Tema con el que empezamos el año conducidos por Charo, en su blog, podéis cotillear sobre esos deseos que nos obsesionan
ESE OBSCURO OBJETO DE DESEO
Él no era lo suficientemente mayor, como para haber cumplido todos sus deseos o haber olvidado aquellos otros que creía irrealizables.
Aún tenía uno escondido en lo más recóndito de su alma, al que no quería renunciar.
No se quejaba de que lo hubieran sacado de su casa en aras de estar mejor cuidado, ni de andar itinerante cada tres meses por las casas de sus tres hijos, no. Sus ganas de estar en su casa las saciaba en los meses de verano en los que de julio a septiembre iban, turnándose, para veranear en el pueblo donde estaba la casa familiar, allí volvía a dormir en su cama, salía a pasear con los amigos a la caída del sol o echaba esa partida de dominó que tanto disfrutaba.
Aún tenía uno escondido en lo más recóndito de su alma, al que no quería renunciar.
No se quejaba de que lo hubieran sacado de su casa en aras de estar mejor cuidado, ni de andar itinerante cada tres meses por las casas de sus tres hijos, no. Sus ganas de estar en su casa las saciaba en los meses de verano en los que de julio a septiembre iban, turnándose, para veranear en el pueblo donde estaba la casa familiar, allí volvía a dormir en su cama, salía a pasear con los amigos a la caída del sol o echaba esa partida de dominó que tanto disfrutaba.
Su deseo inconfesable era que su familia, allí donde estuviera, lo tratara con cariño, le diera su sitio, se dirigieran a él en las conversaciones, le dejara terminar de expresar sus pensamientos, se interesara por esos "poemas de viejo chocho" que publicaba en su círculo de amigos entre los que era tan admirado y valorado.
A nadie le contaría su penosa decepción de no ser leído por aquellos que más le importaban en el mundo.
Como tampoco les confesaría nunca el premio que había conseguido bajo un seudónimo, con el deseo oculto de verles la cara cuando se enteraran.
A nadie le contaría su penosa decepción de no ser leído por aquellos que más le importaban en el mundo.
Como tampoco les confesaría nunca el premio que había conseguido bajo un seudónimo, con el deseo oculto de verles la cara cuando se enteraran.
Real y bien trazado y espero no ser nunca protagonista de este relato. Un abrazo
ResponderEliminarDesgraciadamente este relato se da con más frecuencia de la que quisiéramos.
EliminarCuantos hay que pasan de hijo a hijo como una carga temporal.
ResponderEliminarQue pena....
Besos.
Son los que se llaman "abuelos golondrinas" Sí...¡qué pena!
EliminarNadie conoce a nadie, y las injusticias se ven mejor desde fuera. Todos somos muy egoístas y descreídos, apegados a lo material. Y creo que para muchos tener un blog es bueno para aliviar tensiones. Haré caso a tu recomendación y me voy a dar una vuelta.
ResponderEliminarFeliz año nuevo.
¿Y también a jugar la partidita de dominó?, jejejejeje
EliminarQue va, para eso me queda mucho tiempo por delante, me voy con los ojos muy abiertos para ver las sutilezas de las personas inteligentes... como por ejemplo tú, Tracy, que no sé los años que tienes pero que espíritu juvenil tienes...
Eliminarjeje
Tengo más años que la Mezquita de Córdoba, pero como ella soy un Monumento, pero no propiedad de la iglesia, ni de nadie.
EliminarBesazos
Es el relato realista, muy realista, de lo que ocurre a mucha gente en esa edad. ¿Escribirás otro, tú que lo haces tan bien, de aquellos deseos -tan parecidos a esos- de cuando ese señor era el padre de un niño que deseaba lo mismo que él desea ahora?
ResponderEliminarPudiera ser que eso hubiera sucedido en el relato, pero estarás conmigo en que las circunstancias de la vida han cambiado y ahora se vive de una manera más deshumanizada que cuando el prota de mi relato era más joven ¿no te parece?
EliminarBesos.
Me parece que ahora se vive tan deshumanizadamente con los mayores como hace cincuenta años con los niños. ¿No te parece?
EliminarBesos.
Llevas razón, no te había cogido la idea esta en lo que dijiste en el primer comentario, pero sí, hoy día los niños son el centro de todo y hace cincuenta años quizás por la situación económica y educacional no era así, estaban en un muy segundo plano
EliminarBesos
Que triste convertirte con el paso del tiempo en una maleta viajera...........
ResponderEliminarBesos.
Pues... sí.
EliminarBonito y tierno relato, Tracy.
ResponderEliminarSalu2 poemarios.
Celebro que te haya gustado.
EliminarHas salido con un cierto retraso, pero no por ello eres la última, ni muchísimo menos.
ResponderEliminarDebes saber que tu relato me ha dejado un cierto sabor agridulce, ya que por mi edad, puedo ser el protagonista de tu bella historia y no quiero pensar que ese sea el trato que me den de mis hijas. Por otro lado nada me gustaría menos que poder ser un engorro para sus vidas.
En fin, que tu escrito me ha hecho pensar.
Un abrazo.
¡Cuanto lo siento!, pero te aseguro que conociéndote lo poco que te conozco, sé que tú no vas a ser NUNCA un abuelo golondrina, aunque por tu talante de buena gente podrías dar el perfil de protagonista y también por lo bien que escribes y que no me extrañarían que te dieran un premio, por lo demás... ¡tranquilo que no vas a ser un peso para nadie!
EliminarUn beso y discúlpame si te he hecho pensar demasiado.
Un relato que acongoja y hace que nos toque la fibra más sensible. Será que así acabaremos algún día? ojalá no.
ResponderEliminarBesitos de luz
Ojalá no sea así, es sólo ficción.
EliminarHmmm, can I make a wish?
ResponderEliminarQué pena me ha dado...
ResponderEliminarQué injusta es la vida...
Un beso
Injusta y perra.
Eliminarjajajaja Un viejo mas, cabreado y entristecido a veces, aunque aparentemente erudito, pero eso no importa, todos cabemos en el club, cada cual con lo suyo y sus circunstancias, con la procesión por dentro, como mandan los cánones de la ancianidad...
ResponderEliminarBesos y salud
No creo que se den esos cánones, afortunadamente, aunque haya casos que se parezcan al del relato.
EliminarBien podías haber comenzado diciendo: basado en hechos reales.
ResponderEliminarMi enhorabuena por este homenaje a los "abuelos maletas" así se les conoce en mi trabajo.
Besos enormes,
tRamos
También se les llama "abuelos golondrinas"
EliminarBesos
Es muy bonito y muy triste. Nadie es nunca un viejo chocho, al contrario tienen tanto para enseñarnos. Nunca he podido comprender que no se les valore. Es algo que me pone triste, no lo puedo entender.
ResponderEliminarUn beso fuerte, Tracy. Es conmovedor lo que has escrito.
En la sociedad actual no se valora lo suficiente a las personas mayores aunque sean de nuestra familia, en eso vamos para atrás como el cangrejo, igual que en otras cosas.
EliminarQue sorpresa se van a llevar! Es una pena que uno termine en algunos casos convirtiéndose en una carga. No debería ser así, pero hay tantos casos lamentablemente.
ResponderEliminarExcelente relato Tracy. Un beso enorme.
También a mí me gustaría ver la cara de hijos, nueras y nietos...
EliminarA veces oscuro a veces reluciente feliz finde Tracy, Y un beso.
ResponderEliminarIré a visitar ese blog, Gracias.
Depende de cómo se mire.
EliminarNo sé si será venganza o desquite, pero bien por él.
ResponderEliminarYo lo he puesto más como pena y reafirmación ante su familia, no sé si lo expresé bien pero era eso lo que sentí al escribirlo.
EliminarQué pena que muchas veces nos sepamos apreciar lo que tenemos tan cerca y en cambio nos desvivamos por lo que no conocemos. Yo también quisiera estar cuando se enteren de lo del premio je je
ResponderEliminarGracias por participar y perdona que no te enlazara antes, pues no tenía conexión.
Un beso y Feliz año!
Estás perdonada,también yo he llegado muy tarde y la conexión (la puerta) estaba cerrada.
Eliminar¡SI....¡
ResponderEliminarBien por Él.
(encantador relato Tracy)
besitos
Mavi
Mavi
Me alegro que te haya gustado.
EliminarBesos
Hola amiga, me has dejado loca...
ResponderEliminarLo malo de la cultura occidental entre otras muchas más cosas, es la de "aparcar" a los mayores en cualquier rincón....lamentable y triste...
Un relato genial, me ha gustado mucho...mucho...
Cielo, te deseo lo mejor para este y otros muchos años.
Un beso descomunal.
El respeto a los ancianos y el flamenquito es lo que envidio del mundo gitano, entre otras cosas.
EliminarOtro beso para ti por artista y por mejor persona.
Tracy, me has recordado el título de una película "Si hoy es martes esto es Bélgica", Bien podrían decir muchos abuelos: Si este mes es Enero esto es la casa de X, si es Febrero es la casa de Y. Qué tristeza más grande la de esos ancianos que tú llamas "abuelos golondrinas". La sociedad avanza de una forma vertiginosa hacia la deshumanización total. Tal vez nos toque ser, llegado el momento, uno de ellos. Es lamentable no sólo que cambien como la falsa moneda, de mano en mano, sino que además nos preocupe bien poco cuales son sus inquietudes, sus aficiones, aquellas cosas que les hacen seguir sintiendo vivos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No lo quiero ni pensar...
EliminarHa habido músicos de rock legendarios a los que les ha pasado algo similar, han sido despreciados por su familia, al mismo tiempo, al mismo tiempo que han sido admirados por su público.
ResponderEliminarSí, siempre ha habido una primera vez.
Eliminar¡Me encanta! Aunque me da mucha pena...
ResponderEliminarMe quedo por aquí.
Un besito.
Encantada de que te quedes por aquí, te aseguro que hay más alegrías que penas.
EliminarUn beso muy fuerte y bienvenida a tu casa.
Ahhh nosotros los viejitos, como aun podemos tener nuestros sueños !!!!!!!!
ResponderEliminarCariiños
Que seas abu no quiere decir que seas viejita.
EliminarBesos.
Los "nonos" se aquerencian a su casa, es muy doloroso que los arranquen de ella. En tu relato tocaste un punto justo que se da en la vida real con más frecuencia de la que quisiéramos. Tenía un vecino Oscar, de 88 años, a veces me detenía para conversar con él en su puerta, alguna vez también me invitó a pasar y jugar una partida de naipes (al truco) Cuando dejé de verlo pregunté por el y me dijeron que lo habían internado en un hogar, pedí permiso para visitarlo y me lo negaron. En poco tiempo su hija y el marido que alquilaban, se mudaron a la casa de Oscar. A los seis meses éste
ResponderEliminarfalleció, se me ocurre que de tristeza. Hay hijos extremadamente egoístas...
Feliz Reyes Tracy. Un abrazo.
Acabo de leerte y me has puesto triste con la historia que me has contado de tu amigoOscar.
Eliminar¡Qué pena!, esta noche lo voy a tener presente seguro.
Un abrazo.
Al fina la vida suelen ser pequeñas cosas...dejarse escuchar, ser escuchado, dormir en la cama de uno...y ver la cara de bobos de determinadas personas...
ResponderEliminarMuy chulo y muy bien llevada la idea
Besos
Ay, Tracy, ay ... snif, snif.
ResponderEliminarEl abuelo guardaba un as en la manga. Triste vida la de nuestros mayores, tan real Tracy que duele.
ResponderEliminarUn abrazo.