Guiada por Leonor, si queréis asistir a ella pinchar aquí
Así comenzaba mi entrada de la Nochevieja del 2019:
"Alrededor de las doce... cuando la noche se haya hecho vieja... preparad vuestras copas de champán y disponeros a acompañarla hasta sus últimos segundos con cariño y agradecimiento.
Yo estaré haciendo lo mismo pero sin dejar de mirar el reloj, porque el año nuevo también necesita que lo recibamos con amor."
Yo estaré haciendo lo mismo pero sin dejar de mirar el reloj, porque el año nuevo también necesita que lo recibamos con amor."
¡¡¡¡¡Ahora me río!!!!
¿Recibirlo con cariño, para qué? A los dos meses de estar con nosotros, se hizo una Pandemia universal: muertes, confinamientos. hospitales saturados, sonido de sirenas, miedo, lágrimas...
Esta Nochevieja será muy diferente porque, aún en la misma ciudad, tendremos que estar separados los no convivientes.
Y es tan triste no poder estar juntos ...
Desde luego será una Navidad diferente
Mi recuerdo más sentido para aquellas familias que han tenido que vivir la desgracia de perder a sus seres queridos y no poder acompañarlos en esos duros momentos.
También un recuerdo para quienes por el protocolo a seguir para frenar la tercera ola pandémica, se les ha impedido reunirse con los suyos en estas fechas.
Una Nochevieja tan diferente que hasta los brindis están prohibidos, no habrá algarabía en las calles porque estamos sujetos a toque de queda .
Espero que los carrillones no enmudezcan ante el panorama que contemplarán desde las atalayas de sus torres.
Cuando por fin se anuncie la entrada del nuevo año, permaneceremos inertes por miedo a que el abrazo que nos dábamos con la última campanada nos contagie el virus y mudos sin gritar ni cantar alegres porque nació el nuevo año nos vamos a nuestra habitación contentos de que nuestras gotículas no contagiaron los virus que en potencia pudiéramos tener.
Cuando por fin se anuncie la entrada del nuevo año, permaneceremos inertes por miedo a que el abrazo que nos dábamos con la última campanada nos contagie el virus y mudos sin gritar ni cantar alegres porque nació el nuevo año nos vamos a nuestra habitación contentos de que nuestras gotículas no contagiaron los virus que en potencia pudiéramos tener.
Sin duda una Nochevieja diferente.
A pesar de todo esto, no quiero que os falten mis deseos de salud, amor y paz para los 365 días que empiezan a contar desde mañana.
Corramos un "estúpido" velo y pongamos el contador a cero.
