Entre todos los que ha hecho debemos elegir uno y escribir un relato sobre él, el jueves podéis leerlos en el blog de Neo
El collage elegido por mí es éste:
LA TETERÍA
Eran dueños de la única tetería que había en ese bello pueblo situado en la misma falda de la Sierra.
Se habían conocido en una actividad de senderismo programada desde la capital vecina donde vivían, eran amantes de la Naturaleza pero sobre todo de lo que tuviera visos de modernidad. Decidieron iniciar una vida juntos en ese pueblo precioso y sano, dejando atrás unos trabajos precarios que nada les aportaban.
Así lo hicieron y aprovechando la moda por las infusiones en el turismo que por allí se daba cita, montaron un negocio pequeño y coquetón, para ofertar a los senderistas, domingueros y clientes del turismo rural enamorados de la vida sana, un lugar acogedor en el que descansar.
Con el tiempo y el éxito obtenido diversificaron sus actividades: daban cursos sobre las hierbas autóctonas de la zona y ellos mismos cogían el té de roca que tanto gustaba y también lo preparaban muy artísticamente para llevárlo como recuerdo.
Todo marchaba bien hasta que él empezó a entusiasmarse con los insectos: los estudiaba, los clasificaba, los dibujaba y los disecaba, se convirtió en un entomatólogo de oficio montaba ejercicios, de adiestramiento para niños y mayores interesados en el tema.
Su compañero del alma lo iba sobrellevando como podía hasta que llegó el momento en que no soportaba verlo disecar a los diferentes bichitos, clavarlos con un alfiler y organizarlos en cajas, le parecía vivir en un cementerio y empezó a urdir la manera de que el veneno usado para disecar insectos se mezclara con el té y acabara con su pesadilla, a fin de cuentas los insectos eran seres vivos que él mataba y disecaba para su disfrute...
Se acostó, no se podía dormir...
A la mañana siguiente con las primeras luces del alba, cogió su coche y se marchó.
Atrás quedaron unos sentimientos disecados y un té de roca por preparar.
Así lo hicieron y aprovechando la moda por las infusiones en el turismo que por allí se daba cita, montaron un negocio pequeño y coquetón, para ofertar a los senderistas, domingueros y clientes del turismo rural enamorados de la vida sana, un lugar acogedor en el que descansar.
Con el tiempo y el éxito obtenido diversificaron sus actividades: daban cursos sobre las hierbas autóctonas de la zona y ellos mismos cogían el té de roca que tanto gustaba y también lo preparaban muy artísticamente para llevárlo como recuerdo.
Todo marchaba bien hasta que él empezó a entusiasmarse con los insectos: los estudiaba, los clasificaba, los dibujaba y los disecaba, se convirtió en un entomatólogo de oficio montaba ejercicios, de adiestramiento para niños y mayores interesados en el tema.
Su compañero del alma lo iba sobrellevando como podía hasta que llegó el momento en que no soportaba verlo disecar a los diferentes bichitos, clavarlos con un alfiler y organizarlos en cajas, le parecía vivir en un cementerio y empezó a urdir la manera de que el veneno usado para disecar insectos se mezclara con el té y acabara con su pesadilla, a fin de cuentas los insectos eran seres vivos que él mataba y disecaba para su disfrute...
Se acostó, no se podía dormir...
A la mañana siguiente con las primeras luces del alba, cogió su coche y se marchó.
Atrás quedaron unos sentimientos disecados y un té de roca por preparar.
Jo, qué drástico. Ya decía yo que tanto té no podía traer nada bueno.
ResponderEliminarBesos.
jajajaja ¡Qué tendrá que ver el Té!
EliminarBuenos días , que giro le diste al relato ..todo marchaba viento en popa y zasca ...casi se vuelve una asesina .
ResponderEliminarHay que ver tu relato me dio que pensar que como algo que funciona a las mil maravillas por un hobby ( no nos metemos a juzgarle) se rompe una relación maravillosa ..La vida amiga .
Me gusto mucho parece real ..Abrazos y feliz día.
Todo lo que es adictivo es malo.
EliminarLa rutina mata el amor, pero esos cambios obsesivos tambien. Me has hecho buscar el té de roca ¡madre mia lo que sabes! abrazosss
ResponderEliminarAnda... anda...
EliminarEs más doloroso que el amor muera por adicciones obsesivas.
Esa afición me preocupa. Si bien es interesante ver ahí los insectos, en hileras,clasificados y ordenados, prefiero verles al natural. Quien diseca, caza, etc no es que sea mala gente, o no tienen por qué serlo, pero me inquietan
ResponderEliminarUn abrazo
A mí no me gusta, pero... respeto a los que tienen esta afición si sirve para estudiar y conocer mejor a esta especie animal.
EliminarNo se le puede sacar más jugo literario a ese collage, aunando tu pasión por el té y tu amor por la naturaleza.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos.
Gracias, amigo JUan.
EliminarBuenísimo. En qué pocas palabras has labrado una historia con un gran poso y un sorprendente final.
ResponderEliminarMe ha encantado, mi querida Tracy. Perfectamente entramado con el collage.
Abrazo grande, y muy feliz día! 😘😘
Gracias Gin, celebro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Buen relato. Evidentemente soy más de tés que de insectos, jeje.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Yo también, vaya que no soy nada de insectos, para ser más clara.
EliminarEs que el té se las trae, mucha gente termina así, otros alucinando con el te de bichos...jajajaja
ResponderEliminarBesos y salud
¿Cual es el té de bichos al que te refieres?
Eliminarjeje ingenioso giro que le aportaste al tema de los insectos! siempre que haya un creativo escritor, cualquier ambientación puede ser efectiva para un buen relato. Muchas gracias por participar, Tracy. un abrazo
ResponderEliminarPero estos collages eran dificlillos ¿no te parece?
EliminarGracias a ti por el trabajo extra que te has echado a cuestas este Jueves: Muchas Gracias.
Buenísimo
ResponderEliminarBesos
;)
EliminarA veces sucede que no esperamos esos finales.
ResponderEliminarYo me apunto solo al té.
Soy incapaz de matar una mosca.
Feliz tarde Tracy.
Un beso
A mí me pasa igual, así es que echemos el té, jejejejeje
EliminarMe ha encantado este "Arsénico por compasión" mezclado en "La tetería", y sobre todo, me ha entusiasmado la moraleja: "incluso el senderista, vidasana y enamorado del té; con arsénico te puede joder".
ResponderEliminarMuy bueno.
Jajajaja
EliminarMuy buen pareado.
Hay tes y tes,abrazos.
ResponderEliminarComo casi de todo, jejejeje
Eliminar!Vaya final! arrollador. Es lo mejor que pudo hacer, lo que dictó su corazón por la conservación de los insectos. Pobres animalillos, tan bellos que son! encantador relato, Tracy
ResponderEliminarAbrazo
Todo lo obsesivo trae malas consecuencias.
EliminarHuy, casi me lo imaginaba empalado (perdón) junto a sus mariposas (je je je). Tomaré el té con precaución en determinados lugares.
ResponderEliminarMuy interesante amiga, muy interesante.
Un abrazo.
Jajajajaja
EliminarMuy trágico se intuye el final... A no ser ese te que preparo no llegara a tomarse.
ResponderEliminarBss.
No se va para que no llegue la sangre al río.
EliminarUn final sorprendente de una cabecita llena de sorpresas :))
ResponderEliminarUn besazo
Jajajaja, de una cabecita loca, jejejeje
EliminarMe recordaste el té de la peña, como llama mi madre al té de roca (supongo que es el mismo), está buenísimo, ella me enseñó a distinguirlo.
ResponderEliminarUn final sorprendente y de escalofrío, uf, cortó por lo sano.
Buen relato, Tracy.
Un beso muy fuerte.
Buenas noches. :)
Es el miso té.
EliminarPero al final no pasa ná ´, se va y lo deja con sus bichos.
El abandonarlo fue menos drastico que lo que ella había. Tal vez el coleccionista nunca sepa de que se salvó.
ResponderEliminarMuy apropiado el uso de collage, para el relato.
Un abrazo.
Mejor que no lo sepa o sí para que sepa que no hay que obsesionarse por nada ni por nadie.
Eliminar¡Vaya final! Si es que tanta vida sana, en esta ocasión, no ha sido bueno.
ResponderEliminarAbrazos
La vida sana sí que es buena, lo malo son las obsesiones.
EliminarMe has hecho intrigarme por el te de roca, lo tendre que provar...Todo pintaba de maravilla hasta que entraron los bichitos en juego ¡Vaya afición! Nunca he podido comprenderla. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarEs distinto , muy silvestre, nace en la sierra entre rocas y es más fuerte que el otro.
EliminarMe encanta el giro final, pero aún me encanta más la idea de inspiradora de los collages. Hay que ser una artista para poder sacar una historia tan buena con sólo una imágen. Aunque, ¡Pobre hombre entomólogo!
ResponderEliminarBesos
Hoy lo de los collages era pelín difícil, al final he quedado contenta con lo que ha salido.
EliminarA veces los negocios y el amor llevan a las personas por caminos separados, y en este caso las aficiones, y es que no se puede tener todo.
ResponderEliminarUn abrazo
Sobre todo unas aficiones llevadas al extremo ¿no te parece?
EliminarUo, vaya giro de acontecimientos. ¡Y qué rápido quiso usar el veneno! En vez de hablar... hum, muy propio de los humanos.
ResponderEliminarMe encantó, Tracy
¡Besos!
Digo yo que para llegar a esa determinación antes le habría dicho millones de veces que dejara a los bichitos ¿no crees? jejejejejee
EliminarA grandes males, grandes remedios :-)
ResponderEliminarHay quien los diseca y hay quien se los come y por eso, un abismo.
Si al final, pinchamos en hueso, en no hablar y no ser tolerantes.
Un beso enorme.
Estoy contigo que hay que tener más umbral de tolerancia.ç
EliminarUn abrazo
Hay cosas que se hablan... una pena que lo que unió la naturaleza acabe así.
ResponderEliminarUn beso, Tracy
Me imagino que lo hablarían, pero sin llegar a un acuerdo.
EliminarHistorias de amores y desamores que se dan cuando se produce el hastío.
ResponderEliminarMuy buena historia.
Besos
y la incomprensión.
EliminarBesos