Nieves nos ha dado tantas facilidades para que inventemos un cuento, que ha sido difícil resistirse.
Ha creado el ambiente y ha dado las pautas a seguir.
A nosotros sólo nos queda contar el cuento.
A nosotros sólo nos queda contar el cuento.
Si los queréis leer, pasaros por aquí
CUENTO NAVIDEÑO
Me acomodé en "el sillón de los cuentos", así lo llaman mis nietos, tomé al pequeño en brazos mientras el mayor se arrellanaba en el sillón conmigo.
Y empezó el milagro...
"Érase una vez un día navideño como el de hoy, que hacía mucho, mucho frío. Fuera nevaba.
Las luces del árbol de Navidad parpadeaban mientras las llamas de la chimenea bailaban al compás de la de las canciones infantiles que sonaban".
(- No "etá", abuela, no "etá".
Ese que interrumpía era Pol. Su hermano Hugo le contestaba:
-Es un cuento, Pol, es fantasía, no hay chimenea, como tampoco nieva).
"Fuera de la casa se oyó un gemido, seguido de un arañazo en el zócalo de la puerta:
-Abuela, abuela ¿has oído?"
(- ¿Había niños en la casa abuela? ¿cuántos? ¿cómo se llamaban?
Sin darme tiempo para contestar Pol dijo:
- ¡Pol y Hugo!)
"- Bueno, los llamaremos así.
Dijo la abuela y cogiendo de la mano a los niños fue a ver qué pasaba tras la puerta...
¡Un precioso perro se escondía hecho un ovillo en el felpudo!
- Abuela ¿quieres que lo entremos en casa?, tiene mucho frío y parece que se ha perdido. ¡Pobrecito...!
- ¡¡Sí, sí!!, coreó el pequeño.
La abuela se apresuró a explicarles:
-Ya sabéis que papá y mamá no quieren perros, así es que lo bañaremos para quitarle el frío, le daremos de comer y mañana buscaremos a sus amos, seguro que sus dueños están deseosos de tenerlo con ellos."
(- Abuela yo quiero que el perro se quede con los niños.
- Yo "tambén", apostilló Pol.
- Ya veremos qué pasa, si me dejáis que continúe la historia, lo averiguaremos.)
"La abuela y los niños prepararon un baño caliente y se divirtieron viendo cómo se sacudía el perro al salir del baño, poniendo todo lleno de agua.
Luego le prepararon leche con galletas y los niños pensaron que sería muy divertido tener un perro en casa porque jugarían juntos.
La abuela les dijo:
- Niños ¿habéis pensado cómo vais a llamar al perro mientras esté aquí?
El pequeño enseguida dijo:
- ¡¡¡Perro!!!
A lo que el mayor contestó:
-¿Cómo se va a llamar Perro, tú te llamas Niño? Se llamará Perro-Noel.
-Me parece bien - dijo la abuela- porque ha aparecido en Nochebuena, lo mismo se ha escapado del trineo de Papá Noel. Vamos a hacer una cosa: preguntaremos si alguien lo perdió y si no aparece su dueño, se quedará aquí.
- ¿De verdad abuela?
- Sí, pero de momento le vamos a poner un cojín cerca de la puerta para que lo vean vuestros padres cuando lleguen a la casa y esperemos oír qué dicen.
Perro-Noel se conquistó a los padres y consiguió que lo dejaran en casa mientras aparecía su amo.
Nunca apareció, así es que Perro-Noel vivió feliz con sus dos amiguitos en la casa.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado."
(Pol se había quedado dormido y Hugo estaba pensando la suerte que habían tenido los niños del cuento al quedarse con el perro.
De pronto... se oyó el gemido de un perro tras la puerta:
-¡¡¡Es Perro-Noel!!!, abuela, está aquí.
¡Pol despierta que está aquí Perro-Noel!.)
CUENTO NAVIDEÑO
Me acomodé en "el sillón de los cuentos", así lo llaman mis nietos, tomé al pequeño en brazos mientras el mayor se arrellanaba en el sillón conmigo.
Y empezó el milagro...
"Érase una vez un día navideño como el de hoy, que hacía mucho, mucho frío. Fuera nevaba.
Las luces del árbol de Navidad parpadeaban mientras las llamas de la chimenea bailaban al compás de la de las canciones infantiles que sonaban".
(- No "etá", abuela, no "etá".
Ese que interrumpía era Pol. Su hermano Hugo le contestaba:
-Es un cuento, Pol, es fantasía, no hay chimenea, como tampoco nieva).
"Fuera de la casa se oyó un gemido, seguido de un arañazo en el zócalo de la puerta:
-Abuela, abuela ¿has oído?"
(- ¿Había niños en la casa abuela? ¿cuántos? ¿cómo se llamaban?
Sin darme tiempo para contestar Pol dijo:
- ¡Pol y Hugo!)
"- Bueno, los llamaremos así.
Dijo la abuela y cogiendo de la mano a los niños fue a ver qué pasaba tras la puerta...
¡Un precioso perro se escondía hecho un ovillo en el felpudo!
- Abuela ¿quieres que lo entremos en casa?, tiene mucho frío y parece que se ha perdido. ¡Pobrecito...!
- ¡¡Sí, sí!!, coreó el pequeño.
La abuela se apresuró a explicarles:
-Ya sabéis que papá y mamá no quieren perros, así es que lo bañaremos para quitarle el frío, le daremos de comer y mañana buscaremos a sus amos, seguro que sus dueños están deseosos de tenerlo con ellos."
(- Abuela yo quiero que el perro se quede con los niños.
- Yo "tambén", apostilló Pol.
- Ya veremos qué pasa, si me dejáis que continúe la historia, lo averiguaremos.)
"La abuela y los niños prepararon un baño caliente y se divirtieron viendo cómo se sacudía el perro al salir del baño, poniendo todo lleno de agua.
Luego le prepararon leche con galletas y los niños pensaron que sería muy divertido tener un perro en casa porque jugarían juntos.
La abuela les dijo:
- Niños ¿habéis pensado cómo vais a llamar al perro mientras esté aquí?
El pequeño enseguida dijo:
- ¡¡¡Perro!!!
A lo que el mayor contestó:
-¿Cómo se va a llamar Perro, tú te llamas Niño? Se llamará Perro-Noel.
-Me parece bien - dijo la abuela- porque ha aparecido en Nochebuena, lo mismo se ha escapado del trineo de Papá Noel. Vamos a hacer una cosa: preguntaremos si alguien lo perdió y si no aparece su dueño, se quedará aquí.
- ¿De verdad abuela?
- Sí, pero de momento le vamos a poner un cojín cerca de la puerta para que lo vean vuestros padres cuando lleguen a la casa y esperemos oír qué dicen.
Perro-Noel se conquistó a los padres y consiguió que lo dejaran en casa mientras aparecía su amo.
Nunca apareció, así es que Perro-Noel vivió feliz con sus dos amiguitos en la casa.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado."
(Pol se había quedado dormido y Hugo estaba pensando la suerte que habían tenido los niños del cuento al quedarse con el perro.
De pronto... se oyó el gemido de un perro tras la puerta:
-¡¡¡Es Perro-Noel!!!, abuela, está aquí.
¡Pol despierta que está aquí Perro-Noel!.)
Te inspiran muy bien tus nietos.
ResponderEliminarBesos.
Sí les voy a tener que pasar un sobre, jejejee
EliminarAnda, Tracy, yo también me he pasado unas cuantas Navidades de mi infancia deseando que me regalaran un perro, grande, pequeño, de raza o de varias razas a la vez, y nunca ha podido ser por varias razones. Me alegro por Pol y Hugo... Muy buen ambiente, el de tu relato. Un abrazo navideño
ResponderEliminarLos perros son una buena compañía para los niños, `pero a los niños hay que enseñarlos a responsabilizarse de ellos.
Eliminar¡Cómo me gustan los cuentos de Navidad! esperemos que este año la gente se conciencie que los Perros-Noel no se pueden abandonar cuando crecen, ¡¡Felicesss Fiestasss!!
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
De eso hablaba en el comentario anterior, que a los niños, hay que educarlos pero esa labor es de los padres,.
EliminarObvio, ellos los educan, nosotras los mal criamos que para eso somos abuelas y a mucha honra jejejeje
Eliminar:-)
ResponderEliminarBesos y salud
De lo que son capaces las abuelas, para conseguir regalar un perro a sus nietos, aun en contra de la voluntad de los padres.
ResponderEliminarEnhorabuena por el relato y un 2014 e los que puedas seguir enseñando vida a tus nietos.
Un abrazo.
Son capaces hasta de contar cuentos... Imagínate...
Eliminar¡¡Felices fiestas!!
ResponderEliminar...Y próspero año nuevo! ¿no se dice así?
EliminarCuento navideño lleno de dulzura e ilusiones :)
ResponderEliminarFeliz Navidad, Tracy. Un abrazo muy fuerte!
Natalia me alegro de verte por aquí ¿Y tus exámenes?
EliminarUn abrazo, guapa.
Qué entrada más bonita y entrañable.
ResponderEliminarBesos, Tracy, felices fiestas.
Gracias Aglaia.
EliminarQue lindos nenes y la aventura del perrito lindo .... una verdadera gozada. Besos de una perruna empedernida y lo mejor de lo mejor en los tiempos que corren.
ResponderEliminarYo también soy perruna,
EliminarMe gustó historia. Me recordó al episodio de Los Simpsons, donde adoptan a un perro que sale ultimo en una carrera de galgos.
ResponderEliminarLos Simpsons son geniales, ese episodio no lo recuerdo,pero será uno de tantos para desternillarte de risa.
Eliminar¿perro-noel?
ResponderEliminarHay cosas que no se pueden dejar en manos de los niños.
El pobre llega a casa nueva, le bautizan con un nombre imposible y le meten en la bañera.
Y pregunto yo dada la edad de los hermanos; ¿quien lo sacará a su paseo diario?
¡¡Que peligros tiene la navidad!!
Guille... que es un cuento...., pero no está mal sacar alguna que otra moraleja.
EliminarPocos instantes tan deliciosos como los de tomar a los nietos en brazos y contarles cuentos.
ResponderEliminarFeliz Navidad.
es verdad, Francisco.
EliminarUn beso.
Esa es la magia de estos días para los peques...
ResponderEliminarBss.
Ellos on el verdadero espíritu de la Navidad.
EliminarPero qué cuento tan bonito!!!!
ResponderEliminarShemaría me alegro que te haya gustado.
EliminarCon una abuela así...Hugo y Pol serán felices.
ResponderEliminarEnhorabuena Tracy.
Y un beso.
Bueno.... bueno.... se hace lo que se puede.
EliminarEstupenda história, que a buen seguro sueñan todos los niños que viven en un casas cuyo espacio se mide por cm, cuadrados y no por metros..
ResponderEliminarUn feliz hallazgo, muy bien explicado. Saludos Tracy.
Todos hemos sido niños y sabemos lo que pasa por sus cabecitas.
EliminarPrecioso cuento con unos protagonistas de excepción, la anula, los nietos y Perro-Noel. Disfrute leyendo tu cuento. Feliz Navidad.
ResponderEliminarCelebro que te haya gustado, como escritora que eres.
EliminarFeliz Navidad.
Muchas felicidades y que este año 2014 te traiga todas las ilusiones hechas realidad.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Lo mismo te deseo de todo corazón.
EliminarUn abrazo
Tu cuento nos demuestra que para escribir un cuento para niños solo hay que pensar en ellos para que resulte de lo más enternecedor y emotivo. Me gustó mucho.
ResponderEliminarun abrazo :)
Me alegro que te gustara.
EliminarUn abrazo
Precioso toque ese que le has dado de cierre a tu historia...otra vuelta de tuerca para hacernos replantear hasta dónde la narración de la abuela se mezcla con lo que sucedió en realidad!
ResponderEliminarUn abrazo
EliminarSuele suceder cuando relatas historias a los pequeñajos.
Suele suceder cuando relatas historias a los pequeñajos.
EliminarUna lindísima historia en un ámbito tan cálido como puede serlo el creado por una abuela dispuesta a compartir un cuento con sus nietos. Si a eso se le agrega un tierno perrito... la felicidad es completa. Una preciosa Navidad la que relatas!
ResponderEliminarBesos y muchas felicidades para ti y los tuyos!
Gaby*
Gaby gracias por tus palabras.
EliminarFelicidades y mis mejores deseos para el próximo año.
Linda historia relatando el momento en que comenzó una larguísima amistad entre los dos nietos y perro-Noel. Mea culpa ya que nunca quise que mi hija tuviera perro a pesar de su insistencia, porque nunca he querido asumir una nueva responsabilidad. Ahora tiene dos gatos y yo contentísimo, pero está en su casa y la responsabilidad de su cuidado es totalmente suya.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No te culpes por ello hiciste lo mejor que creías en ese momento y eso es lo que cuenta, ahora ya tiene ella sus propias mascotas.
EliminarUn abrazo.
Excelente y precioso cuento, amiga. Ha sido un gusto leerlo. Esperemos que en el año entrante podamos seguir leyéndonos en este mundo mágico de los blogs.
ResponderEliminarUn abrazo grande y ¡Felix Año Nuevo!
Dios quiera que sea así como tú dices.
EliminarUn abrazo y feliz año.
ja, ja, igualitos que mi hija!!!
ResponderEliminarBesos
La inocencia es igual en todos los niños, afortunadamente.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn rol maravilloso el de los abuelos!!! Un buen regalo que da la vida y hay que saber disfrutar.
ResponderEliminarUn abrazo y el deseo de que tengas un buen 2014!
Precioso!!Espero que los niños, como en el cuento, pudieran quedarse con el perrito, porque seguro que era un perrito...
ResponderEliminarUn beso
Me lo imagino, muy cinematográfico. Un perfecto cuento de Navidad para niños y abuelos con el corazón adolescente.
ResponderEliminarBesos
Si algo tienen las navidades es una carga importante de ilusión. Si algo regalan los abuelos son cantidades "indecentes" de amor y ternura... y si algo ofrecen los nietos, son esa pizca de atrevimiento que puede hacer realidad sus más dulces sueños.
ResponderEliminarBonito cuento, Tracy
Gracias por participar y acompañarme en estas fechas, espero que el 4 de Abril lo hagas en nuestra reunión ;)
Besos a repartir!!
Un cuento de los más genuinos, de esos que se cuentan a los hijos y ... supongo que algún día contaré a los nietos. Me encanta como has reflejado esa ilusión, la de los niños a la espera del cuento, imaginándose al perro y ante esa inesperada aparición de Perro-Nöel.
ResponderEliminarjajajajajaja como me he reído con el comentario de GUILLE, está genial (Como ya me colé arriba en otro dejo esta vez aquí el comentario). Beeeeesos
ResponderEliminar