JUEVEANDO CON LAS FIESTAS PATRONALES

                                      Nos dirige Mar con un tema apropiado para el 15 de agosto para                                                                              leernos,pinchar aquí

                                                                               

Aprovechando que es la Feria de Málaga en honor de la Virgen de la Victoria, su patrona, voy a intentar contaros, si me es posible, el hechizo que para mí tiene la feria malagueña.

Me parece que esta ciudad es la única que goza de tener dos ferias:   la  "feria del centro" que yo llamo "feria de día", como se llamaba antes de que el Recinto Ferial "Cortijo de Frías" estuviera operativo día y noche y la feria del Recinto Ferial. 

Para mí la feria que tiene un encanto especial, es la de día, porque la otra, la del "Cortijo de Frías" es como el resto de ferias andaluzas.

Esa feria del centro o de día, como la queráis llamar, está vertebrada por la calle Larios como eje de todas las calles y plazas de sus alrededores que se convierten en un apoteósico recinto ferial en donde los bajos comerciales son auténticas casetas adornando  sus escaparates y ofreciendo a sus visitantes un vinito de la tierra al compás de las músicas festeras que inundan hasta el último rincón y contribuyen  a que los viandantes que, ya de por sí están animados, formen corrillos continuos para bailar a su ritmo. No importa la nacionalidad, ni la lengua que se hable,  ni el traje que se vista, ni la edad que se tenga: la música es el mejor medio de unión entre distintos.
 La Feria de Día es una Babel que te atrapa y cuando estás metida en ella, te hace sentir "boquerón de pura cepa", aunque hayas nacido en Alaska.
Es imposible asistir al espectáculo como espectador, aunque no quisieras, terminas formando parte de él.
Las Pandas de Verdiales  y Malagueñas van actuando a modo de pasacalles por todo el recinto que se hace uno, en estos días.

¿Y "la caló"? ¿y el Terral? ¡Ni se siente! y eso que hay que añadirle los grados que aumenta el vinillo y los que llevan aparejados los trajes de faralaes... Pero hasta para eso Málaga está bien dotada y tiene como aliado al mar que manda corrientes de aire,  que se mueven por las distintas callejuelas y plazas como perfectas conducciones del acondicionador que tenemos en nuestras viviendas, para refrescar el ambiente y contribuir al festejo.

Junto a los Gastrobares, los restaurantes de toda la vida como el famosísimo "Café de Chinitas" o "El  Pimpi" y otros que se montan para la ocasión y ofrecen ese Potaje, que a pesar de las altas  temperaturas, te entona el cuerpo para poder seguir la fiesta sin desfallecer.

No sé si os quedó claro que soy una enamorada de esta Feria y con tanto ardor que he puesto al describírosla, no sé si lo he hecho de la mejor forma, pero mi corazón iba hilvanado a las biznagas que pasean las calles y mis palabras llevaban sones de malagueñas, que aunque no las sé bailar, en esta tierra bendita el que visita la feria de día no necesita mover manos y piés al compás, sólo hace falta mover el alma festera.