El Demiurgo nos ha pasado una serie de dibujos suyos para que sobre ellos escribamos, yo he elegido éste, a ver qué sale; si queréis leerlo pinchad aquí
Entró en prisión por robar aceitunas en los olivares que estaban al lado de los caminos.
No tenía otra forma de subsistir en aquella época de hambruna que siguió a la guerra civil y que casi duró más que ella.
En la noches de frío invierno se echaba un saco al hombro y a la luz de la luna unas veces y otras con las ráfagas de los escasos coches que pasaban por los caminos, ordeñaba el preciado fruto que a la mañana siguiente vendía a las puertas de los mercados, para dar de comer a sus churumbeles. En más de una ocasión los guardias hicieron la vista gorda y le perdonaron a cambio de llevarse el tan preciado saco. Hasta que un día harto de que le robaran las aceitunas llenó el sacó de piedrecitas y sólo puso aceitunas en la parte superior.
Fue ese día, y no otro, cuando lo metieron en la trena, vigilado por un ojo amenazador que a él se le antojaba que espiaba sus más profundos pensamientos.
Los guardias tenían mal perder.
Entró en prisión por robar aceitunas en los olivares que estaban al lado de los caminos.
No tenía otra forma de subsistir en aquella época de hambruna que siguió a la guerra civil y que casi duró más que ella.
En la noches de frío invierno se echaba un saco al hombro y a la luz de la luna unas veces y otras con las ráfagas de los escasos coches que pasaban por los caminos, ordeñaba el preciado fruto que a la mañana siguiente vendía a las puertas de los mercados, para dar de comer a sus churumbeles. En más de una ocasión los guardias hicieron la vista gorda y le perdonaron a cambio de llevarse el tan preciado saco. Hasta que un día harto de que le robaran las aceitunas llenó el sacó de piedrecitas y sólo puso aceitunas en la parte superior.
Fue ese día, y no otro, cuando lo metieron en la trena, vigilado por un ojo amenazador que a él se le antojaba que espiaba sus más profundos pensamientos.
Los guardias tenían mal perder.
Bonita historia de tu tierra.
ResponderEliminarBeso de aceituna.
De mi tierra o de cualquiera, porque las aceitunas se pueden cambiar por otra cosa del lugar.
EliminarMadre mía...
ResponderEliminar:(
Eso digo yo: MADREMÍA!!!
Eliminar:P
La imagen te ha llevado mucho tiempo atrás, (recuerdos leídos, no vividos) Un abrazo
ResponderEliminarPues sí, las cárceles de hoy son hoteles de cuatro estrellas.
EliminarEsas torrijas y paella me abren el apetito de tan buena pinta que tienen.
ResponderEliminarLo bueno de estos días es que disfrutamos de esos placeres y nos olvidamos de guardar la línea.
Buena semana, que la disfrutes. Besos.
Aquí no hay torrijas ni paellas, eso quisiera el protagonista del trullo
EliminarSon autoridad, como hoy.
ResponderEliminarAntes más que ahora ¿no crees?
EliminarQue interesante relato.
ResponderEliminarTal vez no haya sido una buena idea usar esa estratagema, pero su situación era desesperada.
Muy malos perdedores los guardias.
Inspirado relato.
Un abrazo.
Hace mucho tiempo, afortunadamente, eso era un relato de realidad.
EliminarEste relato puede ser una anécdota de un caso real , por que en aquellos años , y más según lo describes , por robar una gallina para poder dar de comer a tu familia , si te pillaban te metían a la cárcel y te molían a palos , lo mismo que ahora ,solo que los que roban hoy día no pasan tanta hambruna , ya que a esos no les falta de nada y no los muelen a palos , saludos de flor.
ResponderEliminarLlevas razón Flor, los ladrones de hoy no roban para comer, sino para ser cada vez más ricos.
EliminarUn beso
Al menos no lo torturaron.
ResponderEliminarEste tuvo suerte.
Besos.
Pobrecillo!,¿quien sabe? el relato no lo cuenta, ahí va la imaginación de cada cual.
EliminarParece que este dibujo de Demiurgo ha dado mucho juego porque es la que he visto que más ha inspirado entre los relatos jueveros.
ResponderEliminarBesos y feliz tarde.
Sí es el que más se ha repetido, me gusta porque se ve las distintas lecturas que le da la persona que mira el dibujo
Eliminar¡Ay qué ver!!!
ResponderEliminarPobre hombre.
Buen relato.
Besosssss
Gracias Maite!!!
EliminarMuy bueno
ResponderEliminarBesos
Me alegra que te lo haya parecido.
EliminarUna frase final sorprendente.
ResponderEliminarInteresante relato, Tracy.
Un beso muy fuerte.
Todas las procesiones de la tarde se han suspendido, la lluvia no da tregua ...
Por el sur se están salvando, hasta mañana, hoy, que parece que lloverá.
EliminarMmmmm no se Tracy si esto tiene moraleja...
ResponderEliminarBesos.
Que cada cual se la saque, si la tiene.
EliminarUna historia tan cruel como la España que le da escenario querida amiga Tracy.
ResponderEliminarMe encanta recordar aquellos tiempos ... ay deu meu, cuán distintos eran, los tiempos ... y nosotros.
Feliz noche de jueves, pro Dios, ya pasó otra semana y yo aquí jueveando como en el juego de la Oca, de jueves a jueves. Tendré que aplicarme
Los tiempos han cambiado, ahora los que roban no lo hacen para comer, jajajajajaja
EliminarY tuvo suerte de que no lo baldaran a palos... :)
ResponderEliminarSalud y besitos
Eso se queda para tu imaginación
EliminarDebió haber mucho de eso.
ResponderEliminarParece ser que sí.
EliminarLa pasma siempre a lo suyo, garantizado.
ResponderEliminarSon de pocas bromas.
EliminarVaya historia tan movida y conmovedora. Sí, coincidimos en el cuadro pero no en el desarrollo. Un abrazo.
ResponderEliminarLa verdad es que se te parte el alma de pensar qe eso fuera verdad.
EliminarSabes, me parece muy real.
ResponderEliminarTienes una gran imaginación, Tracy.
Mil besitos
Como tú dices en tu entrada de hoy:
Eliminar"Un tiempo de otro tiempo, que a veces duele a tiempo"
Se vengó, aunque, el pobre, sufrió las consecuencias.
ResponderEliminar... se vengó y evitó que le robaran el pan de sus hijos, pero lo pagó.
EliminarMe encantó, tan certero el relato que no conoce tiempo.
ResponderEliminarUn beso.
Desgraciadamente.
EliminarOh! joo qué mala suerte! Intenso el relato... me gusta mucho las versiones que cada uno hace de los dibujos!
ResponderEliminarBss
Son curiosas ¿a que sí?
Eliminar¡Genial el final! Llenar el saco con piedrecitas... muy original. Una pena que le mundo funcione así y acabase en la cárcel.
ResponderEliminarBesos jueveros, Tracy
Sí que es una pena pero a veces puede suceder. La realidad aventaja a la fantasía.
EliminarComo siempre que te leo..tus historias son cortas pero sorprenden gratamente...besoss
ResponderEliminarTe agradezco que me lo digas, eso me hace seguir hacia adelante.
EliminarBreve, concisa, pero impactante. A pesar del peso de la bota que aplasta al protagonista, compartes con él y te alegras de esa venganza.
ResponderEliminar¡Feliz domingo de Pascua, Tracy!
Sí es verdad, te pones de su lado, del lado de lo que es justicia de la buena.
EliminarMientras el poder es alimentado está ciego. Deja de darle de comer y te comerá a ti... Sin más. Triste pero cierto. Eso sí, sigue jugando con inquina.
ResponderEliminarMe ha encantado esta historia que, con olivas o sin ellas, sigue siendo tan real.
Un beso enorme.
¡Qué verdad más grande dices en tu comentario! "Si dejas de darle de comer al poder, te comerá a ti"
EliminarTuviste bien inspirada en esa imagen de Demi ..y bien acertado de poner las aceitunas solo arriba , al menos el saco al quitarselo , no solo fueron aceitunas sino el peso de las piedras .. MUy original super acertado.
ResponderEliminarFeliz domingo de Resurección.
Gracias Campirela.
EliminarA veces no queda otra que apañárselas cuando la mano viene dura. Lástima que los gusrdias nunca son de seda.
ResponderEliminarBesos
Sí, una lástima.
EliminarUn relato muy original y que además trata de un tema que en ocasiones se da en la realidad a menudo.
ResponderEliminarMuchos besos.
Muchas gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo