jueves, 9 de marzo de 2023

JUEVEANDO CON UN CRIMEN Y TRES PISTAS.

 Nos dirige el próximo jueves MYRIAM que nos pide el relato de un crimen ( un suicidio en mi caso, espero que dé igual, porque mirándolo bien, al señor mayor lo abocaron a hacer lo que hizo, la soledad y la falta de afecto de sus hijos) y nos da a elegir entre tres personaje y entre tres clases de armas que se pueden usar, también a elegir.

Lo demás lo deja a nuestra elección.

El personaje elegido por mí: el señor mayor en un pozo, aljibe o molino.

El arma elegida: una pistola , un cuchillo o un almohadón

Un suicidio razonado

Siempre se negó a dejar su casa en ese pueblo olvidado, donde habían ido quedando unos cuantos ancianos que vieron marchar a sus hijos, huyendo de la difícil vida del  campo. 

Cuando pitaba la furgoneta del panadero en la plaza del pueblo, todos salían para, además de comprar el pan, darse la fe de vida entre ellos y tras relatar el parte de sus dolencias y las incidencias del tiempo en sus respectivos huertos cada cual se refugiaba en su casa, en sus pensamientos y en sus recuerdos. LLoviera, hiciera sol o frío, las tardes eran suyas a solas con su mismidad.

José, tras sus sopas de ajo y su cabezadita en el sillón, se sentaba junto al fuego en invierno, el crepitar de la leña le servía de banda sonora a sus recuerdos. Si el tiempo lo permitía, salía al patio y se sentaba bajo la parra y allí se pasaba las horas muertas pensando qué tipo de vida era aquella, sus hijos sólo lo visitaban una vez al año, quizás fuera para certificar que estaba vivo. No quería servir de estorbo a nadie, pero cada vez se veía más inútil y sus piernas no le acompañaban si quiera a brindarle al huerto los cuidados que necesitaba. 

Miraba al pozo como solución a sus problemas, pero enseguida desechaba la idea, le faltaba valor.

Reclinado en la mecedora del patio, ensayaba una muerte más dulce tapándose la cara fuertemente con el almohadón, en el que recostaba sus ideas. 

Los días iban pasando mientras él elucubraba cómo acabar con su vida  sin hacerse demasiado daño y sin que se pudiera culpar a los vecinos del hecho.  Lo primero que se le ocurrió fue escribir una nota exculpándolos y explicando la forma que había terminado con su vida sin ayuda de nadie: 

Queridos amigos, al recibo de esta espero que estéis bien, yo estoy mejor que vosotros con seguridad. Me voy a quitar de en medio, ya estoy harto de vivir: Iré al brocal del pozo y me taparé la boca con la almohada de mi cama atándola fuertemente con el cincho  (si me veis los pantalones caídos no penséis en cosas raras es que se me soltaron al quitarme el cincho)  luego me echaré al pozo, antes desataré el cubo y espero caber cabeza abajo, sabéis que todos me llamabais "José el cabezón". Antes dejaré esta nota sujeta por una piedra, encima del cubo que pondré boca abajo, vaya a ser que se vuele con la ventisca.

                                 ¡Salud!

38 comentarios:

  1. Texto intenso, profundo. Nunca entendi se o suicídio é um ato de coragem ou de cobardia.
    Saudações cordiais

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ese es un tema interesante para hacer una tertulia con él.

      Eliminar
  2. Vaya historia, parecía un hombre con una vida tranquila, nada hacia sospechar sus intenciones, desearle suerte en el intento suena fatal.

    ResponderEliminar
  3. Cuánta ternura y cuánta tristeza juntas me has provocado en unas pocas líneas, escritora.

    ResponderEliminar
  4. Un relato con esa carga de tristeza que es la vejez, y lo has plasmado divinamente, donde se mezcla el asesinato y querer desaparecer de este mundo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Habrá tanta gente así... que me da pena pensarlo.

      Eliminar
  5. Pobre viejo tomar una decisión tan drástica y quedar con la cola al aire sería muy ingrato final! Esperemos que no le suceda, un abrazote Tracy!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaj tú ya te has imaginado la cola al aire, jajajajaja, que conste que yo no he dicho tanto ¿eh?

      Eliminar
  6. La ternura y tristeza de la carne ajada unidas en este bello relato. Feliz jueves Tracy. Un beso

    ResponderEliminar
  7. La nota de suicidio tiene su punto de humor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Habrá que suavizar el momento y el humor es un bálsamo para todo.

      Eliminar
  8. Me recordaste una serie que vi hace tiempo: Olive Kitteridge...
    Muy bien hilado tu relato, prima. Chapeau!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No conozco esa serie, aunque no me extraña porque creo que aún no he visto ninguna. no me gustan.
      Besitos prima de mi alma y gracias por tu comentario

      Eliminar
  9. Una pena que tenga que llegar hasta el punto de tirarse por el pozo, aunque supongo que la elección de cómo morir es igual de válida que la de elegir cómo vivir.
    Un besazo juevero, Tracy

    ResponderEliminar
  10. Este pobre José pensó en todos los detalles. Muy sensible de su parte haber pensado en sus vecinos. Lo del cincho y el pantalón caído, tiene dejos de humor negro. Imagino la escena y me río, aunque el relato en sí sea tan tristey nos lleve a pensar lo triste que puede ser llegar a viejo y estar tan solo. Mil gracias por haberte sumado a mi propuesta con este relato tan emotivo. Besotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es lo que pretendía poner notas de humor para aliviar la carga de gravedad que tiene el hecho y sus circunstancias.
      Las gracias te las tengo yo que dar a ti por dirigirnos




      Eliminar
  11. Me ha encantado el comentario de "dar fe de vida al panadero"! Ja, ja! Y el sentido del humor final del protagonista pese a las circunstancias! Genial! Un abrazote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se daban fe de vida unos a otros, bueno y al panadero también.

      Eliminar
  12. Hay algo de humor en esa decisión trágica, con un personaje que tal vez no sea tomado en serio, por algún percance que pueda suceder.
    Bien contado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Demi, hasta las decisiones trágicas hay que tomarlas con humor.

      Eliminar
  13. una peculiar manera de invitar a los amigos y vecinos a su funeral, y si dejo pagado en la taberna unos vinos mejor. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es otra lectura, que es muy factible viendo el humor que tiene nuestro protagonista.
      Abrazo para ti

      Eliminar
  14. Un relato con un deje de humor y trágico al mismo tiempo.
    Original.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, aunque pesa más la tragedia que el humor. Pienso.

      Eliminar
  15. Un texto para abrir un incendio de conclusiones o comentarios, Tracy. Gran texto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí habría mucho que decir porque es un tema candente el de la soledad en los mayores.

      Eliminar
  16. El difunto era un cahondo. Con esa nota ... veremos si el panadero da la alerta y encuentran al hombre en el pozo, o ha sido una broma.
    Y no específicas si se tira, solo cómo lo hará. Y ña despedida: "salud", es de Oscar.
    AbrZoo, Tracy

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me imagino que todos los vecinos irían después de echarlo de menos a su casa a ver qué pasaba.
      Gracias por tu Oscar, que es el primero que recibo, lo pondré en el rincón donde escribo.
      Besos

      Eliminar
  17. Los adultos mayores no deberían estar solos, triste trayecto y final
    Abrazo

    ResponderEliminar
  18. Te había escrito, pero no sé si se ha publicado o no, así que repito. Te decía que tu relato me deja un sabor agridulce. Por un lado dulce por el tono en que está escrito, sobre todo la carta, por otro agrio, porque por desgracia cada vez es más frecuente sentirse así llegada a cierta edad. Y como me voy a cercando a ella me da un escalofrío de pensar en la soledad. Besotes

    ResponderEliminar