PLAYA A CUALQUIER EDAD

 Los más pequeños disfrutan con todo un arsenal de picos, palas y cubos que se extienden a un metro a la redonda de donde se encuentre el rey, o la reina, de la casa y cerca, muy cerca de su barca privada.
                  ¡Si vas andando por sus lares...cuidado te puedes clavar el rastrillo en el pié!.

Cuando l@s reyezuel@s crecen, ya no necesitan tantos adminículos (¿lo necesitaron alguna vez?), para divertirse, les basta y les sobra con la arena. ¡Ojo al andar!, te puedes caer en un hoyo y partirte una pierna

El tiempo pasa y l@s reyezuel@s se convirtieron en jóvenes adolescentes, sus juegos continuan siendo en la playa, pero a distinta hora: por la noche. También es conveniente tener cuidado al día siguiente:  puede haber cristales rotos con el consabido perjuicio para tus piés.

Crecen y prefieren las palas porque se broncean a la vez que hacen deporte. También hay que tener cuidado, si pasas por su lado porque te pueden dar un paletazo y ponerte la cara como un Santo Cristo.

 La vida familiar cambia las costumbres y ahora comienza a primar  la tranquilidad, mirando al mar, leyendo, o descansando .Precaución!!! hay una nueva vida a bordo.

 Más adelante las diversiones están en reunirse con l@s amig@s y tomar una buena mariscada. ¡Alerta con el colesterol! hasta ahora los peligros que nos acechaban eran externos, pero ya empiezan los internos.

Juegos de cartas para los que ya no tienen procupación de hij@s, pero sí de perder al póker su autoestima..

 Y....OLE, OLE, OLE  por estos jóvenes de espíiritu,  que se divierten contándose sus batallitas a orillas del mar, sólo tienen que cuidar que no le falle la muleta con las olas.                                                                   

           La playa nos  acoge a tod@s y a cada cúal le da lo que va buscando en ella.
  Yo en este momento busco tranquilidad, aunque no esté embarazada, el peligro está en que me aficione a esta vida y no quiera volver tierra adentro.