EliminarUn beso enorme.
Esa foto de los pies de Tracy es mitica!!
ResponderEliminar;))
Besos!!
;)
EliminarBesos a miles.
Estupendo viaje , pero por dentro también hay belleza y fealdad no??? un abrazo
ResponderEliminarPor dentro no me paro yo a ver si hay belleza o fealdad, me interesa más que haya eficiencia.
EliminarSolo una palabra para describir como me he quedado tras tu introspecto viaje: Sorprendido, quizás maravillado (ya son dos)
ResponderEliminarFeliz jueves
Pero.... ¿cómo me las maravillaría yo?, que decía nuestra Lola.
EliminarEres todo lo que se quiera menos monótona y aburrida.
ResponderEliminarCada día un tema nuevo que no podemos pasar sin leer.
Un abrazo, Tracy.
Es que la primera que no quiero aburrirme soy yo, y no sólo eso es que me lo quiero pasar bomba y de hecho lo consigo.
EliminarQué buena y maravillosa maquinaria hay en ti, eso sin contar con lo que no se ve, y que también es de aúpa!, en definitiva, que tienes un “yo” interno estupendo, porque tú lo vales y punto 😊
ResponderEliminarBsoss enormes, mi querida Tracy! 😘
Esperemos que así sea, yo de medicina entiendo poco...
EliminarBuenas tardes, Tracy:
ResponderEliminarGracias por permitirnos acompañarte en este viaje alucinante, tan sorprendente como ameno.
Ni la compañía de Raquel Welch lo hubiera embellecido más de lo que lo han hecho tus palabras.
Un abrazo.
Bueno... bueno... bueno, esto son palabras mayores, Nino
EliminarChulísimo,Tracy!
ResponderEliminarMe ha encantado,y ese final saliendo con la lágrima en el último momento es de premio.
Felicidades!
: )
Un besazo.
¿Qué premio me das?
Eliminar¿Lo puedo pedir yo?
Tus buenas noches en cada uno de los días que acaba.
: ))
EliminarConcedido!
Un recorrido de lo más emocionante.
ResponderEliminarTe felicito, Tracy.
Un beso muy fuerte y un abrazo para tu enorme corazón.
Gracias en nombre de mi corazón.
EliminarUn viaje interior fisico de primera calidad
ResponderEliminarBuenisimo
C ariños
Con las paradas exactas, jejejeje
EliminarEsta vez te has superado a ti misma!!!
ResponderEliminarBesos y salud
Muchas gracias Genín, no sabes cuánto agradezco tus palabras.
EliminarDesde luego que contigo no queda tiempo para aburrirse, que buen paseo que te has dado y nosotros siguiendote ya el no va más, besoa.
ResponderEliminar¿Has visto? donde voy yo van los míos, aunque sea al interior de mi cuerpo.
EliminarMuy buena introspección por todo tu cuerpo, ahora si que lo conoces del todo, has realizado un recorrido completo, y has descubierto que a pesar de estar un poco descompuesto, aún tienes cuerda para largo.
ResponderEliminarUn abrazo
Esperemos que así sea.
EliminarBesos
¡De disculpas nada! Lo has alargado merecidamente. Ha sido un viaje genial dentro de tu cuerpo ;) Creo que voy a imitarte: me pondré en posición de loto, miraré dentro de mis pupilas, y a ver qué es lo que encuentro.
ResponderEliminar¡Un beso!
Que encanto de viaje interior acompañado por la emanación de luz que brota de la flor de loto. Una experiencia única el poder disfrutar de tus apreciados órganos vitales. Lo has narrado con tu buen sentido del humor y nos dejas una lectura entretenida y placentera.
ResponderEliminarAbrazo y feliz fin de semana.
Un viaje muy completito, lo que falta ya lo vamos intuyendo día a día leyendo tus fantásticas entradas.
ResponderEliminarBesos Tracy
Menos mal que no podemos vernos el interior del cuerpo (físico), si no, qué espanto.
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