TIEMPO DE CARACOLES

Cuando sales de la ciudad  los ves, sin necesidad de esforzarte mucho, subiendo por las hojas verdes que  pueblan  las cunetas.
Los caracoles por el Sur se tienen en gran aprecio, quizás el gusto por ellos venga de que antes,  cuando las neveras (si es que las había) no estaban tan repletas como ahora, la gente salía a buscarlos junto con los espárragos y era una forma de averiguar el sustento gratis.
Afortunadamente hoy se venden en los mercados, no hay que ir a buscarlos al campo, sin embargo la gente no se decide a guisarlos en casa, porque su preparación es laboriosa, sin lugar a dudas.

Es más cómodo tomarlos en la calle, en las plazas. Por eso han proliferado carpas temporales  magnificamente equipadas, en las que  sólo se pueden tomar caracoles de distintos tamaños y guisados de distintas formas. Sin embargo los pioneros en el arte, porque es un arte, de guisar caracoles  son los que ponen el puesto en la Plaza de la Magdalena, un lugar emblemático para tomarlos y además están riquísimos..

 Los que tienen más aceptación son los caracoles chicos que tienen un caldo riquísimo, tan potente como el de un buen puchero.

                                              Aquí os dejo la receta, por si queréis probarlos.
 Ingredientes:

- 1 kg. de caracoles chicos
- hierbabuena abundante
- una vasito de vino blanco
- un trozo de cebolla
- 1 ó 2 cornetillas
- 4 ajos
- una cucharada de cominos
- sal
- agua

Caracoles Chicos con Hierbabuena

Preparación:
En una olla colocamos los caracoles ya limpios pero aún vivos en agua fría que los cubra. Los ponemos a calentar. Cuando estén fuera del caparazón avivamos el fuego, al objeto de que queden fuera. Cuando el agua esté bien caliente o hirviendo incorporamos la hierbabuena, los ajos partidos por la mitad, las cornetillas, el vino, los cominos y la sal. Dejamos cocer a fuego lento durante hora y media.

Sugerencia:
Podemos añadir al caldo una pastilla de avecrem y un poco de colorante alimentario. Para lavar los caracoles procederemos del siguiente modo: en un barreño pondremos los caracoles con un poco de agua con abundante sal. Los lavaremos bien cambiando el agua y la sal en un par de ocasiones. Posteriormente terminaremos el lavado con agua clara sin sal, repitiendo esta operación y cambiando el agua hasta que los caracoles estén bien limpios. Es muy importante que los caracoles hayan permanecido en ayunas durante al menos 48 horas.                              
Ya me contaréis....