pero es que "así se las ponían a Fernando VII"
Me llamó una amiga el viernes para invitarme a ir a el sábado a una Jornada sobre el sentido del olfato que había en el
Sin pensarlo dije que sí. Ese fue uno de los patios Conventuales que compartí este año con vosotros, pero esta vez era dentro de la Clausura
A las once de la mañana , bajo un sol de justicia, me dirigí hacia allí.
Una experiencia olfativa preciosa, consistente en tomar cinco aromas diferentes de sus patios y hacer una lectura poética sobre los mismos y su simbología.
El primero fue un árbol, el Cinamomo, que se ve en la foto, de origen asiático, puede alcanzar los seis metros de altura. Es ornamental, tiene un olor muy agradable y además es repelente de insectos.Se conoce por "el árbol de los Rosarios" porque de sus cápsulas se hacen sus cuentas .
El olor a Azucenas impregnó los pórticos,
no sólo por las flores sino por una colonia hecha expresamente para la ocasión, por una perfumista cordobesa.
Las repartieron entre los asistentes, mientras las contemplábamos en cuadros de la Anunciación en las que aparecían.
Símbolo de la pureza.
Las varas de Nardo se prepararon en el coro de clausura para repartírnoslas, mientras su significado de castidad, se veía reflejado en una escultura de S. José, llevando una vara de plata en la mano.
el recorrido siguió con la Mirra , el Incienso y la Cera de Miel de abeja, de la que también nos dieron una. Estos fueron los tres últimos olores que nos explicaron dentro de la iglesia.Antes de irnos nos emplazaron para "el tacto", pero mantuvieron la sorpresa de dónde se realizará
Me dio "cosilla" de salir de ese oasis de paz, dónde sólo habitan dos monjas, una de 102 años y la otra de ochenta y pico
que nos acompañaron en todo momento y nos agradecieron la visita alardeando de ser la Comunidad más pequeña del mundo, aunque también dijeron que son ayudadas altruistamente en sus quehaceres por muchas personas, si no sería imposible.
Pienso que el vivir en ese vergel donde sólo se oyen los pájaros, les permite tener la lucidez, el carácter y la salud que tienen.
La vuelta a la realidad con sus 43º hicieron , que mi vela se derritiera y mis nardos y azucenas se pusieron mustios, aunque me agradecieron que no me parara a tomar una cerveza, para que ellos bebieran agua y se enderezaran.
Ahora mi casa huele tannnnnn bien, que es una pena no poder compartir este aroma con vosotros.
Fue un sábado sorprendente.