SEGÚN SE DICE POR AHÍ...

cuando se rompen dos cosas, de camino viene la tercera.

Así es que cruzo los dedos para que la tercera, por lo menos, lo que se rompa no sea el amor  como le ocurrió a La Jurado. 

La primera avería en llegar a meta ha sido la del lavavajillas:

La otra noche cuando iba a entrar en la cocina con el propósito de beber agua antes de acostarme, me encontré que era el agua quien me quería beber a mí, tenía el suelo inundado porque el dichoso aparato en un acto de rebeldía impropio de su edad, se había negado a desaguar por su sitio.
Así es que me puse como una loca a achicar agua

pero como veía que mi mala leche iba subiendo por momentos, más que el agua, me dije:
-Tracy ésto no puede ponerte de mal humor que te salen arrugas.
Me fui a ponerme divina de la muerte para seguir recogiendo agua, pero eso sí, con glamour

y empecé a pensar en Venecia: si Venecia se inundó por qué mi cocina iba a ser menos.

¿No os parece?
La segunda avería ha sido el teléfono fijo, que es el que no cuesta dinerito, así es que a tirar del móvil, hasta que se arregle la línea.
Mientras tanto voy a ver si me hago con un pequeño robot que me descuelgue el teléfono para ver cuando existe comunicación.

Estoy harta de oir la misma cantinela desde el más allá, a la que no es posible contestar:
"Su línea está averiada, perdone las molestias" 
 ¿¿¿¿ ????