De nuevo nos conduce MARCOS y quiere que escribamos sobre la vida en un pueblo pintoresco en el que se quiere rodar una película, que luego podríais leer en su blog.
Se trata de contar cómo se ve afectada la vida del pueblo en su día a día con la presencia de un equipo de rodaje.
¡¡¡SE RUEDA!!!
En ese pueblecito, que parecía sacado de un cuento, vivían muy pocas familias, más bien matrimonios de avanzada edad, aunque parecían tocados por la varita mágica de la salud y la longevidad. Su vida se había detenido en el tiempo, sólo existía el movimiento cuando los fines de semana , venían de la ciudad a dar una vuelta a sus padres algunos de los hijos o nietos que vivían más cercanos, pero cuando se enteraron que iban a rodar en el pueblo a cambio de recibir unos dinerillos por las molestias que les causarían, acudieron como moscas a la miel todos los familiares estuvieran lejos o cerca.
El Director de la película al llegar, se encontró que el remanso de paz que él venía a filmar, se había convertido en una jaula de grillos, se contrarió, pero no dijo nada, se limitó a filmar lo que veía, según había quedado con los familiares que se habían ofrecido para hacer de extras reales.
Cuando acabó el rodaje y cada cual se volvió a su casa, el Director se reunió con la gente que realmente vivía en el pueblo para despedirse de ellos y comentarles que había pensado cambiar el punto de vista desde donde iba a hacer en un principio el documental y quedarían muy mal parados los familiares que habían venido de fuera sólo para husmear lo que allí se cocía y si podían salir en el cine y ganar unos eurillos, mucho mejor.
Todos se negaron rotundamente argumentando que ellos habían dado su conformidad para que contara, la felicidad en la que vivían, como una gran familia, en un paraje bucólico en plena Naturaleza.
Para ellos el que algunos de sus familiares los visitaran era una diversión, preparaban comidas, adornaban las casas, hacían comidas campestres todos a una... Ellos si estaban allí era simplemente por cumplir ese objetivo, ver a sus hijos felices gozando de la paz del campo.
El Director y todo el equipo se quedaron tan sorprendidos que les preguntaron:
- Entonces ¿ustedes no son felices aquí, viviendo en este paraje ?
- ¡Qué va! nosotros nos hemos criado aquí , estamos hartos de ver estas montañas, estaríamos mejor en la ciudad con médicos, bares, supermercados, centros de mayores... llevaríamos una vida más cómoda, no trabajaríamos tanto... Nuestros hijos dicen que por nuestro bien, nos debemos quedar aquí y nosotros los creemos ... Se van tan contentos con los cestos llenos de frutas, verduras, huevos, incluso las abuelas les preparan "tapers",.. si no fuera así no comerían caliente.
El Director se reafirmó en que había que cambiarle el nombre al documental.
La "España vaciada" o "vacia" no se le llama así por gusto, la gente quiere trabajo, medico, escuela, entretenimiento y eso no se tiene solo con buenas vistas, la gente se marcha sin que nadie ponga remedio.
ResponderEliminarSaludos
Creo que sí tuvieran Servicios, otro gallo cantaría
EliminarVaya sorpresa la de este director! La verdad de la milanesa se vió al final! Muy buena inspiración Tracy, un abrazote y feliz segundo día de cumpleaños!!!
ResponderEliminarHoy me he levantado muy perjudicada, no sé ni come ha salido lo que escribí.
EliminarGracias mil.
ResponderEliminarLa tranquilidad y belleza bucólica de los pueblos, está bien para unos días, pero no para vivirla.
Se nota el "vacío" y la falta hasta de lo más elemental.
Has sabido encontrar el "intríngulis" a tu relato.
Besos.
P/S.-
Ante mi extrañeza he tenido que entrar en tu blog, ya que no me aparece tu entrada en la "lista de lectura".
No sé si pasará en alguien más de los seguidores.
Pues no sé cómo me salió ese intríngulis porque hoy me he levantado "muy perjudicada", después del día de ayer.
EliminarJuan gracias por decirme lo de mi desaparición de la Lista de Lectura, en la mía tampoco aparezco y lo peor es que no sé cómo arreglarlo.
Sí tú sabes: "échame una mano primo"
Gracias por decírmelo y si me echas una mano, muchas más gracias.
Tampoco conmigo apareces y tampoco otros amigos. No yo en algunos blogs.
EliminarLo que tienes que hacer es ir a los blogs darte de baja en seguidores y luego volver a darte de alta. Les he estado diciendo, pero muy pocos lo han hecho, si se arregla de esa forma.
Gracias Sara, de momento se ha arreglado, a ver lo que dura.
EliminarInfinitas gracias por ayudarme.
Besitos
Algunos, los pudientes, tienen la culpa de la españa vacía.
ResponderEliminarLos pueblos me atraen de forma muy especial, es una pena que queden vacíos, no se debería permitir.
Feliz día Tracy.
Un fuerte abrazo
Todo es cuestión de economía, llevas razón, no sé invierte en servicios y eso hace que los pueblos, no sean cómodos ni para los mayores.
EliminarUn besazo.
Tracy, has tocado en profundidad el tema de los pueblos "vaciados"...En realidad hay gente para todo, los que viven felices en la soledad del pueblo y los que echan de menos el bullicio de las ciudades...El tiempo se para en esos pueblos, donde hay muy pocas familias...La gente llama a la gente y hay muchos pueblos, donde se viven las tradiciones, las fiestas y la convivencia se disfruta (como el mío)
ResponderEliminarTe felicito por tu relato realista y acertado, entrega y profundidad, amiga.
Te diré que estaba preocupada, porque ayer me desapareciste de mi lista de lectura y no sabía la causa...Hace un par de horas que ha llegado tu post y me siento más tranquila...No quería perderte
Te dejo mi abrazo entrañable y admirado por tu buen hacer(te espero en mi blog), Tracy
No sé qué ha podido pasar. El primero que me lo comentó fue Juan y como no sabía qué hacer le pedí que me ayudara, no sé si ha sido él o mi Ángel de la Guarda que está en todo, pero. Por arte de magia se ha arreglado.
EliminarGracias María Jesús por referirlo también tú, mañana haré una entrada preguntando.
Si la vida fuera justa, deberían cambiarse las tornas y que esos familiares aprovechados, se quedaran en el pueblo.
ResponderEliminarUn excelente relato, de algo que igual no dista mucho de la realidad en algunos casos.
No aguantarían ni dos microsegundos.
EliminarDesgraciadamente está muy cercano a la realidad..
Los pueblos, nadie esta contento, mejor que no se alejen mucho de las modas y nuevas tendencias, sino se ponen muy rebeldes.
ResponderEliminarNadie está contento con nada, así nos va.
EliminarPor gusto me iría a vivir al pico de un monte.
ResponderEliminarPero realidad se impone y tienes que estar cerca de la "civilización"
Eres un lobo ermitaño, eso es lo mejor para escribir, por eso lo haces tan bien.
EliminarPor cierto, sí que estás en mi lista de lectura.
ResponderEliminarHabrá sido esta tarde, gracias a los hados. Por la mañana no estaba ni en la mía, jajaja
EliminarUn preocupante tema en el que no sabemos apreciar la bondad de la vida rural sin saber que no se trata de que el pueblo se vaya a la ciudad, se gtrata de que la ciudad se suba al pueblo.
ResponderEliminarMagnífico jueveando, Tracy, por cierto, ayer o anteayer no te dije nada, pero me encanta la nueva imagen de cabecera.
Gracias. Por tus comentarios.
EliminarLa cabecera la pongo por primavera, es la del año pasado.
Hola Tracy, una imagen que bien pudiera ser la rutina diaria de muchos padres y madres... Hacer los tapers para sus hijos. Pero como la tranquilidad de los pueblos no hay nada, una pena la españa vacía. Un abrazo
ResponderEliminarUna pena esos padres que están allí porque quieren los hijos que estén.
EliminarComo todo en esta vida suele ocurrir, los que viven en grandes urbes quieren pueblos, y estos a su vez ciudades, total deseamos aquello que no poseemos.
ResponderEliminarUn buen relato, a mí me dejo esta moraleja.
Un beso.
Esa y a mí me dejó otra: los padres deben vivir donde les apetezca, siempre que sea posible, no donde los hijos quieran porque les venga bien a ellos.
EliminarBesazo
Vaya sorpresa se llevó el director, a esta altura de mi vida coincido con la gente de ese pueblo, me encantan las montañas, la naturaleza y estar en ella, de joven hubiese vivido allí, pero ahora, de vez en cuando me gusta ir al teatro, a comer afuera, ir a librerías y a tomar un café, los médicos están más cerca, así que solo lo dejo para las vacaciones. La realidad se impone, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Estoy de acuerdo con ellos y contigo, cada cual sabe lo que quiere, aunque haga otra cosa por amor y conveniencia de los hijos
EliminarNo tengo pueblo, pero creo que podria ser asi, aunque es triste el egoísmo de los hijos de dejar a sus padres solos por poder ir al campo gratis y encima llevarse comidita. Buena imaginación.
ResponderEliminarSíes el egoísmo que nos rodea
EliminarY yo que estoy tentada desde hace un par de años de irme a un pueblito. Me tiene muy hastiada la ciudad, mucho movimiento, ruido, etc. Quiero quietud.
ResponderEliminarComo lo que deseaban filmar, pero sin los familiares visitantes. Bueno, sí, pero muy de vez en cuando, no cada vez que ellos quieran.
Besos.
Acabo de contestarte y vuelvo y no lo encuentro.
EliminarBueno pues te decía que por ahora se ha arreglado, veremos lo que dura, a mí es la primera vez que me pasa, creo.
Un besazo y gracias por tu ayuda
Todo es según el color del cristal con el que se mira. Si se quiere ver el lado positivo, todo lo tiene. Muy irónico tu aporte, Tracy. Un abrazo
ResponderEliminarIrónica es la vida en sí, jajaja
EliminarM gusto como te quedo. Genial relato.
ResponderEliminarGracias J.P.
EliminarUn besito.
Tengo un vivo recuerdo de aquel rodaje por las calles del pueblo. Un invasión de soldados romanos que obedecían la voz que, por medio de un megáfono, le daba órdenes. Fue una fiesta: el cine se había salido de la pantalla y pasaba por mi puerta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me imagino cómo sería, es que tienes un pueblo de cine.
EliminarEs una maravilla, la primera vez que lo vi me enamoró.
La verdad es que el tema de los mayores tiene muchos ángulos y hay una casuística amplia. Buena aportación. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
...ángulos, caras, aristas y vértices y se debería solucionar porque ellos ya trabajaron bastante en época en la que no existía el paro ni los años sabáticos.
EliminarBesitos mil.
Literalmente me pongo de pie para aplaudir este relato.
ResponderEliminarQue contrariedad para el director del documental, que su idea sobre lo ídilico de vivir en un pueblo entre montañas, es desmentido por sus longevos habitantes. Quienes piensan que estarían mejor en otra parte, ya aburridos del paisaje.
Que molestía descubrirlo a último momento. Implica que tendrá que filmar testimonios extras y volver a planificar la edición del documental.
Muy bien contado.
Pues sí el relato muchas lecturas entre líneas, veremos cómo se las arregla el Director.
EliminarGracias de veras por tu comentario.
Muchas veces las cosas no son lo que parecen, y esa bucólica vida que iban buscando filmar en realidad no existía. Una paradoja tan grande como la vida. En realidad siempre queremos lo que no tenemos, en vez de disfrutar lo que realmente nos pasa.
ResponderEliminarUn relato para reflexionar en más de un sentido. ¡Buen aporte!
Totalmente de acuerdo contigo, es para reflexionar en serio sobre las muchas cosas que se platean..
EliminarGracias potu comentario.
Un fuerte abrazo.
Si se vinieran a la ciudad harian de kanguros para ayudar a los hijos y nietos. Es el sino de esa generacion, y seguramente de todas.
ResponderEliminarAbrazooo
Así hacen de canguros no sólo de los nietos sino de toda la familia, no sé qué será peor..
EliminarEsa gente del pueblo era y es feliz, que cambie el nombre pro Dios.
ResponderEliminarUn abrazo, Tracy.
Sigo teniéndote que rescatar de los spams.
EliminarGracias por comentar y venir aunque sea a los spams.
El pueblo era un chollo para los familiares de los habitantes, sin duda. Volvían a sus casas abastecidos y bien alimentados tras respirar un poco de naturaleza. Un chute de comodidad montañera en sustitución de su comodidad urbanita perfecta. Yo creo que lo suyo sería que todos hicieran un intercambio en sus vidas, que los del campo se trasladasen a la ciudad y viceversa.
ResponderEliminarEstupenda aportación, Tracy. Felicidades.
Un abrazo.
Buen análisis el tuyo, pero estoy segura que los urbanitas no les prepararían tapers a los abuelos.
EliminarGracias por tu anfritionaje
Los urbanitas somos unos depredadores.
ResponderEliminarPienso igual que tú
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