JUEVEANDO CON FRASES CELEBRES

Este jueves nos dirige Neo haciéndonos una propuesta muy interesante: entre una lista de frases célebres  tenemos que escoger al menos una que nos sirva de premisa para construir nuestro relato.

Como veréis una propuesta muy novedosa cuyos resultados  podéis leer aquí

La frase elegida por mí es ésta:

Jacinto Benavente: En asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca.

Ella no sabía nada de él, sólo que alrededor de las siete y media de la mañana cuando el cielo empezaba a clarear , se cruzaban por el boulevard de la gran avenida cada uno camino a su trabajo. Era un momento tan especial que las sensaciones de ella bullían  por todos los poros de su cuerpo y sentía deseos de desprenderse de la ropa de abrigo y salir corriendo detrás de él y decirle que era el amor de su vida
Tras ese fugaz momento,  empezaba a pensar cómo se vestiría al día siguiente,   a pesar de ser consciente de que con el frío no cabían  muchas variaciones, si acaso la bufanda de distinto color. Tenía que mandarle algún tipo de señal para no pasar desapercibida ante la persona que producía ese deseo irrefrenable que jamás había experimentado,  
Llena de ilusión y con una sonrisa iluminándole el rostro saltaba a la calle al ritmo de su corazón, un día tras otro pensando que cada paso que daba la acercaba a una felicidad que apenas la abrazaba , se le escapaba.
Eran décimas de segundo lo que duraba ese instante que no daba lugar a que se terminara  porque enseguida se apoyaba en él para empezar a fraguar unas fantasías qué la conducían hora tras hora hasta que se cruzara con él.
  Así un día y otro sin que avanzaran sus aspiraciones .
Se preguntaba si él se habría fijado en ella, parecía que cada día le devolvía una sonrisa  más amplia  ¿lo haría por pura cortesía, por devolverle la suya?
Un día, después de muchas disquisiciones consigo misma, decidió ponerse a caminar en la misma dirección que él, en vez de contemplarlo venir de frente, era la única forma que tenía de rozar su piel, las prisas de las gentes por llegar puntual al trabajo, encubriría su aparente torpeza. 
Fué el sumum de la sensualidad porque además de sentir el roce de su piel, escuchó de su voz  un "perdón"que hizo que la atravesara un calambre zizzazgueante por todo su cuerpo que llegó a su culmen cuando él la tomo por los hombros creyendo que se caía a la par que repetía: "perdón..., perdón..."
No hubo más, bueno a  partir de entonces  cuando se cruzaban por las mañanas se sonreían con un leve gesto de complicidad, pero ella, necesitaba más...
Su enamoramiento, su lascivia, su ensimismamiento, su forma de amar, en resumen su locura, la llevó a pensar en abordarlo  y decirle que lo amaba con toda la pasión de la que era capaz y así lo hizo, pero la única respuesta que recibió de él fue:
- Lo siento, no me puedo entretener, llego tarde a la oficina - y apresurando el paso balbuceó -   además me gustan los chicos.
Ella quedó petrificada.
 Pero lejos de salir del shock hundida y desanimada, enseguida  se sobrepuso y pensó en el siguiente paso a seguir: Se cambiaría de sexo.