¡¡¡ÉCHATE UNAS RISAS!!!

 Bécquer nos dijo que las lágrimas son agua y van al mar, que los suspiros son aire y al aire van, pero acababa preguntándonos dónde iba el amor cuando se acababa.

 Yo me hago la misma pregunta, pero con  las risas:  ¿Dónde van? creo que deben ir al mismo sitio que el amor, pero...¿cúal es ese lugar?
                     Me las imagino en un a especie de limbo esperando que alguien las rescate de allí.

El otro día hablando por teléfono con una persona, a la que quiero mucho, no sé qué tontería dije que oí al
otro lado del teléfono una bonita carcajada.

                                                      
Hasta ese mismo momento no fui consciente del tiempo que llevaba sin oirla  reir y se lo dije:
-¡Cuánto tiempo llevaba sin oirte reir!, no recordaba la risa tan maravillosa que tienes.
- Yo también me he sorprendido de mi risa,  -me contestó- hacía tanto tiempo que no me la oía...
- Pues...riéte más, haznos ese regalo a los que te queremos y sobre todo, háztelo a tí.
No he dejado de pensar en este hecho tan importante. A veces nos apuntamos a talleres de Risoterapia sin darnos cuenta que somos nosotr@s mism@s los que debemos tener la obligación de reirnos desde que nos levantamos, y eso no es tan difícil, al menos para mí: basta con mirarme al espejo cuando me levanto y decirme "buenos días".

                                                           No soy yo, ¡ya quisiera...!
Y otra cosa que quisiera, es que leyeras hoy esta entrada. Nunca  sabré si la has leído o no, pero sé que si lo haces, te darás cuenta lo importante que es tu risa, tanto... como para haberme tenido pensando siete días en cómo te diría que la rescates, que tus risas o te las echas tú o son intransferibles, que los que te queremos las necesitamos, por no decirte que quién más las necesita eres tú.

                                                    Te he dicho una RISA..., no una sonrisa

                                                                      ¡Mucho mejor!
                      Esta foto tiene sonoridad   y yo quiero oir tus risas retumbando en la blogosfera.