- ¡Pues claro!, si son las nueve y la consulta empieza a las ocho.
- Y... ¿por qué número va?
- Señora no va por números, va por horas.
- Bueno, ¿y por qué hora va?
- Por las 9, señora, por las 9.
- Pero... ¿el de las 9 es el que está dentro o el que va a entrar ahora?
- Señora el de las 9 está dentro...
- Ahora me toca entrar a mí porque la hora de mi cita es a las 9,15.
- ¿Las 9,15? Imposible porque las 9,15 la tengo yo.
- No puede ser, se habrán equivocado, enséñeme el volante porque muchas veces dan la misma hora a varios pacientes. Enséñeme el volante, porque el mío está bien.
- ¿El volante? No lo tengo porque el número me lo pidió mi hijo por el ordenador y no dan justificante.
- Señora no me cuente milongas y baje a información y pregunte la hora de su cita.
- Es por no bajar que estoy muy mal de los piés... así es que la voy a dejar pasar antes que yo.
- ¡¡¡ Lo que faltaba, me lo está vendiendo como un favor!!!. Dígame su nombre que voy a bajar a preguntarla.
La chica de mediana edad baja a pedir la hora de la señora y mientras se monta un debate entre los pacientes que dicen que estos problemas se evitarían poniendo los nombres en la puerta.
-Eso no está permitido porque dicen que va contra la intimidad.
- Que cosas más raras, Señor.
Se abre un debate-guirigay sobre la conveniencia de números, horas, listas o papales individuales.
En esto que aparece la chica que fue por la hora de la señora:
- Señora tiene usted la cita para las 11,15 así es que no me tiene que hacer el favor de dejarme pasar delante de usted.
- ¿Sííííííí´?, eso va a ser que escuché mal a mi hijo. Bueno... ¿entonces a quién le toca ahora entrar?, ¿hay alguien que tenga para las 11?
Y las conversaciones vuelven a comenzar..."
Y todo esto a las nueve de la mañana.
¡No doy crédito!
Verídico, creo que debe de pasar igual en todos los ambulatorios. No soporto que me pregunten a qué hora tengo la cita, si salen a llamarnos por el nombre ¿qué demonios le importa a usted a que hora me han dado? Espere a que la llamen y no revolucione al personal.
ResponderEliminarYo me pongo bastante borde y suelo responder: "Olvídese de la hora que esto siempre lleva retraso, entre cuando la llamen a usted y ya está". Pero no funciona, qué pesadez... jajaja
Me ocurrió algo muy similar hace unos días.
ResponderEliminarTenía hora-pedida por internet-a las 11:16 (curiosos lo de los minutos,¿no?)y a la vez que iba a entrar,una señora dijo que le tocaba a ella¿?
Las dos teníamos la misma hora con los dieciseis minutos y todo...
Naturalemente, no podía ser.
Yo olvidé confirmar...pa matarme
Pues a todo esto,había llegado a las diez y media y eran las doce...
Horrible.
Ahora siempre imprimiré la cita e incluso llamaré primero.
A golpes se aprende y lo del ambulatorio y su lentitud,¡qué quieres que te diga!
Besos.
Como un gallinero...
ResponderEliminarBesos.
son de un pesado... yo me pongo "mala" cuando oigo este tipo de conversación.
ResponderEliminarfeliz finde
Conversaciones como esas, en las salas de espera de las consultas de ambulatorios, te las puedes encontrar todos los días a todas horas.
ResponderEliminarSaludos
Horrible... menos mal que tengo una salud de hierro porque me daría un patatús.
ResponderEliminarTocaré madera...
Besos y espero estés bien de la muela y de esta reunión de intelectuales
Siempre ocurre donde hay mas gente que minutos.
ResponderEliminarTan real y cotidiano como la vida misma, la verdad es que siempre imprimo el papelito en cuestión.
ResponderEliminarUn beso.
DA para un corto bastante largo!!
ResponderEliminars.o.s. ajaajaajjjjaaaa feliz fin de semana y besotes
ResponderEliminarme parto!
ResponderEliminarParece mentira y sabemos todo que es una terrible verdad, qué espanto.
ResponderEliminarEspero que estés mejor, un abrazo.
Cómo estas?
ResponderEliminarLas tìpicas conversaciones, si ya sale el médico llamando, pero se ve que se aburren, en fín...
Buen finde, besos!
Pareciera increíble, pero es más común de los que nos gustaría :S
ResponderEliminarQuerida amiga: En más de una ocasión he comparado la sala de espera de un médico, con la cola en una pescadería.
ResponderEliminarA la mínima se prepara el lío, hay gente tan intransigente, que como llegues un minuto tarde te dice que debes esperar al final.
No me gustan esos sitios, pero hay veces que no te queda más remedio que ir.
Intentaré que se me pase este resfriado que tengo en casita, sin tener que pedir cita e ir al médico.
Cariños.
Kasioles
jajajaajaj Si es que los directores de cine tienen los guiones hechos ya!!!!!!!
ResponderEliminarLa sala de espera del Centro de Salud es una maravilla social si no estás con fiebre y esas cosas... La doctora de mi madre suele tener una hora de retraso habitualmente, así que cuando le acompaño "lo paso en grande".
ResponderEliminarPaciencia Tracy, así son las cosas.
Tracy, no te cuento qué se lía donde las Analíticas! Allá no va por número sino por hora: citan a varias personas (bastantes) cada cuarto de hora y se montan unos jaleos!!!
ResponderEliminarTú no eras ninguna de las dos protagonistas, no?
¡¡¡De terror!!!
ResponderEliminarAquí en general se pone la lista de nombres de pila, no apellidos para evitar un diálogo similar. En los lugares en que ésto no sucede, pueden escucharse diálogos surrealistas con éste de tu entrada.
Besos
Sí, hija, sí... así nos va...
ResponderEliminar¡Qué bueno! Como la vida misma, llena de caraduras...a mí me llama la atención en estos ámbitos que todo el mundo critica todo, pero en el momento que sale el médico o la enfermera (a quien podrían quejarse) enmudecen. ¡Como la vida misma!
ResponderEliminarCrédito no, Tracy, la be, la be es lo que habría que dar, ja ,ja... Bss
ResponderEliminarSi es que te pasa cada cosa......
ResponderEliminarBesitos