LA PALMA DEL CONDADO (Huelva).
Un alto en el camino que me hizo toparme con este pueblo que sólo conocía de oídas.
Excelente vino.
Aceites famosos desde la época romana.
Un marisco traido diariamente de Huelva.
Un jamón, que ni te cuento.
Fresas preñadas de sabor.
Y un pastel de Castañas que endulza el alma.
Como guinda la visita a una iglesia barroca concebida como la mejor de la Andalucía occidental.
En fín...un descanso para el cuerpo y para el espíritu.
Aquí quién unicamente trabajó fue el estómago, y... ¡de qué manera!
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