RECORDANDO A JULIO

 Ayer hizo un año que nos dejó Julio Anguita, en plena pandemia no se le pudieron rendir los honores que se le debían y en el aniversario de su muerte, el Ayuntamiento ha celebrado un acto para nombrarlo Hijo Adoptivo de la ciudad.

Me hubiera gustado estar en el gran Teatro, era entrada libre hasta completar aforo, pero cuando me enteré, ya no pudo ser, así es  que me he sentado ante la tele, he dejado cuanto tenía que hacer y allí he estado brindándole mi homenaje como amigo, como maestro, como político, como compañero, como  conciudadano y como Alcalde. 

Fue el primer Alcalde democrático de la ciudad (1979-1986) y siempre luchó por Córdoba desde su partido, como dijo en su discurso de investidura  sólo "prometo trabajar" y eso lo hizo día tras otro desde el Ayuntamiento, desde su Partido y desde las Instituciones por las que pasó, fueran locales, provinciales o nacionales también desde las calles de Córdoba por donde era natural verlo pasear meditando los problemas que le bullían en la cabeza.

 A pesar de haber nacido en Fuengirola de forma accidental, como él mismo decía, se consideraba cordobés y ejercía como tal, defendiendo y abanderando sus tradiciones

 

y cumpliendo con uno de los ritos que tenemos en esta tierra, el de tomar  un "medio" en cualquiera de nuestras tabernas y hablar de todo lo divino y lo humano en tertulias interminables.

¡Cómo me gusta esta foto, rescatada hoy del homenaje!

Al final del acto, tomó la palabra su viuda que rememoró, a través de las obras de Julio, lo que Córdoba significaba para él, 

para pasar el testigo a la hija mayor de Julio, Ana,  que habló en nombre de sus otros  hermanos, acabando con un emocionado guiño a su hermano Julio, muerto en la guerra de Iraq

Un cuarteto de cuerda puso el punto final al acto que terminó con la consabida foto

¡Qué poco le gustaban estas cosas a Julio! pero donde esté, se sentirá orgulloso de como era querido en la  Córdoba de su  alma.