Nuestro Demi está al cargo de este jueves y nos ha dado muchas ideas para elegir entre ellas y hacer nuestro relato, si os apetece leerlos pinchad aquí.
Cuento sobre la imagen en un espejo
(Pintura de Francine Van Hove)
Mientras se miraba en ese triple espejo que su abuela le regaló el día de su cumpleaños pensaba en las palabras que le dijo al entregárselo: Cuídalo, este espejo ha ido pasando de abuelas a nietas no sé desde cuantas generaciones atrás, siempre que te preguntes algo mirándote en él, te dará la respuesta acertada.
Ella se sonrió decepcionada pensando que le habría venido mejor aquel bolso de marca que había pensado pedirle en caso de que la abuela le hubiera preguntado qué quería para su cumple.
En ese momento se dio cuenta que en cada parte del espejo aparecía la imagen de ella: cuando era niña, ahora de joven y la imagen de cómo sería cuando fuese mayor, era igual que su madre.
Se sintió angustiada.
Volvió a fijarse en la imagen central y vió el reflejo de su madre, que conocía perfectamente por las fotos de los viejos albumes, rápídamente pasó a mirar el espejo lateral derecho y comprobó que estaba en lo cierto era su madre tal como estaba en la actualidad, dirigió su mirada al de la izquierda: allí estaba su madre con sus tirabuzones rubios inconfundibles.
Miró de nuevo y su madre había desaparecido del tríptico para dar paso a las imágenes de su abuela en las tres etapas de su vida: de niña con sus trajes de encajes, de jovencita con sus trenzas y ahora con su cabeza canosa, la reconoció por su aspecto actual.
Plegó el espejo con cuidado y lo guardó en un cajón, no quería verlo más.
¿Por qué en su imagen futura aparecería su madre o era ella que se le parecería cuando fuera mayor?
La curiosidad le hizo volver a sacar el espejo y abrirlo con cuidado. Con espanto vio que su imagen futura no sólo había desaparecido, sino que la luna aparecía hecha añicos.
Cuento sobre la imagen en un espejo
(Pintura de Francine Van Hove)
Mientras se miraba en ese triple espejo que su abuela le regaló el día de su cumpleaños pensaba en las palabras que le dijo al entregárselo: Cuídalo, este espejo ha ido pasando de abuelas a nietas no sé desde cuantas generaciones atrás, siempre que te preguntes algo mirándote en él, te dará la respuesta acertada.
Ella se sonrió decepcionada pensando que le habría venido mejor aquel bolso de marca que había pensado pedirle en caso de que la abuela le hubiera preguntado qué quería para su cumple.
En ese momento se dio cuenta que en cada parte del espejo aparecía la imagen de ella: cuando era niña, ahora de joven y la imagen de cómo sería cuando fuese mayor, era igual que su madre.
Se sintió angustiada.
Volvió a fijarse en la imagen central y vió el reflejo de su madre, que conocía perfectamente por las fotos de los viejos albumes, rápídamente pasó a mirar el espejo lateral derecho y comprobó que estaba en lo cierto era su madre tal como estaba en la actualidad, dirigió su mirada al de la izquierda: allí estaba su madre con sus tirabuzones rubios inconfundibles.
Miró de nuevo y su madre había desaparecido del tríptico para dar paso a las imágenes de su abuela en las tres etapas de su vida: de niña con sus trajes de encajes, de jovencita con sus trenzas y ahora con su cabeza canosa, la reconoció por su aspecto actual.
Plegó el espejo con cuidado y lo guardó en un cajón, no quería verlo más.
¿Por qué en su imagen futura aparecería su madre o era ella que se le parecería cuando fuera mayor?
La curiosidad le hizo volver a sacar el espejo y abrirlo con cuidado. Con espanto vio que su imagen futura no sólo había desaparecido, sino que la luna aparecía hecha añicos.
Cuántos reflejos se pueden apreciar en un espejo!!!!
ResponderEliminarCoincidimos en cuánto al espejo para relatar de los tan interesantes relatos que propuso nuestro amigo Demiurgo.
Besos.
Es verdad y me gusta coincidir contigo, señal de que pensamos igual a veces.
EliminarMuy buena tu participación.
y es que "la curiosidad mató al gato", y nos nos enteramos, y nos empeñamos en querer saber...con lo fácil que es dejar fluir...
ResponderEliminarHe cambiado la direccion de la mnadrágora, ahora estamos es:
http://laisladeali.blogspot.com.es/ (te espero), un saludo!
Alicia ¿cómo te sigo? me he metido en el enlace que me das y es imposible entrar en tus seguidores, no me deja y a mí si no veo el anuncio de entradas me es difícil leerte.
Eliminarbuen relato y estupenda moraleja
ResponderEliminarme has recordado un relato de un espejo , es largo pero como tendré que ausentarme unos días lo subiré a piel , por si te apetece leerlo, eso será el lunes que operan a mi madre y no sé cuando podre entrar
un beso y buen jueves
¡Vaya!, le deseo mucha suerte a tu madre y que todo resulte bien , un gran abrazo de ánimo para las dos.
EliminarNada grave💓
EliminarGracias y buenas noches
Me alegro muchísimo.
EliminarLos espejos no mienten.
ResponderEliminarMal futuro para ella.
Besos.
Ya lo dice la superstición...
EliminarUfff qué inquietante...
ResponderEliminarBesos.
No quisiera estar yo en su piel.
Eliminarjejejje eso la va a torturar por el resto de su vida, en realidad, hay que cuidar hasta los pensamientos...
ResponderEliminarBesos y salud
Y si el resto de vida que le queda es argo... no va mal.
EliminarQué inquietante, he, he.
ResponderEliminarPues sí, más que inquietante.
EliminarMe he adelantado a enlazar tu relato. Parece que está es el argumento preferido. Y ha tenido diversos planteos. Parece que ciertas preguntas mejor no hacerlas cuando pueden ser contestadas. Creo que no le queda mucho futuro. Una idea inquietante y bien planteada.
ResponderEliminarUn abrazo.
sí... "no preguntes por saber que el tiempo te lo dirá, que no hay cosita mejor que saber sin preguntar".
Eliminarme ha movilizado....
ResponderEliminarSi ha sido para bien, me alegro. Y si no, lo siento.
EliminarMuy bueno
ResponderEliminarBesos
Gracias por tu veredicto.
EliminarCiertamente, es un lujo, eso de juevear, amiga Tracy. Me ha encantado
ResponderEliminarY si lo crees así ¿por qué no jueveas tú?
EliminarMadre mía...que mal rollo,no??
ResponderEliminarYu-yu, diría yo.
EliminarSí, inquietante.
ResponderEliminarVoy a mirar sobre esto de los espejos ...
No sé.
Un beso fuerte.
Las supersticiones sobre los espejos rotos son terribles.
Eliminaray dio!!...que final tan espeluznante..siempre he pensado que el futuro hay que dejarlo donde esta y no adelantarse..vivir como al paso del reloj y dandonos cuerda para no quedarnos atras...ni adelantarnos..besosss...impecable y magnifico relato
ResponderEliminarYo también soy de esa opinión de dejar al futuro en paz que bastante tenemos con el presente.
EliminarPoco futuro le quedaba a la pobre, creo que al fin el espejo mágico se hizo entender!
ResponderEliminarUn abrazo
... y le respondió, con su lenguaje, lo que le preguntaba.
EliminarHola Tracy:los espejos no mienten nunca. Además las hijas las madres y las nietas, son casi siempre identicas en alguna época de la vida. Besos.
ResponderEliminarHay que saber entenderlos y dialogar con ellos, de tú a tú.
EliminarMuy intrigante tu relato, sobre todo el final.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha resultado inquietante hasta a mí, que soy la autora...
EliminarFelicitaciones Tracy, un relato muy bueno. Tienes una gran imaginación me gustó un montón.
ResponderEliminarBesos.
ME ALEGRO MUCHÍSIMO QUE TE HAYA GUSTADO.
EliminarLos espejos… cuántos secretos guardan.
ResponderEliminarUn beso.
Y si son antiguos... más.
EliminarHemos coincidido en el tema y casi en la forma de llevarlo y es que estos espejos que van del pasado al futuro dan para tanto! Besos.
ResponderEliminarLos espejos dan para mucho, ya sabes.
EliminarHola; un texto muy original y reflexivo. Qué pasa cuando a cada persona se le enfrenta la verdad de una manera diferente, cuando salen a traslucir esos momentos que suelen negarse para dedicarse a otra cosa. Me encantó, simplemente me encantó. Salud.
ResponderEliminarPues no sabes lo que me agradó que fuera así y me lo contarás, no sé si estaba segura cuando lo terminé de escribir.
Eliminar¡Que clase de abuela hace un regalo asi!, me encantó tu relato TRacy, me inquietó, y me gusto
ResponderEliminarAbrazo fuerte
Un poco inquietante sí que es, pero la culpa no es de la abuela, sino de su curiosidad por saber su futuro.
EliminarInquietante ese espejo del futuro hecho añicos. Parece que no deja puerta abierta a la esperanza. En cierta forma me ha recordado el cuento aquel de las navidades pasadas, presentes y futuras de Dickens.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Alaaaaaaa!Dickens ná más y ná menos.
EliminarQué miedo me ha dado Tracy! No me esperaba ese final tan agorero...me he quedado muerta!
ResponderEliminarUn beso
Yo también me quedé muerta al escribirlo.
EliminarMe encanta el arte de Van Hove :-)
ResponderEliminarPor otra parte, los espejos nunca me han gustado mucho. En mi casa están casi todos dentro de los armarios.
Los espejos tienen tantísimas leyendas y como cualquier objeto, puede recoger la impronta de quien los poseyó.
Al menos, el espejo le decía que iba a llegar a mayor.Algo bueno hay que sacar.
Me ha gustado el ritmo del relato. Ha sido como caminar casi con cautela y, al tiempo, con curiosidad.
Un beso.
Si es que pretender conocer el futuro siempre es peligroso...
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