Esta semana nos conduce Rhodea Blason y quiere que hablemos sobre las emociones, podéis mirarlas aquí
Llevaba un tiempo que no se encontraba bien, tenía la bilis y las emociones revueltas.
Andaba con el alma a rastras y el cuerpo encendido a punto de estallar desde el mismo momento en que abría los ojos por la mañana. Lo achacaba a que le costaba trabajo conciliar el sueño y cuando al fin lo conseguía, el estridente sonido del despertador le sobresaltaba y salía de la cama con las mandíbulas apretadas, los puños cerrados y una respiración entrecortada, como si le hubieran interrumpido de una terrible pesadilla.
El comienzo del día no podía ser más tóxico.
Continuaba con su aseo personal durante el cual ni se miraba al espejo porque intuía que la imagen que le iba a devolver, sería irreconocible para él.
A medida que las horas iban avanzando se sucedían hechos que le encrespaban más y más los nervios: la cafetera se salía, la rebanada de pan se le tostaba demasiado y se le caía al suelo por el lado que tenía untada la mantequilla...
Una vez en la calle: los embotellamientos de las hora punta, los claxon, la escasez de aparcamientos y el buitre que, valiéndose de maniobras sucias, le quita el hueco que por fin había encontrado:
La selva urbana.
Fue en ese momento cuando dio un fuerte acelerón al coche y saltándose el semáforo se empotró en un autobús que en ese momento atravesaba la avenida.
Frenazos, bocinas, gritos histéricos, sirenas...
Andaba con el alma a rastras y el cuerpo encendido a punto de estallar desde el mismo momento en que abría los ojos por la mañana. Lo achacaba a que le costaba trabajo conciliar el sueño y cuando al fin lo conseguía, el estridente sonido del despertador le sobresaltaba y salía de la cama con las mandíbulas apretadas, los puños cerrados y una respiración entrecortada, como si le hubieran interrumpido de una terrible pesadilla.
El comienzo del día no podía ser más tóxico.
Continuaba con su aseo personal durante el cual ni se miraba al espejo porque intuía que la imagen que le iba a devolver, sería irreconocible para él.
A medida que las horas iban avanzando se sucedían hechos que le encrespaban más y más los nervios: la cafetera se salía, la rebanada de pan se le tostaba demasiado y se le caía al suelo por el lado que tenía untada la mantequilla...
Una vez en la calle: los embotellamientos de las hora punta, los claxon, la escasez de aparcamientos y el buitre que, valiéndose de maniobras sucias, le quita el hueco que por fin había encontrado:
La selva urbana.
Fue en ese momento cuando dio un fuerte acelerón al coche y saltándose el semáforo se empotró en un autobús que en ese momento atravesaba la avenida.
Frenazos, bocinas, gritos histéricos, sirenas...
Megafonía interior, médicos, enfermeras, quirófano, luces, mascarilla, reanimación, uvi...
En su rostro se dibujó una sonrisa:
¡Por fin estaba aparcado, tranquilo y rodeado de silencio!
En su rostro se dibujó una sonrisa:
¡Por fin estaba aparcado, tranquilo y rodeado de silencio!
Los medios de comunicación son expertos en atacar a las emociones, los políticos, igualmente.
ResponderEliminar... Y lo estamos viendo en estos días.
EliminarMe has recordado la película "Un día de furia".
ResponderEliminarBesos.
No la conozco ¿es buena o es un rollo macabeo?
Eliminar¿Pasó a mejor vida?
ResponderEliminarBesos
Nunca mejor dicho.
EliminarBesos
Donde esté la tranquilidad de un hospital, quítese la marcha de un sábado noche. Pobre hombre.
ResponderEliminarJajajaja
EliminarEstupendo relato que expresa de maravilla las ganas de romper con todo que nos asaltan a veces.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Pitt, desde luego leído desde fuera y escrito desde dentro, dan ganas de hacer eso y más, jajajaja
EliminarNo es descabellado, muchos salen de casa con la vida del revés. Ojalá puedan leerte antes de subirse al coche. Abrazos
ResponderEliminarNo creo que con el estrés que llevan tengan tiempo de leerme ni a mí, ni a nadie.
EliminarEl silencio, la paz, el descanso por fin de la loca carrera que es la vida, a veces.
ResponderEliminarHay que tener un equilibrio emocional importante para no sucumbir a la vorágine que se enfrentaba el protagonista.
EliminarEmociones, emociones, creo que los medios están, por motivos netamente comerciales, exacerbando los ánimos y desencadenando las emociones.
ResponderEliminar"¡Qué tristeza!, este delicado pañuelo
está manchado, una mitad con sangre,
y la otra con lágrimas."
(Qiu Jin)
Qué bonitas palabras las de Qiu Jin.
EliminarEso le pasa por oir siempre a Jiménez Losantos, en la radio.
ResponderEliminarBesos.
Jajajajaja
EliminarA veces yo también me levanto engarrotada :S
ResponderEliminarNo saber parar nos lleva a la necesidad de esas locuras a esos parones forzosos... Muy bien contado.
Bss
No te pega nada Sylvia...
EliminarUfff el stres del día a día, cuando piensas que nada resulta, que cuando tienes prisa tienes la sensación de que todos los autos de ponen de acuerdo a ir más lento y ejemplo hay muchos... y claro concuerdo con las ganas de mandar todo a la mierda...
ResponderEliminarCon respecto a mi la felicidad está en este momento de fotografiarlo todo y compartirlo, en fin nos estamos viendo y leyendo...
A todos nos ha pasado alguna vez. Hay que buscar el equilibrio emocional , como tú dices, en aquello que nos hace felices.
EliminarQue fuertes emociones debieron azotar su alma en ese primer y último subidón 😘
ResponderEliminarMe imagino, que para hacer eso , tenía que estar al límite.
EliminarOsea que según tú para alcanzar el equilibrio emocional se tiene que dormir en un camposanto. Esta solución no me gusta demasiado, no creas. Un besazo enorme
ResponderEliminarJajajaja, no, ¡qué va!, lo que hay es que tomarse las cosas con más calma y aunar el pensamiento con el corazón y la fuerza.
EliminarA veces es necesario aparcar, estar tranquilo y rodearse de silencio.
ResponderEliminarBesoss
El silencio es fundamental eso lo he constatado en el curso que he hecho de Mindfulness.
EliminarRecordé la película "Día de furia"
ResponderEliminar¿A ti también te lo he recordado? espero que me digáis de qué va y se era buena o un pestiño.
EliminarExcelente relato llevado al extremo. Claro que estaba aparcado, pero no pensaba en las consecuencias.
ResponderEliminarLa verdad es que la sociedad rápida en la que vivimos no favorece para nada el equilibrio emocional
Gracias por participar
Un saludo
La sociedad no sólo no favorece el equilibrio emocional, sin que lo desequilibra.
EliminarBuf pues sí que tuvo un día tóxico.
ResponderEliminarUn besazo.
Y seguro que ese día sólo era uno de tantos días que vivía así.
EliminarUn problema muy real. Y, a veces, no solo peligran sus vidas, sino la de aquellos con los que se cruzan. Cuando uno va cargándose de negatividad, es como un imán, atrae más y más, hasta que estalla…
ResponderEliminarMuy bueno, y muy bien planteado, querida amiga. Y con una importante moraleja.
Bsoss enormes, y feliz tarde! 😘
Has dicho una cosa importante, que no sólo desequilibra a los que viven así, sino a todos los que se cruzan con ellos.
EliminarTrepidante.
ResponderEliminarY realista, salvo el paso del semáforo en rojo y los posteriores acontecimientos me he visto reflejado en él, jaja
Aunque ya no, en otras vidas que tuve.
Un beso Tracy.
Celebro que esa manera de vivir, haya entrado a formar parte de tu pasado.
EliminarBesos
Una forma violenta de llegar a la paz.
ResponderEliminarBeso tranquilo.
Una enseñanza que no hay tiempo de poner en práctica porque se ha acabado el tiempo.
EliminarSi al final las emociones nos conducen a extraños parajes.
ResponderEliminarNo siempre, sólo cuando ellas están por encima de nuestro control.
EliminarBravo, Tracy y, ahora te pregunto yo: ¿Cómo me viste? Ese era yo ¿Verdad?
ResponderEliminarFeliz noche escritora
Jajaja, es que tengo una bola de cristal, pero tú has tenido tiempo de rectificar y eso es lo importante.
EliminarUps. Madre mía.
ResponderEliminarHabrá que sacar enseñanzas de la ficción.
EliminarUn relato donde el personaje está un poco harto de todo , y en un segundo se une al mundo de los callados , silencio , paz y tranquilidad ..
ResponderEliminarAbrazos pero estos son sonoros muakkk.
Más que harto de todo, diría yo que lo manejan como a una marioneta y las emociones cuando toman el mando son peligrosas.
EliminarNo creas que con el tema del coche muchas veces me vienen ganas de dejarlo en medio de donde sea e irme....no veas como lo entiendo. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarA mí también, pero nosotras no estamos tan desequilibradas como lo está mi protagonista ¿no te parece?
EliminarUf, qué estrés! Ritmo trepidante el de tu relato. El paso por el hospital no creoquele permita relajarse... de silencio ,en un hospital, nada. En fin, yase darácuenta ;)
ResponderEliminarUn abrazo!
No creo que se dé, el pobre...
EliminarMe encantó.
ResponderEliminarBesos.
¡¡¡Sí??? Me alegro, Gracias Eva
EliminarBuenos días, Tracy:
ResponderEliminarMe parece perfecta la graduación narrativa en tu relato, la manera en que encadenas la tensión en tu personaje es paralela a la atención lectora que despiertas. Y la solución, igual de relajante. Me gusta que las historias apasionantes tengan finales tranquilos.
Feliz viernes, Tracy.
Gracias por tu interesante comentario, me ha gustado mucho.
EliminarUn beso
Que sobrepasado estuvo que recurrió a algo tan drástico para obtener silencio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, a veces el mundo que nos rodea es cruel y nos desquicia.
EliminarEncontró la paz total.
ResponderEliminarMuy bien narrada la tensión.
Un beso fuerte.
Muchas gracias Rosa.
EliminarPobre hombre. Y lo triste es que hay mucha gente en ese estado. Yo cuando voy cogiendo carrerilla, me paro, cierro los ojos y me digo, no vale la pena. Y respiro.
ResponderEliminarUn beso Tracy
Tú eres una mujer equilibrada.
EliminarPor cierto ¿qué te pasa? Espero que no te preocupes que todo seguro que saldrá bien me lo ha dicho mi bola de cristal.
Un abrazo muy muy fuerte
La naturaleza es sabia, de alguna manera avisa de que vamos con el pie cambiado y que toca parar, y desde luego tu protagonista haciendo oidos sordos, al final paró.
ResponderEliminarBesos.
Y tan sabia... lo que pasa es que hacemos oídos sordos, pero ella como buena madre nos avisa.
EliminarCada quien tiene sus truquitos... :)
ResponderEliminar"Un dia de furia" es buenísima, tiene unos años, el prota es Michael Douglas, fue muy famosa en su dia, merece mucho la pena verla, te va a gustar seguro.
Besos y salud
¿Está en internet?
EliminarVoy a buscarla.
Es la antítesis del tema..desequilibrio emocional total. Aunque al final haya encontrado la tranquilidad que buscaba..eso dicen al menos, porque no se de nadie que haya regresado a decir que del otro lado hay silencio....besos
ResponderEliminarSí, yo puesto que se podía escribir sobre cualquier aspecto del equilibrio emocional, y el desequilibrio es una de esas facetas y además tan importante que las consecuencias que puede acarrear, como se ve en el relato, pueden ser nefastas.
EliminarBesos
Una situación de estrés llevada al límite. Buena manera de mostrar lo trágico del desequilibrio físico y emotivo.
ResponderEliminarUn abrazo
... y además que da pánico.
EliminarCuando la vida se presenta tan trepidante y dura...nuestro cerebro busca resortes insospechados para encontrar la calma perdida. Un buen relato amiga.
ResponderEliminarAbrazos alegres al volver a tu casa.
Muchas gracias Lucía.
EliminarRemedios drásticos.
ResponderEliminar... a los que llevan la frenética vida que llevamos.
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