lo pongo en diminutivo para hacerme a la idea de que el efecto en los kilos es nimio, aunque ya veréis lo que hace eso en comparación con otras cosas.
Me recuerda a lo del "chocolatito del loro", ¿sabéis de donde viene esa frase?, os lo cuento mientras saboreáis este estupendo Chocolate , con mayúscula.
Lo podéis pedir con churritos
o con lazos o porras
Y ahora os cuento: Esta expresión tiene sus orígenes en el s. XVIII cuando los indianos que se fueron a hacer las Américas, volvieron con grandes fortunas y en sus mansiones ofrecían fiestas en las que invitaban al rico cacao que traían de las Américas y en su ostentación máxima le daban chocolate al loro que exhibían como animal exótico de aquellas lejanas tierras.
Cuando sus fortunas flaquearon, tuvieron que ahorrar , empezando por privar a loro de la parte de chocolate que le daban en sus fiestas.
Como veréis yo he empezado a ahorrar en lo más insignificante "usando el diminutivo", como los indianos que empezaron ahorrando con el chocolate del loro.
Y ya que estamos puestos , el churro también tiene su origen en tiempos antiguos de trashumancia de los pastores españoles que iban hacia el norte con su ganado y aprendieron de pastores portugueses la masa que asaban al horno y ante la imposibilidad de no tener horno dónde cocer esta masa, empezaron a freírla y de ahí viene el nombre de la raza española de la "Oveja Churra" y de la "Oveja Navarro Churro".
¡A pasar buen día!
Ya sé dos cosas más.
ResponderEliminarGracias!!!
Te puedes acostar tranquilo, con una al día vale, así que tú ya llevas una de más.
EliminarMe apunto, prefiero los churros a las porras, aunque las he comido abiertas por la mitad y se vuelven a meter en el aceite, luego llevan anís, azúcar y canela. De kilos no hablamos
ResponderEliminarBueno eso debe ser un pecado mortal, así es que no vengas a invitarnos ni a mí, no a mis lectores.
EliminarChurros con chocolate! mejor no podíamos empezar el día. Aunque con el frío están mucho más ricos y ya sabes que por aquí seguimos sentados al fresco tomando helados. Interesante explicación sobre ambos
ResponderEliminarCómo el frío no llega, "jartá" de esperar, he optado comérmelos con abanico.
EliminarMe ocurre lo mismo, cuando tomo algo que no debería, le calzó un diminutivo y me hace sentir menos culpable... Soy un pobre lorito, cualquier día me quedo sin nada :)
ResponderEliminar¡Lo socorridos que son los diminutivos!
EliminarHace un chocolatito con churros no, hace muchos chocolates con muchos churros. Total, media hora más en el gym y asunto arreglado :)) :))
ResponderEliminarSAludos.
Los que quieras, mañana será otro día.
EliminarQué tentación! Uno de mis hijos me trae una caja de doce de un local muy tradicional de vez en cuando, rellenos y azucarados, una delicia! Y esos chocolates están de diez! Gracias por la historia además, un abrazote Tracy!
ResponderEliminarOtra que peca mortalmente,
EliminarDios os asista.!
¡Qué delicia, Tracy! Me ha encantado ese viaje por la historia del chocolate y los churros, con ese guiño al loro y a los indianos. Siempre consigues que lo cotidiano se vuelva especial y con sabor a tradición. Y sí, yo también uso el diminutivo como escudo contra la conciencia calórica. Pero al final, ¿quién puede resistirse a ese aroma tentador en las mañanas frescas?
ResponderEliminarCHOCOLATE CON CHURROS: MI PERDICIÓN (MMMMMMM)
Somos frágiles y no tenemos fuerzas para resistir la tentación.
EliminarInteresting and delicious post, dear Tracy
ResponderEliminarKisses
Verena
Gracias por venir y por tus palabras.
EliminarNos invitas a chocolate con churros y, además, nos culturizas. ¿Se puede pedir más?
ResponderEliminar.... Ni menos.
EliminarEs mi vicio, el chocolate, y si va acompañado de churros mucho mejor. Qué ricosssssss. Gracias.
ResponderEliminarQue estés pasando una feliz tarde, Tracy.
Besos.
El chocolate es mi perdición
EliminarBesos
Tracy:
ResponderEliminarcon ganas me quedo de comerme uno, pero no, no y no, que estoy haciendo un régimen severísimo y no me puedo permitir pecar.
Salu2 agradeci2.
Qué fuerza de voluntad tienes, jomío.
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