Voy para Córdoba, está vez sola con mi brazo y con el corazón partío por dejar a mí Maquilla en Madrid en plena vorágine de su mudanza, pero yo consciente de qué soy más un estorbo que una ayuda, prefiero no serlo.
¡Ay, las madres...! Preferimos sufrir nosotras que crear una brizna de perturbación en la mirada de nuestros hijos.
¡Buena semana para todos!
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