Charo quiere que contemos historias de estos objetos que han caído en desuso, puede resultar interesante leer las historias que se fragüen con ellos.
Las podéis leer aquí
BUZÓN.- Menos mal que te has colocado cerca de mí, porque estoy más aburrido...
CABINA.- Pues no creas que yo he venido a entretenerte. Me he puesto aquí porque me ha parecido que el lugar está bastante solitario y puede ser que se me necesiten más que en otros lugares de la ciudad.
BUZÓN.- Has pensado bien, pero los tiempos han cambiado y ahora hasta los chavalillos de catorce años tienen su propio teléfono y no te van a utilizar a ti.
CABINA.- Ya me lo imagino pero siempre vendrán algunos que se les haya acabado la batería o...
BUZÓN.- ¡Uffffffffff! mejor que no vengan, porque siempre llegan con otras intenciones, te trastean tus entresijos para sacarte las pocas monedas que tengas dentro y si no cubren sus expectativas te arrancan de cuajo el aparato, te maltratan a patada limpia y al final acabas tirada por los suelos.
Eso si no acabo yo metido en el follón porque a mí también me tiran al suelo de mala manera después de destrozarme la boca, ¡claro! que para lo que me sirve...
CABINA.- ¡¡¡Qué me dices???
BUZÓN.-Tu última compañera, que estuvo ahí mismo donde tú estás, y a mí permanecimos tirados en el suelo cerca de una semana y como nadie necesitaba nuestros servicios, nadie daba orden de que nos recogieran de aquí, hasta que unos niños se sentaron en nosotros y jugando se hicieron unas heridas
y gracias a eso nos retiraron: tu compañera quedó inservible y a mi me arreglaron la boca y me volvieron a colocar aquí.
CABINA.- ¡Pues vaya! yo que creía que iba a sacar un dinerillo extra... mira por allí viene una pandilla...
BUZÓN.- Mejor descuélgate el aparato para que crean que no funciona y que no deje de sonar el tono, así los alejaremos de nosotros. Yo cerraré mi boca porque no sería la primera vez que me metieran fuego en mis entrañas.
CABINA.- ¡Pues sí que está peligrosa la calle! mejor sería que nos llevaran a un museo.
BUZÒN.- ¡Calla que se acercan!
BUZÓN.- Has pensado bien, pero los tiempos han cambiado y ahora hasta los chavalillos de catorce años tienen su propio teléfono y no te van a utilizar a ti.
CABINA.- Ya me lo imagino pero siempre vendrán algunos que se les haya acabado la batería o...
BUZÓN.- ¡Uffffffffff! mejor que no vengan, porque siempre llegan con otras intenciones, te trastean tus entresijos para sacarte las pocas monedas que tengas dentro y si no cubren sus expectativas te arrancan de cuajo el aparato, te maltratan a patada limpia y al final acabas tirada por los suelos.
Eso si no acabo yo metido en el follón porque a mí también me tiran al suelo de mala manera después de destrozarme la boca, ¡claro! que para lo que me sirve...
CABINA.- ¡¡¡Qué me dices???
BUZÓN.-Tu última compañera, que estuvo ahí mismo donde tú estás, y a mí permanecimos tirados en el suelo cerca de una semana y como nadie necesitaba nuestros servicios, nadie daba orden de que nos recogieran de aquí, hasta que unos niños se sentaron en nosotros y jugando se hicieron unas heridas
y gracias a eso nos retiraron: tu compañera quedó inservible y a mi me arreglaron la boca y me volvieron a colocar aquí.
CABINA.- ¡Pues vaya! yo que creía que iba a sacar un dinerillo extra... mira por allí viene una pandilla...
BUZÓN.- Mejor descuélgate el aparato para que crean que no funciona y que no deje de sonar el tono, así los alejaremos de nosotros. Yo cerraré mi boca porque no sería la primera vez que me metieran fuego en mis entrañas.
CABINA.- ¡Pues sí que está peligrosa la calle! mejor sería que nos llevaran a un museo.
BUZÒN.- ¡Calla que se acercan!
El buzón le acaba de abrir los ojos a la cabina...
ResponderEliminarDa nostalgia.
Besos y buen finde.
Para que se los abra otro, mejor quesea el buzón ¿no te parece?
EliminarY en un museo acabarán...
ResponderEliminarMuy ingeniosa.
Besos.
... o en un parque temático dedicado a objetos obsoletos.
EliminarSe ven pocos de los dos, pero si se los llevan a un museo seguirán quemando otras cosas y rompiendo las que quieran. Cerca de mi casa hay un buzón cuando salga me lo miraré con cariño y comprensión. Saltos y brincos
ResponderEliminarSi por lo menos sirvió para eso, bien va.
EliminarUn beso.
jaja muy buen diálogo.... y la calle está brava en todos lados.... saludos...
ResponderEliminar... brava en todos lados y para todo el mundo.
EliminarJejejejeje! Qué relato tan bueno. Y qué triste pensar que con algunas, muchas, demasiadas personas hacemos lo mismo...
ResponderEliminarSaludos, Tracy, y feliz comienzo de fin de semana.
Sí, pasa exactamente igual con las personas, una pena.
EliminarUn relato muy interesante.... como las cosas pueden adquirir vida y sentire como humanos en pleno abandono!!!!
ResponderEliminarMuy interesante!!!!!!!
Y las personas pueden hacerse como cosas al ser abandonadas.
EliminarTodo tan nostálgico. Tan ridículo. Tan decadente. Metáfora de un presente veloz e inhumano.
ResponderEliminarMetáfora de lo que pasa con las personas cuando se quedan obsoletas.
EliminarEntrañable dialogo, entre aquellos que fueron indispensables en su día y hoy piden a gritos su retiro, empujados por esa nuevas tecnologías que no saben de historias ni sensaciones.
ResponderEliminarUna bella metáfora de lo que también sucede con aquellos seres animados que son apartados abruptamente y relegados al rincón de la tristeza y el desapego.
Un beso.
Eso mismo pensaba yo al escribir el relato.
EliminarUn abrazo.
¡Pero qué atrasaos están en España! ¿14 años para tener tener un teléfono? Aquí a los 10, si no es antes...
ResponderEliminarBuzones y cabinas telefónicas, en mi ciudad no hay (aunque pensándolo bien, parece que nunca los hubo...)
¡Benditos esos atrasos!
EliminarMirándolo por el lado bueno, a las madres, que así pueden saber dónde están sus hijos, les da cierta seguridad. Es como todas las cosas, si se usa bien, el teléfono móvil es muy útil. Los adolescentes abusan de él, pero los niños pequeños, a los que se ha inculcado que no deben usarlo en el aula, por ejemplo, lo usan para comunicarse en caso de emergencia, o para pedir permiso para ir donde un amigo, por ejemplo. Las madres también lo usan para avisar algo: "hijo, llego en diez minutos a buscarte, espérame tranquilo". ¿No es bueno eso?
EliminarVaya mal rollo el de estos dos personajes que has hecho hablar con tatna claridad. Nunca lo habia pensado, pero seguro que si pudieran hablar, lo harian con las mismas palabra y las mismas quejas. Saludos
ResponderEliminarY eso sin pensar que lo mismo en un geriátrico dos ancianos sostienen igual diálogo.
EliminarEsto es buenísimo, Tracy. De todos modos los buzones aún no están tan en desuso, sobre todo los usan los capullos de los bancos.
ResponderEliminarBEsos
Y para que los usen ellos , mejor es que estén sin ser usados.
EliminarBUZÓN. Allí veo venir a tus amigos
ResponderEliminarCABINA: ¡No! ¡Por favor no!
BUZÓN: Jajaja
CABINA: ¿Por que te ríes? A ti también te mearon esos borrachos
Ese sería otro final posible y muy realista, desgraciadamente.
EliminarY qué verdad tienen los pobres… Con el buen servicio que dieron en su momento, y así se lo agradecen… En realidad lleva un trasfondo muy interesante este texto… ;-)
ResponderEliminarMuy bueno, Tracy! Bsoss y feliz finde, amiga!!
Y tanto que lleva un trasfondo muy interesante y muy triste.
EliminarMuy bueno. Besos.
ResponderEliminarObjetos que pasarán definitivamente al olvido en menos que canta un gallo.
ResponderEliminarYa han pasado, sólo existen en la historias de los que los hemos conocido en buen uso.
EliminarTal cual, Tracy.
ResponderEliminarPasarán a ser objetos del recuerdo.
Ingeniosa y divertida historia.
Yo la encuentro más triste que divertida, aunque tenga su punto de humor.
EliminarYa, qué pena, Tracy, todavía se ve algún buzón ...
ResponderEliminarAsí acabarán seguramente.
Muy bueno el relato.
Un beso muy fuerte.
Sí aún quedan algunos resistiéndose a desaparecer de las calles.
Eliminar:)
ResponderEliminarBesos y salud
;-)
Eliminarjajajaja muy bueno. Sabes, el otro día tuve que ir hasta Correos porque no encontré ningún buzón.
ResponderEliminar¡Vaya!
EliminarHas elaborado un imaginativo diálogo que nos ha dado diversión Tracy
ResponderEliminarEstos objetos irán a formar parte de tu sótano.
EliminarJuraría que dejé un comentario, pero como fue desde el móvil lo mismo voló porque no le veo.
ResponderEliminarBueno dejo otro, porque últimamente va fatal blogger.
Me gustó mucho el diálogo del buzón con la cabina.
Un beso.
No te preocupes, hay veces que hasta el tercer comentario no me sale publicado, paciencia.
EliminarMoraleja: no te ufanes de que eres bella, bonita, útil y que nadie puede vivir sin ti; cuando envejezcas pocos se acordarán de lo importante que has sido en sus vidas y te mandarán al museo, por no decir al geriátrico.
ResponderEliminarBesos Tracy
Muy bien sacada la moraleja que he dejado entre líneas.
Eliminar¡Qué pena!
JLO tiene la razón. Y el desuso ha hecho que los objetos desarrollaran una aversión a la personas. ¿Tendrán razón?
ResponderEliminarSaludos.
Tienen aversión a aquellos que se meten con ellos ¿no te parece?
EliminarJa,ja,ja....Qué bueno Tracy!Pobrecillos, para lo que han quedado!Como siempre has brillado con tu originalidad y buen humor.Muchas gracias por participar.
ResponderEliminarUn beso
Gracias a ti siempre.
EliminarGracias a ti siempre.
EliminarNo me extraña, no nos cuidamos ni a nosotros mismos...
ResponderEliminarLlevas razón.
EliminarLlevas razón.
EliminarMuy bueno ese diálogo que has creado, y les doy la razón a los dos, casi no hay nadie que los utilice; pero es bueno que existan porque alguna vez los podemos necesitar, ¿Qién sabe?
ResponderEliminarUn abrazo
...o por lo menos respetar por la ayuda que nos prestaron.
Eliminar...o por lo menos respetar por la ayuda que nos prestaron.
EliminarFíjate que sé que hablas de dos objeto pero, bien podría ser un diálogo entre dos personas que se sienten ya demasiado mayores, no por ellas, porque no sean válidas, sino por lo que les rodea... como dos ancianos que son dejados ahí mientras los hijos y los nietos se van de vacaciones.
ResponderEliminarUn beso.
¡Bravooooo!
Eliminar¡Bravooooo!
EliminarCorrecaminos, me encanta ese diálogo!!!
ResponderEliminarBesos.
Hola; he estado un poco ocupado, pero bueno... Al texto.
ResponderEliminarSinceramente, dos objetos bien escogidos, sinceramente. Ambos conservan ese romanticismo. El buzón con la esperanza de que llegara algún día esa carta... La cabina, pues qué decir de esos días de lluvias y de las tragaderas del teléfono.
Saludos.
Pablo.
Que tiempos aquellos en los que no todo era tan inmediato!!!
ResponderEliminarBesos!