¿CÓMO IRME DE AQUÍ SIN DAR LAS GRACIAS? (III)

 A la Vida, a Dios, a mi Gente, entre la que os incluyo, porque habéis estado ahí en todo momento dándome compañía on line.

 Incluso agradezco al coronavirus, que hasta ahora me haya respetado y permitido estar con mi tribu aunque sin besos ni abrazos y a pesar de haber estado juntos, aunque no revueltos, como nos gusta estar. ¡Ay que ver a lo que llegas a acostumbrarte...!

Mi tiempo lo he pasado al lado del mar, sólo me he retirado lo imprescindible ¡es tanto lo que lo he añorado durate el confinamiento...! y ¡he sentido tanto temor pensando que no pudiera volver a verlo...! que todo el tiempo que he podido lo he pasado a su vera, también gracias a él que nos ha regalado aguas transparentes y tranquilas, con una temperatura ideal y sin medusas.

Han sido unas vacaciones muy provechosas para mí porque el estar  sola he podido entablar conversaciones importantes conmigo misma  y hacer una limpieza interior a fondo, sacando rincones, quitando telarañas y echando fuera cosas que ya no servían para dejar espacio para lo nuevo.

Vamos por un Otoño difícil, pero no hay que perder la esperanza

¡Arriba la Esperanza!