Pepe nos dirige esta semana y ha propuesto dos temas a elegir "El invierno" o "Un Cuento de Navidad", yo opté por el cuento, pero otros lo habrán hecho por el invierno, así es que si queréis leernos a unos y a otros, pinchad aquí
CUENTO DE NAVIDAD
Era precisamente en Navidad cuando...
La ciudad bullía de luces y de gentes que iban paseando su alegría de un sitio a otro cargadas de bolsas preciosas con regalos.
Pol y Hugo estaban estrenando su primer día de vacaciones navideñas iban muy contentos de la mano de su papá y de su mamá deteniéndose en cada escaparate que salía a su paso, como si los juguetes los llamaran a gritos tras los cristales.
La tarde acabó en una chocolatería con Papa Noel, la Nochebuena y la Cabalgata de Reyes como tema de conversación hasta que Hugo empezó a hablar de unos compañeros del cole, que se lo pasaban muy guay, mucho mejor que ellos porque hacían cosas diferentes.
Sus padres interesados en lo que su hijo le iba contando, le preguntaron qué era eso tan extraordinario que hacían Oscar y Raul, así se llamaban los amiguitos del cole.
- Pues mira papá - dijo Hugo - por la noche apagan todas las luces y sólo se alumbran con las estrellas, la luna y la luz de la calle que entra por las ventanas, juegan a la "gallinita ciega" sin taparse los ojos. A la hora de cenar preparan unos bocadillos mágicos que no tienen nada dentro pero que al morderlos saben a jamón, salchichón o lo que cada uno le apetezca comer en ese momento y ¿sabéis qué?, por la noche duermen en la cama con sus papás que le cuentan cuentos durante toda la noche y los cuidan para que no se destapen y pasen frío.
Todo este monólogo era escuchado sin perder detalle por Pol, que con sus inmensos ojos abiertos de par en par, asentía a lo que estaba contando su hermano y de vez en cuando dibujaba una sonrisa en su rostro, imaginándose sobretodo, lo que sería dormir toda una noche entre papá y mamá oyendo cuentos.
- Mamá, mamá - continuó Hugo -¿y sabes qué Papa Noel y los Reyes juegan con ellos?
- ¿Cómo que juegan con ellos?
- Sí, porque los regalos no se los llevan a su casa, como a nosotros, sino que ellos con sus papás tienen que averiguar donde se los han dejado. A veces no los encuentran y otras los encuentran escondidos al lado de los contenedores para que la gente que pase por allí, crea que son cajas vacías y no los lleven.
Los papás no salen de su asombro, miran a Hugo y le dicen que eso no puede ser verdad:
- ¿Te lo estás inventando Hugo?
- No mamá, nos lo cuenta Oscar en el cole.
- Vamos a hacer una cosa, a ver qué os parece: las próximas navidades las pasaréis con ellos ¿vale?
- ¡¡¡Bien, bien!!! -gritaron los niños a un tiempo.
- Pero estas navidades les diremos a los papás de Oscar y Raul que si los dejan venirse a casa a pasarlas con vosotros, para que también puedan disfrutar de vuestras navidades.
¿Qué os parece?.
¡Dicho y hecho!
Y colorín colorado los cuatro niños han disfrutado,
CUENTO DE NAVIDAD
Era precisamente en Navidad cuando...
La ciudad bullía de luces y de gentes que iban paseando su alegría de un sitio a otro cargadas de bolsas preciosas con regalos.
Pol y Hugo estaban estrenando su primer día de vacaciones navideñas iban muy contentos de la mano de su papá y de su mamá deteniéndose en cada escaparate que salía a su paso, como si los juguetes los llamaran a gritos tras los cristales.
La tarde acabó en una chocolatería con Papa Noel, la Nochebuena y la Cabalgata de Reyes como tema de conversación hasta que Hugo empezó a hablar de unos compañeros del cole, que se lo pasaban muy guay, mucho mejor que ellos porque hacían cosas diferentes.
Sus padres interesados en lo que su hijo le iba contando, le preguntaron qué era eso tan extraordinario que hacían Oscar y Raul, así se llamaban los amiguitos del cole.
- Pues mira papá - dijo Hugo - por la noche apagan todas las luces y sólo se alumbran con las estrellas, la luna y la luz de la calle que entra por las ventanas, juegan a la "gallinita ciega" sin taparse los ojos. A la hora de cenar preparan unos bocadillos mágicos que no tienen nada dentro pero que al morderlos saben a jamón, salchichón o lo que cada uno le apetezca comer en ese momento y ¿sabéis qué?, por la noche duermen en la cama con sus papás que le cuentan cuentos durante toda la noche y los cuidan para que no se destapen y pasen frío.
Todo este monólogo era escuchado sin perder detalle por Pol, que con sus inmensos ojos abiertos de par en par, asentía a lo que estaba contando su hermano y de vez en cuando dibujaba una sonrisa en su rostro, imaginándose sobretodo, lo que sería dormir toda una noche entre papá y mamá oyendo cuentos.
- Mamá, mamá - continuó Hugo -¿y sabes qué Papa Noel y los Reyes juegan con ellos?
- ¿Cómo que juegan con ellos?
- Sí, porque los regalos no se los llevan a su casa, como a nosotros, sino que ellos con sus papás tienen que averiguar donde se los han dejado. A veces no los encuentran y otras los encuentran escondidos al lado de los contenedores para que la gente que pase por allí, crea que son cajas vacías y no los lleven.
Los papás no salen de su asombro, miran a Hugo y le dicen que eso no puede ser verdad:
- ¿Te lo estás inventando Hugo?
- No mamá, nos lo cuenta Oscar en el cole.
- Vamos a hacer una cosa, a ver qué os parece: las próximas navidades las pasaréis con ellos ¿vale?
- ¡¡¡Bien, bien!!! -gritaron los niños a un tiempo.
- Pero estas navidades les diremos a los papás de Oscar y Raul que si los dejan venirse a casa a pasarlas con vosotros, para que también puedan disfrutar de vuestras navidades.
¿Qué os parece?.
¡Dicho y hecho!
Y colorín colorado los cuatro niños han disfrutado,
Los niños son navidad todo el año.
ResponderEliminarBesos.
Hermosa candidez de los niños y una preciosa lección de humanidad de sus padres. Ese debería ser el verdadero espíritu de la Navidad.
ResponderEliminarGracias por haber escrito tan brillante relato.
Un abrazo.
La esencia navideña son los niños
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarBesos y salud
Tan real...
ResponderEliminarSin niños, ¿para qué la Navidad?
Bss, linda.
...todos deberíamos ser niños.....niños grandes........ellos tienen algo especial .....
ResponderEliminarBesos.
Bueno Tracy, no sólo esos cuatro...
ResponderEliminarBonito y entrañable cuento amiga.
Un gran abrazo.
Hermoso y triste. Tan real.
ResponderEliminarツ Passei para uma visita.
ResponderEliminarFELIZ NATAL!!!
✿╯BOAS FESTAS!!!
╰✿╮
Es triste y precioso a la vez...
ResponderEliminarLos niños son mágicos
Besos
¡Qué bonito! Lo confieso...me ha emocionado.
ResponderEliminarBss
Ay los niños Tracy. Precioso cuento ... mañana se lo leo.
ResponderEliminarNunca debería haber un niño sin magia en su vida, y más aún en estos días, aunque sea para paliar sus necesidades más perentorias, que por supuesto no deberían existir para nadie, pero menos para ellos.
ResponderEliminarUn abrazo de cuento para cada uno de vosotros.
Tracy, no sé si los niños actuales creen en la magia, aunque pienso que sí, que la inocencia y la candidez son patrimonio de ellos y siempre lo será. Lo que sí sé es que tú has sido mágica en este precioso cuento navideño y te lo agradezco Hace falta tener corazón de padres para hacer de la necesidad virtud.. Muy hermoso tu cuento.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y gracias por sumarte a mi convocatoria.
Triste, muy triste, que pase todavía esto.
ResponderEliminarSalu2,Tracy.
Un maravilloso cuento que habla de inocencia, de pobreza, de comprensión y de mucho amor.
ResponderEliminarUn beso.
Me quedo con lo hermoso y con la magia.
ResponderEliminarUn beso.
Eso fue lo mejor que les pudieron decir los padres, para que esos pobres niños tuvieran un regalo de verdad; aunque tal como lo contaban, seguro que tenían unos padres magníficos que los hacían muy felices, apesar de los pesares.
ResponderEliminarUn cuento precioso.
Un abrazo
Un abrazo
Un cuento mágico, tierno y especial para una navidad! Un final que emociona, y una lección que se aprende. Un beso enorme.
ResponderEliminarEl amor de los padres hace facil lo dificil, dulce lo amargo. Ojala no se dieran casos como los de los amigos de tu protagonista, demasiado real hoy en día.
ResponderEliminarUn cuento precioso Tracy.
Besos.
La imaginación rellena huecos cuando la necesidad aporrea el alma. Un relato muy afortunado que espero vuele muy lejos.
ResponderEliminarFelices deseos cumplidos.
La época e navidad es el mejor momento para ensayar nuestro espíritu de solidaridad. Bien por esa familia!
ResponderEliminar=)
Qué inocencia la de los niños! Es una pena que casos así puedan existir.Me ha encantado tu cuento!
ResponderEliminarUn beso
Bonita historia, querida Tracy. Ejemplarizante y tierna. Me ha gsutado mucho.
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