Hoy soy yo quien estoy al tanto de que subamos la "cuesta de enero" de la mejor manera posible sin fatigarnos, ni cansarnos.
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Será interesante ver como afrontamos este tema, porque podemos sacar muchas enseñanzas. Todas ellas las podéis leer en este blog
UNA "CUESTA DE ENERO" PARTICULAR
Aún recuerda aquel quince de enero en que su tía Nati murió, era la primera vez que la muerte visitaba a su familia y no le pasó desapercibido el dolor que se instaló entre todos sus miembros.
La tía Nati era la más pequeña de los hermanos de su madre, joven para la perspectiva de una niña, que a partir de ese día vio que los lazos de sus trenzas, los calcetines y los zapatos se volvían de color negro.
Su abuela, con la que vivía la Tía Nati, hizo una reunión de médicos en la casa para que diagnosticaran a su hija, quienes parece que no dieron mucha esperanza de vida porque la pulmonía que había cogido se había complicado con cosas de corazón.
De todo ello la niña no entendía nada , pero se le quedó grabada la coletilla final: "La cuesta de enero" es difícil para estas enfermedades aunque el paciente no sea mayor.
La pequeña preguntó a su madre sobre el significado de aquellas cuatro palabras, lo que le valió una reprimenda por fisgonear las conversaciones de los mayores, aunque después se las explicó lo más dulcemente que pudo.
Aquella niña fue creciendo, sin olvidar aquellas palabras sobre "la cuesta de enero", que con el tiempo ella las fue llenando de contenidos varios, pero al llegar a ser "mayor", todos esos contenidos se redujeron a uno: "La cuesta de enero", se había convertido en "la cuesta de la vida" que había tenido sus altibajos, sus subidas y bajadas, pero ahora estaba en el repecho final.
Esta "cuesta" por la que ella transitaba, no tendría los finales que solían tener las de enero.
Esta cuesta era muy aparatosa subirla: soledad, el deterioro físico, achaques, incomprensión... pero a pesar de todo ello, por primera vez en la vida, no quería llegar a la cima.
Un relato triste pero lleno de realidad.
ResponderEliminarAbrazos.
Realidad sobre todo, aunque sea un relato.
Eliminar¿Quien no quiere llegar a esa cima?, todos la alcanzaremos, la cuestión es hacerlo de la mejor manera posible.
ResponderEliminarPor ejemplo yo. No tengo ninguna gana de llegar a esa cima.
EliminarHas contado muy bien el camino de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
MUCHÍSIMAS FELICIDADES en tu cumple.
EliminarMe he acordado y por los pelos he llegado a tiempo.
Un abrazo
Nunca vi la cuesta de enero como la de la vida, porque la vida la subimos cada mes, cada dia, pero hoy me has hecho pensar. Un aporte muy bueno.
ResponderEliminarSi es para bien que hayas pensado, me alegro. Si no, lo siento.
EliminarBesos
Buen relato e interesante comparación. Un abrazo
ResponderEliminarChelo gracias.
EliminarSi te veo por aquí es que estás muy recuperada, de lo que me alegro una "jartá"
Así se siente la vejez cuando se aproxima con sus pesares, pero no debemos claudicar cuando nos asusta, porque mientras hay vida, hay esperanza y posibilidad de disfruté. Agradezcamos el tiempo del que disponemos, sin importar el mes en que transitamos. Un abrazo
ResponderEliminarUn camino, una cuesta que todos tenemos que llegar , y será la primera vez que nadie quiere ser el primero en la meta final. Una triste realidad.
ResponderEliminarNi el primero, ni el último, yo prefiero no llegar.
EliminarPero me temo que va a ser que sí llegaré.
Bueno, es triste el relato pero no falto de realidad, la vida tiene esas cosas de hacérnosla ver, un abrazote Tracy!
ResponderEliminarOtro abrazo para ti
EliminarNo se puede subir siempre. Alguns bajada tuvo que haber. Y alguna más quedará, aunque haya mala perspectiva.
ResponderEliminarAbrazo ,tracy
toda la vida es un conjunto de subidas y bajadas
EliminarUna cuesta de narices, me gustó cómo metiste esos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Ni siquiera la muerte debería ser una cuesta, pero nadie puede elegir el final que le toca vivir.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Es una cuesta hasta el nacimiento...
EliminarEl último repecho ya no tiene bajada.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ojalá lo tuviera!
EliminarPrecioso, acabaste con la lágrima seca de mis ojos, Tracy. Que bien llevado y que bien contado. Es magnífico. Gracias.
ResponderEliminarAcabé hasta yo con la lagrimilla....
EliminarAlmas cándidas, Tracy ¿Será que aún nos queda algo de inocencia?
EliminarNos queda, y mucho
EliminarBueno, apreciada Tracy, la cuesta de enero era expresión muy dada por mi madre. Era un mes difícil por los costos que generaba un mes de alza de la canasta familiar, los uniformes y los libros escolares, NO sólo mi madre se quejaba, familiares y amigos que pasaban por la casa, se hacían lenguas hablando de la cuesta de enero. UN abrazo, apreciada Tracy.
ResponderEliminarCarlos
Nem sempre as histórias são de doce beleza. Gostei de ler esta que, embora triste, me parece muito bem escrita.
ResponderEliminar.
Poéticos e cordiais cumprimentos.
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Poema: “”Dois Corpos em Chama””…
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Hoy me ha llegado la carta del ministerio de la seguridad social, me imagino que será para hacer mas plana la famosa cuesta. Ahora que lo pienso tambien pude ser porque pronto habrá elecciones.
ResponderEliminarNo sé , tú sabrás... A mí no me escriben.
EliminarTu relato nos muestra lo dificil que se torna la vida cuando pensamos que tenemos que empezar a restar donde antes nos alegraba sumar.
ResponderEliminarAunque si la vida se muestra amable y nos deja disfrutar tenemos la obligación de exprimirla al máximo cada día...cuando llegue esa cuesta que nos pille sonriendo.
Besos.
Como tú dices, hay que exprimirla al máximo y que nos pille con una sonrisa.
EliminarLe temo más a la cuesta final que a todas las cosas.
ResponderEliminarYo también
EliminarTexto que gostei de ler
ResponderEliminar.
Poéticos e cordiais cumprimentos.
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Poema: “”Dois Corpos em Chama””…
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Siento lo del traductor, a ver si alguien me ayuda.
EliminarBesos
Hss escrito un relato triste, pero tanto la enfermedad como ls muerte son parte de la vida, vienen con ella. También se puede llegar a viejo de forma bastante sana. ¡En mi familia ha habido - y hay- longevos que ni te cuento!. Personalmente no me imagino siendo inmortal..... Besotes y gracias por tu conducción de este jueves.
ResponderEliminarGracias a ti siempre por participar.
EliminarMe encantó. Y no te digo más, prima.
ResponderEliminarViniendo de ti, gran escritora, GRACIAS.
EliminarPor primera vez en su vida no quería llegar al final...
ResponderEliminarE imagino que ella sería de las que acaban lo que empienzan...
Duro, pero a la vez le das ese toque tierno en la mirada de la infancia que asocia esa cuesta al sufrimiento.
Me ha gustado mucho. Narras muy bien.
Gracias Maite por tu palabras, es n chute de energía para seguir escribiendo.
EliminarUn beso muy grande.
Nos cuentas una experiencia entrañable y muy significativa, porque enero es difícil para todos, después de haber pasado las fiestas navideñas, Tracy...Ahora nos ha llegado el frío de verdad y hay que tener cuidado con las gripes y los virus, que andan sueltos...Vamos a ver si pasa pronto y apunta el sol de febrero con la primavera, como todos los años...
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi ánimo siempre, campanilla.
El frío ha llegado y ya era hora, a pesar que a mí no me gusta nada.
EliminarSí tendremos que cuidarnos, para que el tiempo nos cuide.
Un beso
Excelente articulo sobre cuesta de enero
ResponderEliminarGracias Luis, aunque el comentario llegó casi con un año de retraso te lo agradezco mucho.
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