Ella pidió que no la llamara por teléfono.
Deseaba sentirse sola, además de estarlo.
Quería que el silencio le diera la vida y le ayudara a pensar...
Había oido hablar del silencio abrumador de los teléfonos, al día siguiente de dejar una cartera ministerial.
Ahora lo comprendía, aunque no era su caso.
El silencio de un teléfono puede llegar a ser atronador, no la dejaba leer a pesar de estar en su rincón preferido, en su confortable sillón y con esa tenue luz que la envolvía.
Si cogía los pinceles, parecía que su mano era ajena a ella, abusando de las pinturas sin mesura.
Ni la música lograba acallar ese silencio que martilleaba su mente.
Durante la noche su cama era el ring donde libraba los más difíciles combates con el saco de sus pensamientos para quedar noqueada al amanecer, esperando ser salvada por la campana del despertador que la obligaba a ponerse en pié y empezar un nuevo día.
¿Serviría para algo tanto suplicio?
La decisión estaba tomada.
Ahora lo comprendía, aunque no era su caso.
El silencio de un teléfono puede llegar a ser atronador, no la dejaba leer a pesar de estar en su rincón preferido, en su confortable sillón y con esa tenue luz que la envolvía.
Si cogía los pinceles, parecía que su mano era ajena a ella, abusando de las pinturas sin mesura.
Ni la música lograba acallar ese silencio que martilleaba su mente.
Durante la noche su cama era el ring donde libraba los más difíciles combates con el saco de sus pensamientos para quedar noqueada al amanecer, esperando ser salvada por la campana del despertador que la obligaba a ponerse en pié y empezar un nuevo día.
¿Serviría para algo tanto suplicio?
La decisión estaba tomada.
Tengo fobia a los teléfonos pero entiendo ese silencio que emiten cuando esperas una llamada.
ResponderEliminarPor mucho pacto reaional, el corazón va a su bola.
No es por no torturarse, si hay que torturarse, se tortura... pero torturarse "pa na"...
ResponderEliminaruhmmmm.... espero que ésta historia continúe... quiero saber más!!
ResponderEliminarBesitos!!
Hay pactos que hay que romper para salvar a la persona necesitada.
ResponderEliminarEs necesario crear pausas en silencios elegidos.
Que sepan que estamos.
Espero ávido de noticias la continuación.
ResponderEliminarBesos.
¡¡IMPRESIONANTE"" Si es que escribes maravillosamente... vaya frase la del cuadrilátero del ring... ¡Me has dejado K.O.!!!!! Bss
ResponderEliminarDime que hay segunda parte!
ResponderEliminarYO ESPERO ESCRITORA MÍA!!!
ResponderEliminarY sigue, ¿no? Dinos que sigue, por favor.
ResponderEliminarBesos.
Y??????
ResponderEliminarQue continue la historia!!!
Bss,Carmen
Que pasará?
ResponderEliminarTanta intriga me puede...
Besos.
A veces, el silencio puede ser atronador. Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta esta parte tuya, cuando nos asalta en un inquietante relato.
ResponderEliminarVamos si?
Seguro que hay mas...
Una pugilística entrada, donde las haya
ResponderEliminarBueno, parece que al menos dio un gran paso.... decidir no es fácil.
ResponderEliminarSaludos.
Treisi, tienes la capacidad de sorprendernos con lo más inverosímil, cotidiano.... pero hablando de suplicios involuntarios...¿ cual fué la decisión que tomó? ¿ habrá desenlace o queda ahí la historia?..
ResponderEliminarLo que tenga que ser sucederá.
ResponderEliminarMe voy a quedar sin uñas!!
Pues, ¡qué intriga!, ¿continuará?
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Me dejaste pensando si se trata de ficción o realidad.
ResponderEliminarBesos.
Un comienzo prometedor, ya ves, tracy, que todas coincidimos en que debe de haber continuación.
ResponderEliminarPues si, la decisión no fue nada fácil, pero la obedecieron y no la llamaron verdad????
ResponderEliminarfeliz domingo.
Ay de esas decisiones tomadas, esos pactos de silencio con uno mismo, con los demás, esos teléfonos que esperamos que suenen, y esos timbres que quisiéramos que nunca jamás volvieran a sonar...
ResponderEliminarBesos, Tracy.
Yo lo veo genial así,la verdad, dejándonos al libre albedrío, imaginar cuál sería la decisión tomada entre tanto silencio.
ResponderEliminarPero bueno...
Voy a ver qué se me ocurre.
:)
Un beso.
Acabo de encontrarte en lista de lectura...y el gusanillo de la intriga me dirije hacia tu relato cortado.....la verdad que nos propones un reto muy arriesgado...pero lo intento... es un tema "apasionante" un saludo cariñoso Begoña
ResponderEliminar,,,final de silencio pactado.
ResponderEliminarel silencio vivido con intensidad,fué revelador
y terapéutico. Si ella habia pedido una tregua,
un espacio de silencio para pensar..Despues de sensaciones de lo mas variopinto, angustia,
dolor, incertidumbre...El silenció le habló en lo más profundo de su ser: levanta la veda, te toca llamarle a ti... y rápida , como si sintiera
alada cogió el teléfono..y susurro mimosa, añorante, necesito oir tu voz, todo superado..
te quiero mi amor... y al otro lado del hilo se
escuchó; yo también cariño...intuia que el silen
cio era un aliado a mi favor...
He quitado, puesto, diferentes respuestas, pero,
las personas que sienten necesidad de un espacio
personal de silencio para pensar se enfrentan
a la realidad de sus sentimientos...
He disfrutado mucho con tu propuesta, un abrazo de Bgoña
Ayer no pude venir a leerte, y si, ciertamente los silencios a veces tan necesarios, tan decididos, tan repensados son atronadores y resuenan en la cabeza como un martillo golpeando la pared.
ResponderEliminarBesitos mediterráneos.
Se armó de valor,encendió la luz de la mesilla y pensó...¡ahora!Le daba igual que fueran las tres de la madrugada...tenía que ser ¡ahora!Como un huracán,cogió el teléfono,marcó el número,aquél número que se juró no volver a marcar nunca más... y de pronto sintió que su cuerpo temblaba...la seguridad que tenía se le escapó en cuestión de segundos...y colgó.Al otro lado del teléfono,la felicidad que pudo haber sido...la felicidad que nunca más sería...contestó...diga...diga...esperó unos segundos...y colgó.
ResponderEliminarSe ahogaba entre las cuatro paredes de su habitación por lo que decidió salir a desayunar, de dio una ducha y eligió unos vaqueros de color verde, una camiseta blanca y unos mocasines, salió a la calle y dejo que la brisa la embriagara, se había sentido sin aire fresco, los aromas de la calle la condujeron a una pequeña cafetería que hacía esquina y que tenia una pequeña terraza, se acomodó en su mesa y pronto el camarero la atendió, pidió zumo de naranja, tostadas y un café con leche, tenía hambre, consideraba que sus decisiones habían sido correctas y quiso saborearlo al tiempo que el desayuno, sabía que estaba siendo coherente y que su nueva vida sería mejor alejada del Ministerio, en cuanto a él lo llamaría la volver a casa, ahora lo veía claro, tenían que hablar y le explicaría que su vida se abría a una nueva etapa y quería que el estuviese en ella de manera más comprometida, ahora se lo podía permitir.
ResponderEliminarSaboreo lentamente el desayuno, se había dejado el móvil en casa y a su regreso haría una llamada importante porque de ella dependía que en el futuro ya no se tratase solo de ella solo si no de los dos, sonrió pensando en ello mientras apuraba las últimas gotas del zumo.
Tracy, te dije que regresaría.
Un beso.