según se le ha ocurrido a Lucía que se estrena en estas lides y que seguro lo va a hacer igual de bien que hace todo lo que se propone. Podéis leer lo que se ha escrito sobre el tema en su blog:
"Sintiendo en la piel" http://lucia-m-escribano.blogspot.com.es
EL DOLOR EMOCIONAL
Una temperatura tibia envolvía la casa.
Se colocó el abrigo, se lió la bufanda al cuello y cogió su bolso.
Entró en el salón donde la familia hablaba en torno a unas copas de vino, ajenos a los sentimientos que a ella le embargaban.
Se despidió dando la buenas noches. Nadie se levantó, ni la acompañó hasta la puerta de la calle.
Avanzó por el pasillo que se le hizo interminable, tan interminable como su soledad.
Abrió la puerta de la calle y se marchó sin hacer ruido.
Abrió la puerta de la calle y se marchó sin hacer ruido.
Pensó tantas cosas... el dolor le ahogaba la garganta ¿por qué no acababa para siempre con tanto desprecio y humillación?
Aterida por el frío entró en el único bar que encontró abierto a su paso:
-¿Me podrían dar una taza de caldo, o es demasiado tarde?
La chica de la barra con una mirada de cariño, de ternura, de comprensión, le respondió:
-¡Claro que sí! ¿Quiere pasar al comedor o prefiere tomárselo en la barra?
Tomarse una taza de caldo en la barra hubiese subrayado su amargura y su dolor, hubiese potenciado su soledad.
- Entraré al comedor, gracias.
- Entraré al comedor, gracias.
Tenía mesa para elegir, estaba todo vacío.Se sentó en una del fondo sin desprenderse ni de la bufanda. Los malos pensamientos se precipitaban a tal velocidad que le daban miedo.
Quiso quemarlos a tragantadas de caldo hirviendo que iban rajando por donde pasaban hasta llegar a sus entrañas podridas por el asco, por la desolación, por la pena.
Sin apenas terminarlo, dejó un billete sobre la mesa y se marchó.
Fuera, y dentro, seguía lloviendo, menos mal que el Hotel estaba cerca.
Jo, qué le habrá ocurrido?
ResponderEliminarPobre...
Besos.
Tan aficionada a tomar tus tes en saraos diversos, mañana y hasta el domingo tenemos aquí lo que se llama el día de la cruz, seguro que ya lo sabes, un poco más cutre que vuestros patios pero parecido, así que quedas invitada a un té en el Albayzin y más concretamente en la Plaza Larga con vistas a la Alhambra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Emilio, ¡qué lindo eres! te tomo la palabra pero en otra ocasión que no sea en Mayo,ese mes se lo tengo reservado para mi Córdoba, aquí también estamos de Cruces, no tan famosas como las vuestras pero son muy bonitas y además,lo más importante una cosa que sé que no te hace mucha gracia. se bailan muchas sevillanas, jejeje.
ResponderEliminarPero te tomo la palabra para la próxima vez que vaya a tu Graná porque... ¿es una invitación que no caduca, no?
Un fuerte abrazo y que sepas que me has dado la primera cosa buena del día, después de estar viva, ¡claro está! GRACIAS.
Este es el peor dolor, mucho peor que el físico.
ResponderEliminarY suele dejar muchas mas secuelas.
Ufff,qué tensa soledad desgranan estas letras, muy buenas letras, por cierto.
ResponderEliminarMenos mal¡¡, besos.
ResponderEliminargracias, abrazo para ti.
El dolor de sentirse solo, ignorado... En la situación que describes, resulta chocante que ninguna de las personas reunidas la invitaran a quedarse. Hay que tener pocos modales, la verdad.
ResponderEliminarBss.
Qué habrá pensado... pobre.
ResponderEliminarBesos Tracy.
(Norma)
Tracy, para cuándo el libro de relatos?
ResponderEliminarse le mezclaban la soledad plena, la tristeza, el dolor y el clima frío para agregar. Buen relato Tracy, desolador....¡mis saludos para vos!
ResponderEliminarEsperanza es lo que falta...
ResponderEliminarAins que me he quedado yo con la intriga. ¿Continuará? espero que sí porque parece el comienzo de una historia fantástica.
ResponderEliminarBesitos Tracy, disfruta de tus patios, estarán preciosos!!
y que nunca se pierda
ResponderEliminarHermosas y tristes letras...
ResponderEliminares difícil que la gente que no haya pasado estos trances te entienda. en general nadie puede entender este texto si no ha pasado por estos trances.
ResponderEliminaryo, sin embargo, lo entiendo y lo hago mío...perdón, lo hice mío. ahora, la verdad, tan sólo lo entiendo.
medio beso.
La soledad impuesta es triste.
ResponderEliminarSaludos
Has dibujado unas escenas perfectas, la salida de ella de la casa familiar, su soledad, esa taza de riste caldo (menos triste en el comedor) y ese próximo acontecimiento.
ResponderEliminarMagnifico relato.
Besos, amiga.
Sea lo que sea, lo que la ha hecho salir de esa cómoda casa y lanzarse a la calle en soledad, intuyo que le abrió las puertas de su futuro...Quiza la casa abandonada no guardaba ningun cariño para ella, y saliendo a vivir pudo darse la oportunidad de conocer otras gentes mas amigables.Un mal principio no siempre es sinónimo de un mal futuro.
ResponderEliminarSi sabemos aprobechar las oportunidades que la vida nos regala....Conseguiremos al menos vivir en paz con nosotros mismos, que ya es mucho.
Besos llenos de cariño querida amiga.
P.D: Tienes un premio en mi blog con tu nombre, es un mimo por tu participación en este jueves.
terrible. Esa sensación de asco abre las puertas a un dolor profundo que creo llevará por siempre.
ResponderEliminar=(
un abrazo
Lucía, gracias por tu mimo, no me tienes que agradecer nada, ha sido un placer participar aunque sea con ese dolor emocional tan duro de roer.
ResponderEliminarGracias a todos y todas por estar ahí. Besos a montones.
La soledad no puede despegarse del alma ni con caldo caliente. Quizás la única solución hubiese estado, en tomar su taza en el mostrador y recibir el calor de la conversación de ese solícito camarero.
ResponderEliminarNo hay nada mas caliente y hospitalario para esos momentos que el calor humano.
Bello relato.
Saludos.
Qué duro es sentirse invisible ante su propia gente.
ResponderEliminarLa soledad, cuando se nos es impuesta por la indiferencia, la falta de cariño y reconocimiento, ha de ser muy dura.
Una gran sensación de desolación, se deprende de la imagen de la chica ante ese caldo hirviendo. Triste, pero muy bien narrado. Una se queda pensando, si habrá encontrado la tibieza del cariño en algún otro lugar...
Besos!
Gaby*
Magnifico relato, ¿que la hacia mas daño? la soledad o el frío.
ResponderEliminarLa soledad produce frío, el frió es mal compañero de la soledad.
Besos.
Soledad, soledad
Tu solo tienes horas de tedio
de pesar y lagrimas...
Ese descorazonamiento y esa soledad duelen mucho. Es muy triste sentirse así y que nadie te comprenda.
ResponderEliminarMuy bien relatado, me ha llegado dentro
Un abrazo
Es realmente triste sentirse solo aunque estés rodeado de gente, es dura la soledad impuesta y peor la indiferencia.
ResponderEliminarUn beso.
tan triste, tan sola. Has sabido reflejar todo el dolor que sentía. Muy bien Tracy.
ResponderEliminarUn beso.
No hay nada más triste que la soledad, es la compañera ideal para generar malos pensamientos.
ResponderEliminarTu relato me provoca tristeza y ganas de darle una mano a la protagonista.
Un beso.
Debo confesar que muchas veces me he sentido así, siii como conozco muy bien esa sensación y ese inconmensurable sentimiento que duele que hiere que rasga muy lentamente las entrañas
ResponderEliminarNo hay soledad más terrible que la soledad en compañía. Estar rodeado de los tuyos, de los más próximos afectivamente y sentirse solo debe ser horrible. La protagonista de tu historia creo que hizo bien poniendo distancia aunque al principio el llanto fuera su única compañía.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.S. Confío en que disfrutes a tope cruces, patios y feria.
Un relato muy bien narrado que nos hace meternos en la piel del personaje. Desde luego, que mala es la soledad y más cuando se siente incluso estando en compañía. Un beso.
ResponderEliminarLa protagonista se sentía sola a pesar de estar rodeada de gente, una sensación dura y difícil de asumir. Muy buen relato. Besote
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