Es un ave que nunca me ha gustado quizás por su graznido que me resulta muy desagradable o quizás porque cuando aparecen en la playa son sinónimas de mal tiempo.
Cuando me dispuse a leer "La gaviota" de Sandor Marai, en mi subsconsciente estaba el deseo de hacer desaparecer todos mis prejuicios hacia este animal.
Cuando me dispuse a leer "La gaviota" de Sandor Marai, en mi subsconsciente estaba el deseo de hacer desaparecer todos mis prejuicios hacia este animal.
Me la llevé a su medio natural: la playa y me enfrasqué en ella con la garantía que su autor me merece. Sin embargo no ha logrado convencerme, la he encontrado tan asfixiante que me hace pensar que no era el lugar para leerla,
ni tampoco me encontraba receptiva para ese tipo de lectura, por eso no quiero influir negativamente en aquellas personas que piensen leerla.
Buen sitio para dejarla.
ResponderEliminarLas gaviotas tampoco me gustan mucho.
De lejos, si.
De cerca cada vez menos.
Se están adueñando de la ciudad.
Besos.
Las gaviotas no son simpáticas, tampoco lo prentenden. Pero sin ellas ¿qué sería de las playas en invierno?
ResponderEliminarUn abrazo, Tracy.
Pues ya que el libro no lo recomiendas, me quedo con tu primera foto, que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarCon las gaviotas me pasa como con las palomas de la ciudad, las considero ratas voladoras, sin embargo la gaviota por el hecho de ser un animal que habita en la costa tiene un pequeño plus que admiro, seguramente porque me encanta el mar, especialmente cuando a mi derecha e izquierda no veo a nadie que moleste mi ensoñaciones marinas.
ResponderEliminarLa gaviota puede planear sobre la espuma del mar, caer en picado sobre un pequeño pez que divisa a cierta altura, en cierta medida eso me gustaría poder hacer, lo que pasa el que luego va al cubo de la basura y continua comiendo. ¡¡Puaff!!
Genial manera has tenido de presentar un libro; acompañado de tu sutil crónica...
ResponderEliminarPues yo tengo que leer ese libro.Lo tengo como pendiente y es que a mí,sí me gustan las gaviotas a pesar de que venga con ellas la lluvia,como hoy que no deja de llover.
ResponderEliminarBesos.
Comparto tu rechazo hacia la gaviota, pensaba que el libro me la haría superar... no lo he leído pero me encanta Sándor Márai.
ResponderEliminarUn beso!!
Querida amiga: A mi tampoco me apasionan las gaviotas, recuerdo que, estando en el norte, cerca del mar y en una casita alquilada, me despertaban todas las mañanas.
ResponderEliminarAl principio no sabía lo que era ese ruído...me asustó. Me asomé a la ventana y las vi revoloteando muy cerca, todas las mañanas volvían, eran como un despertador.
Me encantan las fotos que nos has dejado.
El libro no lo leí, pero si de gaviotas trata...
Abrazos en el corazón.
Kasioles
No me he leído el libro así que no puedo opinar, pero sí opino sobre esa forma de presentarlo que has tenido, me gustan las fotografías.
ResponderEliminarTracy pues a mi es un animal que la verdad no me gusta mucho y sobre todo aquí en La Coruña hay una población inmensa y ese ruido que hacen, en fin que no que no me gusta, el libro no lo leí así que no puedo opinar. Un beso. Ana.
ResponderEliminarTracy, me sorprendés! Hoy te noto un poquitititito de mal humor, puede ser??? jajajajaj
ResponderEliminarNo leído el libro pero las pobres gaviotitas no me molestan siempre y cuando no ataquen mi comida en la playa!
Sandor Marai es un gran escritor, pero coincido contigo en que puede llegar a ser asfixiante... Sin embargo, la asfixia que me hizo sentir en "El último encuentro" fue de lo más gratificante...
ResponderEliminarEn pleno verano, sol radiante, calor bla bla bla las gaviotas están en la playa!!!! Las veo a diario en la arena o volando, más allá del tiempo que haga.
ResponderEliminarA mi casi me despeña una en el cabo Kreus, pero me reconcilié con ellas en un viaje por mar.
No todas son chungas.
Me parece perfecto que dejaras ahí el libro. Para aplaudirte!!! ;)
Abrazos
Y no sería eso, mi niña, que te faltó una tacita calentita, je ,je... Pero mira... si viene el mal tiempo... donde la colocastes... seguro que echa a volar... ;-) Bss
ResponderEliminarInteresante entrada, saludos
ResponderEliminarY no sería eso, mi niña, que te faltó una tacita calentita, je ,je... Pero mira... si viene el mal tiempo... donde la colocastes... seguro que echa a volar... ;-) Bss
ResponderEliminarNo he leído ninguna obra de este autor, pero gaviotas conozco muchas. Y ninguna se ha ganado mi simpatía, y la verdad no es culpa de ellas porque invadimos su habitat natural.
ResponderEliminarPero hace unos años que hacen sus nidos y su vida en los tejados de la casa. Sus graznidos son tan potentes que parecen unos pterodactilos a punto de lanzarse contra mi cuando se acercan a la ventana.
Un beso.
Quieres creer que en París hay gaviotas???
ResponderEliminarPues sí. Hasta en esta ciudad alejada del mar llegan.
El libro, ya veremos...
Besos, Tracy.
Tracy a mi no me gustan, las veo muy a menudo por aquí. He tratando de encontrales algo bonito ya que hay muchos poemas sobre ellas, pero no, no me gustan.
ResponderEliminarbesoss
No puedo con las gaviotas...
ResponderEliminarSi lo leo te cuento ;)
Bss!
En cambio a mi las gaviotas me gustan, porque me recuerdan que el mar está cerca, como en mi pueblo, que siendo puerto pesquero está lleno de ellas.
ResponderEliminarTracy, a veces cada libro reclama su momento para ser leído. Quizá no era el momento.
Me has recordado dos libros más relacionados con las gaviotas que me encantaron en su momento: el archiconocido "Juan Salvador Gaviota" y "El grito de la gaviota". Este último escrito por Emmanuel Laborit, sorda de nacimiento, que trata el tema de la sordera.
En cambio, no he leído nada de Sandor Marai, es una asignatura pendiente.
Tracy, gracias por el dato, así si lo veo me lo pienso dos veces ;)
ResponderEliminarMe gustan las gaviotas, se me hacen parte de los paseos por la playa.
Besos.
Ya era hora que descansáramos de calor, ahhhhhhhhhhhhhh
ResponderEliminarQué bonitas fotos, Tracy
En cierto modo se puede decir que son ratas con alas, muy bonitas para los que no las conocen, pero para los que vivimos junto al mar pues eso.
ResponderEliminarEn fin, será por libros...
Abrazos.
Del libro no puedo opinar, pero sí de las gaviotas y, como ya apuntan otros comentaristas por aquí arriba, se están adueñando de la ciudad y eso no me gusta.
ResponderEliminarComo habrás comprobado en tus estancias por aquí a veces se ven peleas entre palomas y gaviotas...
De todos modos, el monumento me ha gustado, así tocando el suelo ;)
Holaaaaa ..ains el otro día le dí una miradita al libro ... pero no sé pq ... lo volví a colocar en su sitio y no me lo traje para casa .... osea que veo que no soy la única ....besotessss y mil graciass por estar siempre ahí ... besotes
ResponderEliminarA mi me encantan las gaviotas!
ResponderEliminarMi ciudad no suele tener la presencia de ellas, pero este invierno se llenó. La cantidad de peces muertos por el frío las atrajeron y ellas se quedaron un tiempo para salpicar el agua oscura con sus plumas blancas.
Saludos.
Dicen que son carroñeras pero a mí todo lo que vuela me gusta.
ResponderEliminarBesos, Tracy.
Me costo decadas aprender a dejar sin terminar un libro.
ResponderEliminarAhora ya he aprendido; leer es gozoso, no obligatorio.
Lo que no me gusta lo aparto.
great blog! :)
ResponderEliminarplease visit and follow:
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Leí un par de libros de Marai y no son la alegría de la huerta precisamente. A éste le tengo ganas aunque tú no parece que lo hayss disfrutado mucho...
ResponderEliminarBesos,
La verdad es que las gaviotas no tienen muchos fans y el libro no lo he leido y no puedo opinar pero hay libros que de leerlos en una situacion u otra cambian, segun nuestro estado de animo y el lugar de lectura
ResponderEliminarbss
No me gustan nada, nada, nada las gaviotas... pero nada eh?
ResponderEliminarBeso!
No te preocupes. Leí ese libro hace unos años y me pareció insoportable, tal vez era muy chica, pero ni voy a intentar releerlo. Saludos!
ResponderEliminarHe leido otros libros de Sándor Márai, pero no precisamente ese y tal como lo presentas me parece que no lo leeré.
ResponderEliminarUn abrazo