propuesta que nos ha llegado de la mano de Cass, si queréis leer los relatos que se le envíen, estarán en su blog
(Jackson Pollock)
UN MUNDO DE SENSACIONES
Hace un tiempo primaveral en el que sol y las temperaturas han irrumpido como si nunca fuese a llegar un agosto.
La luz anaranjada del atardecer recorta el perfil de la Torre de la Mezquita para ir a filtrarse entre las ramas de los árboles del Patio de los Naranjos.
La brisa vespertina se mueve entre ellos esparciendo el olor a azahar y cimbreando su flor que llena con su belleza la copa de los naranjos; abajo en el suelo, una alfombra de pétalos blancos, bordan nuevas figuras sobre las esbozadas por las piedrecitas blancas y negras que tapizan todo el Patio.
Envueltos en estas sensaciones nos llega quedamente el sonido de trompetas y tambores que se va acercando, mientras el olor a cera e incienso nos introduce en la Semana Santa cordobesa.
Poco a poco se va haciendo el silencio que precede a las "levantás" de los pasos para escuchar la voz del capataz que dirige a los costaleros rompiendo la noche. El sonido de varales, candelabros, campanillas e incluso el de los flecos de los palios de las Vírgenes subrayan el compás de quienes las llevan bailándola en su recorrido procesional, a veces interrumpido por el canto desgarrado de una saeta envuelta en olor a jazmín y dama de noche.
La luna, desde arriba, con su mayestática y blanca redondez asiste al espectáculo en un segundo plano, esperando llegar a ser la principal espectadora en la famosa "madrugá" del Viernes Santo.
Un mundo de sensaciones.
(Jackson Pollock)
UN MUNDO DE SENSACIONES
Hace un tiempo primaveral en el que sol y las temperaturas han irrumpido como si nunca fuese a llegar un agosto.
La luz anaranjada del atardecer recorta el perfil de la Torre de la Mezquita para ir a filtrarse entre las ramas de los árboles del Patio de los Naranjos.
La brisa vespertina se mueve entre ellos esparciendo el olor a azahar y cimbreando su flor que llena con su belleza la copa de los naranjos; abajo en el suelo, una alfombra de pétalos blancos, bordan nuevas figuras sobre las esbozadas por las piedrecitas blancas y negras que tapizan todo el Patio.
Envueltos en estas sensaciones nos llega quedamente el sonido de trompetas y tambores que se va acercando, mientras el olor a cera e incienso nos introduce en la Semana Santa cordobesa.
Poco a poco se va haciendo el silencio que precede a las "levantás" de los pasos para escuchar la voz del capataz que dirige a los costaleros rompiendo la noche. El sonido de varales, candelabros, campanillas e incluso el de los flecos de los palios de las Vírgenes subrayan el compás de quienes las llevan bailándola en su recorrido procesional, a veces interrumpido por el canto desgarrado de una saeta envuelta en olor a jazmín y dama de noche.
La luna, desde arriba, con su mayestática y blanca redondez asiste al espectáculo en un segundo plano, esperando llegar a ser la principal espectadora en la famosa "madrugá" del Viernes Santo.
Un mundo de sensaciones.
cuánto color, así es para mí la primavera
ResponderEliminarEs que es una manera de vivir la S. Sta. como eclosión de la primavera.
EliminarTu relato es una preciosa postal, con perfumes que inundan el corazón.
ResponderEliminarHe ido juntando esos pétalos caídos por las veredas hasta que me encontró la "madruga".
Vivir desde cerca estos momentos y leerte me ha dado mucho placer
gracias por participas y besos de buena pascua.
Me alegro que te haya gustado, es una pena que los olores no se puedan trasmitir por el blog.
EliminarEl deleite de las sensaciones que relatas nos ensanchan el alma y hacen reflexionar sobre la importancia y responsabilidad propia, en este circo de vida que llevamos. Poca importancia tiene el tener mucho si perdemos la sensibilidad para apreciar la vida.
ResponderEliminarHay cosas que siempre están ahí y además no son negociables, al menos para mí.
EliminarUn beso enorme.
Anda que no está tranquila la luna tan lejos de todo ese jaleo...
ResponderEliminarBesos.
Lejos pero no se pierde un detalle.
EliminarBesos
Ya falta menos para que madrugue...
ResponderEliminarBss.
y ya pasó, es lo efímero del presente.
EliminarMe gustaría mucho, llegar a sentir todas esas sensaciones que tan bien describes, alguna vez en primera persona... Quizás algún día..
ResponderEliminar=)
Un abrazo
Querer es poder, dice el refrán.
EliminarPropóntelo.
Y yo también igual que la luna, como dice Toro, tan lejos de todo eso y tan cerca...
ResponderEliminarBesos y salud
A veces también se puede estar lejos aún estando cerquísisma.
EliminarSe nota en tus letras que lo vives muy adentro...
ResponderEliminarQue lo disfrutes!
Besos
Bueno... me gusta mucho y disfruto sobretodo las salidas y las entradas de los pasos en las Iglesias.
EliminarDebe ser fantástico estar ahí y ver semejante espectáculo. Me he visto catapultada a esa Semana Santa.
ResponderEliminarUn abrazo
Tú lo has dicho es un espectáculo digno de verse.
EliminarTu texto es un mundo de sensaciones, donde se puede sentir y apreciar en tus letras ese momento especial y espléndido.
ResponderEliminarUn beso =)
Pero es un mundo de sensaciones no sólo para mí sino para todo el que lo presencia.
EliminarBesos
Un gusto haber dado con tu blog, te sigo. Te invito a visitarme, saludos, Abril
ResponderEliminarLa frase con la que sellas tu relato, define claramente todo cuanto expresas: Un mundo de sensaciones!
ResponderEliminarToda tu sensibilidad puesta, en descripciones ricas en detalles, aromas y colores. Nos transportas!
Besos!
Gaby*
Precioso, las sensaciones a flor de piel, precioso lo repito para que quede claro que me ha gustado mucho. Un abrazo
ResponderEliminarUna belleza difícil de explicar, un mundo de sensaciones que atrapa incluso a los no creyentes con la enorme fuerza plástica que desprende. Imposible no dejarse llevar por las emociones que su contemplación provocan. Hay que vivirlo. Lo has descrito muy bien, Tracy.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Que manera tan bella de describir el entorno y hacerlo sentir... Claro que Córdoba en una ciudad maravillosa...
ResponderEliminarPrecioso!!
Muchos besos
Mucho color, aromas y sensaciones en tu relato. Me transporté también.
ResponderEliminarHola, Tracy.
ResponderEliminarUna destacada narracion para diluir las emociones y sensaciones. Un retazo primaveral, con muchos colores, y perfumes en una esperada semana santa.
Un abrazo
Me encanta ese olor a azahar en la primavera...y mezclada con miles más de sensaciones hacen de tu relato, un cuento interior, vívido...casi para tomarlo prestado y contarlo por ahí en bares o delante de un café...
ResponderEliminarBesos
Viva la primavera y sus sensaciones, Tracy.
ResponderEliminar