RECORRIDO DE UN CIGARRO

 Esta entrada está motivada por la que ayer hizo el amigo Juan: Fumador Empedernido que despertó una de las tropecientas mil mujeres que habitan en mí: la fumadora empedernida que fui

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Después de muchos años sin fumar conscientemente, porque en sueños le pegaba unas calás al cigarro que me llegaba el humo a los talones, ayer leyendo a Juan, sentí unas ganas irrefrenables de fumarme un cigarro después de comer y como estoy en una etapa de no negarme ningún capricho de los que pueda darme, como lo pensé, lo hice.

Me fui a tomar un técito al sol pertrechada de mi pitillera y mi mechero, porque no os lo perdáis, desde que dejé de fumar guardaba un paquete de tabaco que repongo de vez en cuando por si alguna vez se me antojaba volver al vicio:

¡Eh! que no cunda el pánico, la última vez que lo había repuesto habían sido estas Navidades.

Así es que me senté al sol maravilloso de la tarde, con una tranquilidad que invitaba a encender el cigarro, pero el mechero no funcionaba, ¿sería  una señal o el tiempo que llevaba sin usarse? 

más bien lo segundo, así que pedí fuego y ¡voilá!

Estaba materialmente "cagada" de pensar que me enganchara de nuevo, pero me supo tan mal... que a la tercera calada lo apagué.

¡Qué contennnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnta estoyyyyyyyyyyyyyyyy!

es la primera vez que se me ha ocurrido fumar desde aquel día que me dijo el médico que acabaría teniendo bronquitis asmática y hasta hoy: He comprendido que realmente me quité de fumar entonces. 

Pero la cosa no quedó ahí, sino que colgué estas fotos y algunas más en el Wassap que tenemos mis hijas y yo, diciéndoles que había vuelto a fumar, pretendía darles la inocentada que este año no había tenido humor para dársela, pero no coló, conocen bastante bien a la madre que las parió, pero ha servido para reírnos un rato con todo lo que se nos ocurrió al respecto: que si me acordaba de... y de... y de..

Otra tarde que me he tomado el té frío...