EXPLICACIÓN DEBIDA

 El martes operaron a una de mis hijas del menisco, de sobra sé que  es una intervención sin importancia, pero comprenderéis que es mi hija y  hubiera querido estar en Madrid con ella, no es igual la videollamada que estar a su lado haciéndole mimitos, pero las normas sobre la contención del puto coronavirus  me ha impedido acompañarla por aquello de no ser convivientes. 

He pasado unos  días horribles, primero con el preoperatorio  y después con la operación a pesar de que he estado en continua comunicación con ella.

Ese fue el motivo de no aparecer por el blog.

Desde que me enteré que la tenían que operar he estado del revés y lo que me queda, porque ahora le queda un mes sin moverse prácticamente y no sé cómo voy a "estar sin estar". 

Pero, bueno, lo peor ha pasado ya. 

Mi amiga Montse con la que tengo contacto telefónico , me dice "hija pues en el blog no se te nota nada" y yo le digo, "por si la gente no tuviera bastante con sus problemas, voy a ir a contarle los míos". Pero ahora , una vez pasado, me veo en la obligación de daros una explicación porque en estos tiempos que corren, el faltar a la rutina diaria puede crear preocupación porque ahora más que nunca la salud y la vida penden de un hilo.

Una vez que le han dado el alta y ha vuelto todo a la normalidad, una normalidad como todas las que se dan ahora, que ni son normalidad , ni na de ná, vuelvo a aparecer por aquí y me iré poniendo al día.

Todo ha salido bien, gracias a Dios.

Me río, porque un día sin reír, es un día perdido y ya llevo varios en lo que va de mes, y estamos a día cinco...

Os eché de menos.